Los beneficios de la energía nuclear y los costos por los impactos ambientales que ésta genera son bien diferenciados.
por Cristian
Basualdo
El denominado
plan nuclear argentino consistió fundamentalmente en una costosa
operación de transplante, recepción, copia y asimilación de
artefactos, procesos y tecnologías desarrolladas en los países
centrales. En la segunda mitad del siglo pasado, el país asistió a
una reorganización de su circuito de producción, la división
territorial del trabajo nuclear convirtió a la provincia de Córdoba
en una zona de sacrificio para las externalidades ambientales
negativas de la industria nuclear.
Al sur del Valle
de Punilla, en la mina de uranio abandonada Los Gigantes, quedaron 2
millones 400 mil toneladas de residuos y 1 millón 600 mil toneladas
de mineral marginal y estéril, la explotación incluyó una presa
para evaporación de efluentes que derramó millones de litros de
líquidos ácidos con trazas de uranio, radio y radón, en la cuenca
del río San Antonio. Otro caso paradigmático es el de Dioxitek, la
planta que produce el dióxido de uranio para las centrales
argentinas en el populoso barrio de Alta Córdoba, donde quedaron
enterradas unas 57.600 toneladas de residuos que conforman el
denominado "chichón".
En el Valle de
Calamuchita, la Central Nuclear Embalse dejó unas 3 mil toneladas de
combustible nuclear gastado en su primer ciclo de generación, además
de un poco más de mil toneladas de residuos radiactivos productos
del recambio de componentes para la extensión de vida de las
instalaciones. Toda esta basura radiactiva quedará depositada a la
vera del lago Embalse.
Un reciente informe de Greenpeace Francia señaló que “no se ha encontrado aún
ninguna solución para la gestión a largo plazo de grandes volúmenes
de residuos nucleares, como el combustible gastado altamente
radiactivo que producen todos los reactores nucleares”. Solo para
que conste: la industria nuclear a nivel mundial lleva acumuladas 250
mil toneladas de combustible nuclear gastado. Si valoráramos la
libertad, nos cuidaríamos de proyectar hacia el futuro las
transformaciones irreversibles de la tecnología, condicionando la
vida de las generaciones futuras, su entorno natural y sus
posibilidades de subsistencia.
La extensión de
vida de la Central Nuclear Embalse tiene una demora de 7 años y 5
meses, y un costo de 2.142 millones de dólares, que superó más del 300 % del previsto originalmente. No le sirvió al gobierno
kirchnerista para mitigar la crisis energética, ni tampoco le sirve al gobierno macrista. Cuando se anunció con bombos y
platillos la puesta crítico del reactor de Embalse, el 4 de enero de
2019, ninguna de las 3 centrales argentinas estaba generando, Atucha
I y II por problemas en las bombas, “es como un
súper que tiene sus tres sucursales cerradas” dijo Julián Gadano, subsecretario de Energía Nuclear. La Voz del Interior informó a fines del año pasado que la Central Nuclear Embalse
“en febrero, estaría en pleno régimen”, sin embargo por estos
días la central se encuentra realizando ensayos con fluoresceína,
un líquido usado para detectar pérdidas en las tuberías.
La matriz
energética de Argentina creció pero no alcanza para mejorarle las
condiciones de vida a la gente, está muy concentrada en grandes
empresas, tanto estatales como transnacionales, con muy poco grado de
participación ciudadana a la hora de definir las políticas
energéticas. En medio de los recurrentes cortes de suministro
eléctrico y aumentos generalizados de las tarifas del gas y la
electricidad, con miles de personas manifestándose en diversos
puntos del país mediante una modalidad conocida como “ruidazo”, el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren dijo una frase contundente:
“No estoy de acuerdo con que la energía sea un derecho humano".
Por todo esto y
porque los recursos energéticos del planeta son finitos, es
importante construir la idea de una lógica de derechos alrededor de
la energía por sobre una lógica mercantil. Y realizar las clásicas
preguntas de todo debate energético ¿Cómo deberíamos producir
energía? ¿Para qué? ¿Para quién?
Gerardo Mesquida,
de Ecoingeniería El Telar, señaló una potencial salida: “las
energías renovables y el ahorro de energía, nos permite liberarnos
de la encrucijada bipolar instalada entre el carbón y la energía
nuclear. El empoderamiento de las comunidades organizadas hacia la
autogestión de las energías renovables, nos ofrece no solo la
energía suficiente para el confort del hábitat humana, sino también
nos permite pensar el decrecimiento ante la industrialización que
fomenta el consumo”.
Cecilia Carrizo
es profesora de Teoría Política de la Universidad Nacional de
Córdoba y propone comenzar a pensar en un proceso de transición
justa en el sector energético, ir a una matriz renovable por sobre
una fósil o nuclear, y encontrar caminos de democratización
energética como una herramienta indispensable que nos puede
garantizar la participación ciudadana.
Para hablar de
estos temas visita la provincia de Córdoba Bernard Cottier,
ciudadano francés, ingeniero en Energías eléctricas, y docente en
ramas superiores en Electrotécnica y Energías renovables. Además
es uno de los administradores de la red francesa Sortir du Nucléaire (Salir de lo Nuclear), una federación formada con más de 600 organizaciones en toda Francia, que va a cumplir 20 años.
Quedan todos
invitados al Conversatorio, con entrada libre y gratuita:
“Hacia una
democracia energética, políticas para salir de la energía nuclear”
¿Cuándo?
Lunes 11 de
febrero de 2019, a las 16 hs
¿Dónde?
Rondeau 467,
Nueva Córdoba.
Área Estado,
Ciudadanía y Justicia Ambiental. Instituto de Investigación y
Formación en Administración Pública de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (IIFAP-FCS-UNC).
que buen texto Cristian, gracias por sintetizar tantas cosas!
ResponderEliminarGracias a vos Cecilia!
ResponderEliminarHola buenos dias!! necesitaria ponerme en contacto con Cristian Bausaldo. Soy estudiante de la carrera Agrobioeconomía, y tengo que hacer un trabajo práctico sobre la contaminación antropica, en este caso de la que ocurrió en la central de Embalse. Gracias!!! Saludos
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