El
Gobierno de la ciudad trabaja desde el sábado para detectar lo que
lo tapó y frenar los efluentes que van hacia el río Suquía. El
problema fue considerado serio por autoridades y afecta a la zona de
barrio Müller.
por
Matías Calderón
Una
escena urbana impactante se registró ayer en la zona este de la
ciudad: un caudal de aguas servidas fluía a chorros por la avenida
Costanera. El líquido cloacal desembocaba en el río Suquía.
“Esta
situación se verifica desde hace más de tres días. El olor es
nauseabundo y todo esto va a parar al río, que ya de por sí está
contaminado. Acá es normal encontrarse con cloacas estalladas”,
describió Oscar, un vecino de la zona, en diálogo con La Voz.
Desde
el Gobierno de la ciudad confirmaron el problema y aseguraron que a
solución llegó hoy pasadas las 3 de la madrugada.