domingo, 14 de febrero de 2021

El canal de Alesandri

El ingeniero Juan Pablo Brarda, presidente de la Administración Provincial de Recursos Hídricos, junto a Federico Alesandri, intendente de la localidad de Embalse, durante la presentación de un plan hídrico en el Auditorio del Cuartel de Bomberos Embalse, el jueves 22 de noviembre de 2018. Foto: Municipalidad de Embalse.


Usurpación de terrenos, deforestación, soja en los faldeos serranos, inundaciones, y desvío de fondos públicos. La historia de un canal de desagües pluviales que no desemboca en ninguna parte.

por Cristian Basualdo

La localidad de Embalse presenta un relieve ondulado por la cercanía al cordón serrano de las Sierras Chicas, que la rodea y confina dentro de un pequeño valle que conforma la cuenca del arroyo Los Chañares, este pequeño curso de agua es el único desagüe natural de la localidad hacia el lago de la Tercera Usina. La cuenca presenta dos zonas bien diferenciadas: La zona rural con unas 962 hectáreas ubicada en la parte alta, y la zona urbana con unas 316 hectáreas ubicada en la parte baja.

A fines de la década de 1980, funcionarios locales deforestaron -con maquinaria Municipal- los faldeos serranos en los altos del barrio La Aguada de Reyes, con el objeto de usurpar un viejo loteo de 40 manzanas, además de los predios pertenecientes al Estado Nacional, para dedicarlos a la actividad agropecuaria. Una consecuencia de este cambio en el uso del suelo fue el agravamiento de las inundaciones en el casco urbano de Embalse. Para tranquilizar a los damnificados, el por entonces intendente Carlos Alesandri, en lugar de reforestar la zona alta, propuso derivar el agua hacia el lago Embalse. Se trataba de una maniobra arriesgada, que implicaba un transvase de cuencas, alterando el curso natural de las aguas pluviales.

Sin un proyecto de ingeniería previo, se excavó un canal de guarda al pie del cordón montañoso que corre por detrás del barrio Escuela y del Polideportivo, con una longitud aproximada de unos 1.860 metros, y una sección trapecial con ancho de fondo de unos 2,8 metros, y una altura variable desde 1 a 1,6 metros. Es una obra hidráulica clandestina que no cumple con la Ley Nº 5589, Código de Aguas de la Provincia de Córdoba (1). Dada su traza poco criteriosa y los problemas constructivos y de mantenimiento que sufrió, nunca pudo materializarse en su totalidad, el canal no desemboca en ninguna parte. Eso no impidió a Carlos Alesandri inaugurarlo en un acto realizado a finales de 1991, con el nombre de Canal Carlos Cassaffousth, un deslucido homenaje al constructor del dique San Roque.


El ingreso del canal de Alesandri después del alud que arrasó la localidad de Embalse el 24 de noviembre de 2009. Una verificación hidráulica de la Provincia determinó que su capacidad hidráulica es nula.


Le propongo al lector revisar los documentos oficiales y que intente orientarse entre una niebla de fabulaciones. Tres años después de la inauguración del canal, Carlos Alesandri solicitó al ministro del Interior de la Nación un Adelanto del Tesoro Nacional (ATN), mediante una nota fechada el 11 de mayo de 1994, con el objeto de “instalar una red cloacal y su planta de tratamiento”, porque los líquidos cloacales en la via pública habían transformado las calles “en focos infecciosos muy peligrosos, y en un medio ideal para el desarrollo del vibrión colérico”. El pedido fue apoyado por el malogrado gobernador De la Sota mediante una nota dirigida al subsecretario de Interior.

Así las cosas, el Ministerio del Interior le asignó 150.000 pesos al intendente de Embalse, para ser afectados a la “planta de tratamiento de residuos en concepto de ATN”, mediante la Resolución N.º 2271/94 emitida el 15 de julio de 1994. Hay que recordar que el tipo de cambio era uno a uno, de manera que representan unos 23 millones de pesos de la actualidad.

Dos meses después, a manera de formal rendición de cuentas de los fondos recibidos, Carlos Alesandri envió al secretario del Interior 3 carpetas con proyectos de diferentes canales de desagües pluviales, mediante una nota explicó que “la topografía del terreno de Embalse y la distribución de los sectores más poblados, expone a nuestros vecinos a sufrir periódicamente el inconveniente que producen las inundaciones”, también precisó el monto de la obra: 1.408.570 pesos (más de 211 millones de pesos de la actualidad), y detalló que el Municipio había invertido 527.689 pesos con recursos propios más “el aporte realizado por el Ministerio del Interior $ 150.000”. “La totalidad del subsidio de referencia fue invertido en la realización de esta obra sumamente importante para nuestra localidad” afirmó Carlos Alesandri, sin decir que los fondos habían sido pedidos para desagües cloacales y no pluviales, y el canal ya estaba excavado para cuando solicitó el ATN.


A manera de formal rendición de cuentas de los fondos recibidos mediante el ATN Resolución N.º 2271/94, Carlos Alesandri presentó el proyecto del canal sin decir que los fondos habían sido pedidos para desagües cloacales y no pluviales, y el canal ya estaba excavado para cuando solicitó el ATN.


Si los montos que figuran en los documentos se hubieran invertido realmente, Embalse tendría un aspecto similar al de Ámsterdam o Venecia, por la cantidad, calidad y belleza de sus canales. Nada de eso ocurrió, y actualmente la localidad padece la falta de infraestructura de desagües pluviales y cloacales. Como siempre se puede apostar por el olvido en el país de la desmemoria, en las décadas siguientes el canal de Alesandri volvió a aparecer en los anuncios oficiales, y a veces fue objeto de reformas cosméticas para engañar a los damnificados por las inundaciones.

Soja y política

Con el nuevo siglo, el aumento del precio de la soja trajo aparejado un aumento del área deforestada en Embalse, y por lo tanto del caudal de agua pluvial que ingresa al casco urbano. Luego de la inundación del 16 de enero de 2008, el por entonces secretario de Gobierno local, Adrián Cáceres, en declaraciones realizadas al diario Puntal, dijo que el canal se encontraba “en avanzado estado de abandono y no pudo dar respuestas al inusual volumen de agua que llegó desde las sierras”. Manifestó además que a través de un nuevo proyecto se intentaría canalizar el agua para que desemboque en el lago. La promesa de Cáceres nunca se concretó.


El canal de Alesandri en la edición del Puntal del 18 de enero de 2008. El por entonces secretario de Gobierno local, Adrián Cáceres, mencionó que a través de un nuevo proyecto se intentaría canalizar el agua para que desemboque en el lago. Nunca se concretó.


El 24 de noviembre de 2009 un alud arrasó los barrios del sur de Embalse, el caudal alcanzó 61,8 metros cúbicos por segundo, casi tres veces el caudal del río Ctalamochita. El intendente Federico Alesandri, hijo de Carlos Alesandri, dijo que tenía “prácticamente inundados tres barrios”, y que habían tenido que evacuar a veinte familias “donde el agua prácticamente le llegaba al techo de sus viviendas”, en una entrevista para la radio activa FM 93.5 (el lector puede escuchar el audio haciendo clic aquí).

Entonces, la Municipalidad de Embalse encargó el denominado “Proyecto de obras de manejo y control de los escurrimientos superficiales que afectan a la localidad de Embalse”, que tramitó ante la Subsecretaría de Recursos Hídricos Provincial. Los proyectistas le cambiaron el nombre al canal, que pasó a denominarse Canal Derivador, y lo descartaron como obra hidráulica, un temperamento que fue ratificado por todos los funcionarios que tomaron parte en el expediente, del cual cito aquí un párrafo por extenso dada la importancia de estas palabras: “Las aguas luego de circular por el canal unos 200 metros, desde el ingreso de este al predio fiscal, empiezan a desbordar y a unos 500 metros del ingreso a la altura del cruce con la línea de alta tensión, el desborde es total. Esto se da por la pérdida de pendiente del canal, incluso aguas abajo de la zona de desborde el mismo está a contra pendiente, por lo que su capacidad hidráulica en esa sección es nula” (2). Los proyectistas diseñaron 12 lagunas de retardo, de las cuales solo una se empezó a construir y quedó sin terminar.

La soja y la política van de la mano en el Valle de Calamuchita, permiten ganar dinero a cómo dé lugar, sin preocuparse por las consecuencias ambientales para el resto de la población. En 2014 Carlos Alesandri llegó a decir que Calamuchita “no tiene que tener una sola hectárea sembrada de soja, por más que me puteen los productores que hacen soja” en declaraciones a la radio Flash FM 107.7 (el lector puede escuchar el audio haciendo clic aquí). Fue una consigna vacía lanzada al éter para mitigar los efectos electorales de la problemática.

Encontré más documentos con críticas al canal de Alesandri. En marzo de 2016 el Ministerio de Turismo de la Nación verificó las condiciones de seguridad del canal, y emitió un informe señalando el peligro de caída de personas, de asfixia por inmersión, y de accidentes del personal con máquinas de corte de pasto. Para mitigar el riesgo sugirió efectuar un desmalezado de la zona adyacente al canal para darle visibilidad; realizar un vallado perimetral; y señalizar con carteles de advertencia; entre otras medidas (3). Ninguna de las medidas sugeridas se implementaron.


En marzo de 2016 el Ministerio de Turismo de la Nación verificó las condiciones de seguridad del canal de Alesandri, entre las medidas para mitigar el riesgo sugirió señalizar con carteles de advertencia. Nunca se implementó.

El 22 de noviembre de 2018, el intendente Federico Alesandri presentó el denominado “Plan hídrico y coordinación de obras de infraestructura en servicios públicos de Embalse”, junto a los ingenieros Juan Pablo Brarda y Viviana Nuñez, de la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHI). Brarda anunció un proyecto para el viejo canal, que pasó a llamarse Canal Oeste, con un costo de 23 millones de pesos, “porque tiene mucho movimiento de suelo, tiene obras de cruce de la ruta y un entubado importante sobre la ruta que va a La Cruz y el resto hasta la desembocadura en el dique, tiene saltos en gaviones”, dijo Brarda (el lector puede escuchar el audio haciendo clic aquí). El caudal previsto de 4 metros cúbicos por segundo es un resultado absurdo, producto de realizar un proyecto a partir de un canal trucho. Brarda confeccionó un traje a la medida de las necesidades de Federico Alesandri, que tenía previsto dejar la intendencia para hacer carrera en el Estado Provincial, y el canal era una mancha que necesitaba barrer debajo de la alfombra, por eso la APRHI convirtió las falsedades en un expediente oficial, que luego archivó. El nuevo proyecto tampoco se concretó.


Referencias:

1. Artículo 207: “Requisitos para construcción de obras. Para la construcción de toda obra hidráulica (...) es necesario previa aprobación y registro en el catastro de agua, por lo menos lo siguiente: 1º) Planos generales y detalle en la escala y con las especificaciones establecidas en el reglamento. 2º) Pliego de especificaciones técnicas. 3º) Memoria descriptiva de la obra civil y máquinas e instalaciones accesorias y sistema de operación”.

2. Proyecto de Obras de Manejo y Control de las Escorrentías Superficiales que afectan a la localidad de Embalse, tramitó en el Expediente Nº 0416- 058839/2010 registro de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia de Córdoba. En el I Cuerpo se encuentra la Verificación Hidráulica de las Obras de Conducción Existentes en la cuenca estudiada de la localidad de Embalse. El párrafo citado se encuentra a folio 82 y subsiguientes.

3. También se sugirió proteger el cable de media tensión que cruza debajo del canal, desde la sala de transformación del hotel de CNEA al polideportivo, y señalizar su ubicación para futuros trabajos de excavación. Ver: Ingeniero Gabriel Osvaldo Mora, Informe Técnico, Inspección de Seguridad en Polideportivo UTE, 7 mayo 2016, Servicio de Higiene y Seguridad en el Trabajo MITUR.

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