Gaviotas,
cormoranes, pelícanos y piqueros, entre otras aves, han
reconquistado las playas de Lima, vacías de bañistas, surfistas y
vendedores ambulantes en estos días de verano por el confinamiento
general por el COVID-19 que toda la población de Perú acata desde
mitad de marzo.
por
Fernando Gimeno
Son
miles los ejemplares de distintas especies aladas que, ante la
ausencia de personas, se han adueñado de la Costa Verde de Lima, la
quinta mayor ciudad de Latinoamérica con unos diez millones de
habitantes y la única capital sudamericana ubicada sobre el mar.
Las
aves apostadas en las playas limeñas se han hecho virales en redes
sociales al protagonizar videos grabados por los vecinos con escenas
más típicas de una reserva natural, donde multitud de ejemplares
pescan a pocos metros de las viviendas, lo que ha sorprendido incluso
a los expertos en la materia.
“Subitamente,
montones de kilómetros de playas han quedado deshabitados y las aves
los han recolonizado. A algunas se les está viendo en lugares donde
antes no se les ocurría aparecer”, certificó a EFEverde el
ornitólogo peruano Fernando Angulo, investigador principal del
Centro de Ornitología y Biodiversidad (Corbidi).
Gaviotas
rumbo a Norteamérica
La
mejor prueba de ello es la populosa playa de Agua Dulce, en el
distrito pesquero de Chorrillos, que durante todo el verano es un
bullicio continuo de bañistas llegados desde distintas partes de la
capital, familias enteras que abarrotan la arena con sombrillas,
carros de comida ambulante y heladeros gritando arriba y abajo.
Ahora
esta playa a pies del Morro Solar, el peñón de la bahía de Lima,
se ha vuelto silenciosa y un idílico lugar de descanso para miles de
aves migratorias como las gaviotas de Franklin, que en pleno fin de
la época estival en el hemisferio sur emprenden su camino de retorno
hacia Norteamérica.
También
hay gaviotas peruanas y dominicanas, entre otras especies que residen
todo el año en la costa de Perú, pero que apenas son vistas durante
el verano en la ciudad, lo que al ciudadano de a pie lleva a la
siguiente pregunta: ¿de dónde han salido? ¿dónde estaban antes?.
“Estaban
en tramos de costa que el humano usa poco o nada. Hacia el sur de
Lima hay como 100 kilómetros de playas urbanizadas. Apenas quedan
libres unos 20 kilómetros, y es ahí donde estas aves se agrupan
durante el verano. Se forman como refugios. Por eso las áreas
protegidas juegan un papel muy importante”, apuntó Angulo.
“En
la Costa Verde de Lima muchas de estas aves como piqueros, gaviotas y
cormoranes están en los postes esperando su momento para bajar y
comer. Ahora que no hay gente los postes están vacíos porque ahora
pueden estar en la misma playa”, añadió.
Un
fenómeno inesperado
Para
el ornitólogo este “fenómeno inesperado” que también se ve en
las playas de otras ciudades de la costa peruana se debe además a
que los pescadores no están saliendo a faenar y eso deja más
alimento para estas aves.
“De
repente hay más comida y nadie las molesta, esa combinación de
factores está haciendo que estén felices y contentas en sitios
donde antes no podían estar”, señaló Angulo.
“Durante
la medida tenemos que reflexionar que nosotros somos el problema, los
humanos y todas nuestras actividades somos los que estamos
perturbando a quienes siempre han estado en estos espacios y forzado
a trasladarse a otros lugares”, agregó.
La
cuarentena también ha llevado a que en Lima se respire el aire más
limpio en muchos años, e incluso los niveles de contaminación hayan
llegado a los estándares recomendados por la Organización Mundial
de Salud (OMS).
Lección
para el futuro
El
investigador peruano consideró que la lección que deja esta
experiencia es que, “si en algún momento quisiéramos recuperar un
espacio para las aves, ya tenemos la fórmula: restringir la pesca y
la presencia de personas. Aplicando esas dos medidas, las aves
recuperarán su espacio”.
“Sin
embargo, la parte triste de esta historia es que, apenas nos suelten
de esta cuarentena, vamos a regresar a la normalidad y las aves
tendrán que replegarse a los sitios donde antes no las
molestábamos”, admitió Angulo.
Por
eso deseó que, cuando llegue ese momento, “prestemos más atención
a las aves y a la fauna en general y sepamos qué tenemos que
convivir con ellas, sin atropellarlas y forzarlas a huir a otros
espacios”.
Casos
similares en Argentina y Chile
La
recuperación de los espacios urbanos por parte de la fauna autóctona
no es un caso particular de Lima, pues en redes sociales también se
han difundido avistamientos de especies salvajes en otras ciudades de
Sudamérica que también están en cuarentena.
Así
pudo apreciarse a un puma paseando por las calles de Providencia, en
Santiago de Chile, y a familias de capibaras en zonas residenciales
de Buenos Aires.
“Esta
cuarentena le ha dado un respiro a la naturaleza”, señaló a
EFEverde la directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna
Silvestre del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre
(Serfor) de Perú.
“Es
importante mantener un equilibrio ecológico y ser más amigables con
la naturaleza porque el futuro de la fauna es también nuestro
futuro. Tenemos que aprender a vivir en armonía”, concluyó
Gálvez-Durand.
Fuente:
Fernando Gimeno, El confinamiento deja las playas de Lima repletas…de pájaros, 30 marzo 2020, EFEverde. Consultado 31 marzo 2020.
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