por Desmond Brown
GEORGETOWN, 1 feb
2019 (IPS) - La degradación de los suelos amplía aún más la
brecha de género donde sea que ésta exista, por lo que abordar la
inclusión femenina en las políticas públicas redundará también
en el combate a la desertificación, concluyeron varios expertos
reunidos esta semana en Guyana.
La Convención de
las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD, o
UNCCD en inglés), que entre sus principales puntos se propone la
Neutralidad en la Degradación de las Tierras (NDT), subraya que, en
los países en desarrollo, este fenómeno afecta a hombres y mujeres
de modo diferente.
Esto se debe en
especial al desigual acceso a la tierra, al agua, al crédito, a los
servicios de extensión y a la tecnología.
También afirma
que la desigualdad de género juega un rol significativo en la
pobreza relacionada con la degradación de suelos, de ahí la
necesidad de abordar en las iniciativas NDT las persistentes
inequidades que atizan la pobreza femenina.
En este contexto,
Douglas Slater, secretario general adjunto para el Desarrollo Humano
y Social en la Secretaría de la Comunidad del Caribe (Caricom), dijo
que incluir asuntos de género en las políticas públicas es muy
importante para su región en todos los aspectos del desarrollo
sostenible.
“Nos consta
que, en varias ocasiones, nuestras mujeres tienen una gran
participación en el trabajo agrícola, y tenemos que garantizar que
continúen teniéndola, pero hay que poner a su disposición los
recursos necesarios para que ellas realmente se comprometan a pleno”
con la actividad, dijo Slater a IPS.
Al tratarse de
países pequeños, es necesario utilizar tecnología agrícola más
eficiente, y también dar participación a todos los géneros,
agregó.
Slater señaló
que, particularmente en lo relativo a la capacitación y el uso de
maquinaria agrícola, hay un sesgo demasiado notorio hacia el género
masculino.
Añadió que hay
que hacer más para convencer a los jóvenes de que la agricultura
puede brindarles un buen sustento, y de que las mujeres son capaces y
deben participar también.
Slater dialogó
con IPS en el marco de la 17 sesión del Comité para la Evaluación
de la Implementación de la Convención (CRIC17, por sus siglas en
inglés), que se realizó entre el lunes 28 y el miércoles 30 en
Georgetown, Guyana.
Al realizar
cursos de capacitación, las instituciones agrícolas deberían tener
en cuenta que las mujeres pueden operar tractores o gerenciar
invernaderos, sostuvo Slater.
“Ellas han
demostrado que lo pueden hacer, y nosotros tenemos que alentarlas a
hacerlo más”, destacó.
Las mujeres
representan 43 por ciento de la mano de obra agrícola mundial, y
esta proporción se eleva a 70 por ciento en algunos países, por lo
que la CNULD ha señalado la importancia de tener en cuenta los roles
de género al elaborar políticas y leyes que promueven la
Neutralidad en la Degradación de las Tierras.
En África, por
ejemplo, 80 por ciento de la producción agrícola procede de
establecimientos pequeños, trabajados principalmente por mujeres
rurales.
Sin embargo, pese
a ser mayoría en el sector de la pequeña agricultura, las mujeres
no suelen tener garantizado el control sobre la tierra que cultivan
ni sobre las ganancias derivadas de la comercialización de lo que
producen.
Esta falta de
control se vincula a los derechos a la propiedad de la tierra en las
áreas rurales, que habitualmente favorecen a los hombres. Mientras,
el acceso de las mujeres a la tierra está determinado por su
relación con el propietario de la misma.
El cambio
climático es un factor estrechamente relacionado con la degradación
de suelos, lo que aumenta la incertidumbre en cuanto a la producción
de las mujeres, su acceso a los alimentos y la estabilidad de los
sistemas alimentarios.
El año pasado,
la CNULD organizó en Santa Lucía un taller técnico sobre un
proyecto de Neutralidad en la Degradación de las Tierras a fin de
aprender a implementar en el Caribe un manejo inteligente de la
tierra, tanto en materia de cambio climático como de inclusión de
género.
También allí se
analizó cómo mejorar y finalizar una propuesta conceptual de
proyecto con la participación de todos los actores clave antes de
buscar apoyo financiero del Fondo Verde para el Clima.
La secretaria
ejecutiva de la CNULD, Monique Barbut, dijo que las mujeres son las
primeras en ser afectadas por las principales causas indirectas de la
degradación de suelos. A saber: presión demográfica, tenencia de
la tierra, pobreza y falta de educación.
Por lo general,
las mujeres son las primeras víctimas de todos estos problemas, dijo
Barbut a IPS. “Eso es absolutamente anormal. En muchos países, las
mujeres no tienen ningún derecho de propiedad” sobre la tierra,
agregó.
“Así que,
¿cómo se le puede pedir a una mujer que maneja tierra que lo haga
bien, o que piense en el futuro, cuando la tierra nunca será suya?”,
planteó.
Las mujeres
suelen tener menos educación que los hombres, dijo Barbut, y es
esencial tener en cuenta este aspecto.
Según ella, la
CNULD pone de relieve todos estos temas en su plan de género.
Barbut señaló
también que las intervenciones en materia de Neutralidad en la
Degradación de las Tierras pueden acarrear cambios positivos en las
vidas de mujeres y niñas.
Citó como
ejemplo un proyecto que planea transformar 3.000 de las 5.000 aldeas
de Burkina Faso en ecoaldeas, aportando hornos solares y agua
potable.
“Solamente con
hacer eso estamos retirando seis horas de trabajo de los hombros de
las mujeres, porque les lleva unas tres horas por día salir a
conseguir alimentos que cocinar y otras tres ir a buscar agua”,
explicó Barbut a IPS.
“Queremos que
esas mujeres salgan de (esa situación) para que puedan insertarse en
programas de agroforestación que, por sobre todas las cosas, les
aportarán ganancias económicas. Nos aseguraremos de que esas
ganancias se destinen principalmente a la educación de los hijos y a
centros de salud para los pequeños y para las mujeres en
particular”, agregó.
La degradación
de suelos y las sequías afectan actualmente a más de 169 países.
Las comunidades rurales más pobres son las que sufren los peores
impactos.
Estimaciones
previas señalaron que, para 2025, aproximadamente 1.800 millones de
personas (más de la mitad de ellas mujeres, niños y niñas) se
verían perjudicadas por la degradación de las tierras y la
desertificación. Pero estas proyecciones ya se han visto
sobrepasadas de modo significativo, llegando a 2.600 millones los
afectados en la actualidad.
Fuente:
Desmond Brown, Degradación de tierras empeora brecha de género, 01/02/19, Inter Press Service.
No hay comentarios:
Publicar un comentario