La historia de un
río indomable. Junto con el Bermejo están considerados entre los
que acarrean mayor carga de sedimentos en el mundo, al punto que
alcanzan una tasa media de 125 millones de toneladas anuales.
por Ricardo Alonso
El Pilcomayo es
uno de los tres grandes colectores de la cuenca del Plata junto con
el Bermejo y el Juramento.
Los tres tienen
sus nacientes en los contrafuertes montañosos que se elevan en el
borde de la Puna y del Altiplano argentino-boliviano, dentro del
edificio orogénico de los Andes Centrales. Si bien algunas de sus
cabeceras irrumpen en la planicie altiplánica, mayormente se
alimentan en los cordones montañosos de la Cordillera Oriental.
Todos ellos han
tenido que acomodar sus cauces profundizando sus lechos a medida que
se elevaban, hacia oriente, los bloques de corteza del edificio
andino.
Río de pájaros
El río Pilcomayo
es un río trinacional entre Bolivia, Argentina y Paraguay. El
topónimo "Pilcomayo" deriva del quechua (pishqu = pájaro,
mayu= río), es decir "Río de los Pájaros", la
denominación en guaraní es Araguay que significa: ará: loro, guay:
río; es decir, "Río de los Loros".
Nace en la
Cordillera de los Frailes (Cerro Michaga), al oeste de Potosí, la
que tiene alturas superiores a los 5000 metros. En líneas generales
corre desde el noroeste al sureste.
Reúne en su
recorrido a numerosos tributarios, entre ellos el río San Juan de
Oro y sus afluentes que nacen en el extremo noroccidental de la Puna
Argentina. El río Grande de San Juan y el río Cotagaita forman el
río Pilaya y son afluentes del brazo del Pilcomayo que baja desde
Sucre y Potosí. Luego de atravesar el ambiente de Cordillera
Oriental y de las Sierras Subandinas, alcanza el paraje boliviano
conocido como Villamontes, famoso por la calidad de su pesca (dorado,
surubí, sábalos). Desde Villamontes cruza la llanura chaqueña y
desemboca en el río Paraguay, frente a la ciudad de Asunción . Más
de 20 etnias aborígenes viven a lo largo de su recorrido. Forma
parte también del límite entre el Chaco boreal y el Chaco Central,
dentro de la unidad del Gran Chaco sudamericano.
Desbordes y
bañados
Los desbordes del
Pilcomayo dan lugar a bañados como el de La Estrella y los Esteros
de Patiño, el tercer humedal más importante de Sudamérica. El río
Pilcomayo tiene una longitud de 2426 km y drena una cuenca
hidrográfica de 270.000 km cuadrados. Atraviesa regiones muy secas,
secas, húmedas y muy húmedas, lo que otorga caudales diferentes a
sus distintos tributarios. El caudal medio es de 175 metros cúbicos
por segundo.
El río Pilcomayo
forma uno de los principales abanicos activos de América del Sur.
Desde su salida en Villamontes (ápice) hasta su descarga frente a
Asunción del Paraguay (distal), forma un mega-abanico de 700 km de
longitud por 650 km de anchura máxima. Todo ese material proviene
del desgaste de las montañas que atraviesa a las cuales va
erosionando y con sus depósitos se forma la gran llanura del Chaco.
Forma parte de una larga lucha entre las fuerzas endógenas que
construyen el relieve y las fuerzas exógenas que lo destruyen. O sea
el juego y equilibrio entre las dinámicas interna y externa del
planeta.
El Pilcomayo es
conocido por su naturaleza indomable. Junto con el Bermejo están
considerados entre los ríos con mayor carga de sedimentos en el
mundo, al punto que alcanza una tasa media de 125 millones de
toneladas anuales.
La historia
geológica
La historia
geológica del Pilcomayo no sólo es compleja en la larga evolución
de sus antiguas cabeceras sino también en su cauce medio donde se
producen fenómenos particulares. Uno de ellos es la desconexión del
nivel de base con el río Paraguay.
Esto ocurre a la
altura del meridiano de 60´ W que produce una división hidrográfica
fuerte. Los ríos que bajan desde el oeste mueren en la llanura o
bien en los inmensos bañados que actúan como nivel de base y,
superada esta zona, los ríos tienen otro control geológico.
Por ejemplo se
generan saltos en medio de la llanura originados en bancos de tosca.
En realidad durante el Pleistoceno y en la época de las grandes
glaciaciones, el Pilcomayo tenía menos de la mitad de su longitud
actual ya que moría en un gigantesco lago que ocupaba gran parte del
Chaco argentino, boliviano y paraguayo.
Estos lagos
desaparecieron, pero los actuales esteros y bañados son un pálido
reflejo de aquella época pretérita. Hay cambios de origen natural y
otros de origen antrópico, o sea desvíos realizados por el hombre y
que complicaron la red hidrográfica. Que el Pilcomayo cambie su
cauce o produzca desbordes es parte de su naturaleza intrínseca como
pasó en el verano de 2017.
En 1911 tuvo
lugar un gran desvío natural cerca del Puesto de la Invernada. Otros
desvíos importantes ocurrieron en la década de 1930.
Uno de los
fenómenos curiosos del Pilcomayo es el llamado "atarquinamiento",
que es un proceso de relleno o elevación del lecho por deposición
de sedimentos. En realidad es el relleno del cauce por amontonamiento
(del árabe tarkim), en este caso de légamo; o sea de cieno o barro
pegajoso. Los desvíos,desbordes y atarquinamientos fueron siempre un
serio problema a los intentos de navegación. Religiosos,
científicos, exploradores, funcionarios coloniales, industriales,
militares, aventureros, entre otros, probaron de navegarlo, tanto
desde Paraguay hacia Bolivia, o viceversa. Uno de ellos fue el padre
Patiño que remontó el río desde Asunción en 1721.
El estero de
Patiño lleva el nombre por este intrépido religioso. También en el
siglo XVIII fue recorrido por el padre Castañares (1741), quien
regresó en 1742 y murió a manos de los tobas y luego por Félix de
Azara (1781). En el siglo XIX fue navegado por el coronel boliviano
Magariños (1843), Van Nievel y Acha (1844), el padre Giannelli
(1863), el sabio francés Crevaux, que desapareció en 1882, Thouar
que salió a buscarlo sin éxito, Campos (1883) oficial boliviano
fuertemente armado que fundó “Colonia Crevaux”, el comandante
Fontana en 1884, el capitán Juan Page que murió durante la
navegación en 1890, el ingeniero Enrique Ibarreta que partió desde
San Antonio en Bolivia y al llegar al estero de Patiño fue muerto
por los indígenas en 1898, entre muchos otros. El ingeniero
hidrógrafo Olaf Storm, quien exploró hasta los esteros en 1890,
concluyó que el río Pilcomayo no era navegable para el comercio y
que tampoco tenía una creciente regular y periódica.
En la primera
mitad del siglo XX, en 1905, lo navegó el agrimensor noruego Gunardo
Lange, padre de la poetisa Norah Lange (esposa de Oliverio Girondo).
En 1906, Lange publicó en Buenos Aires su trabajo “Río Pilcomayo
desde la desembocadura en el río Paraguay hasta el paralelo 22°
Sur”, con una descripción muy completa de ese recorrido. Luego
está el viaje realizado por el perito Domingo Krause de la comisión
de límites entre Argentina y Paraguay en los años 1906 y 1907. Un
estudioso de la cuestión del Pilcomayo fue el geólogo Augusto Tapia
(1898-1966) quien recorrió la zona en 1934. Tapia había perdido
ocho dedos de sus manos por congelamiento en la Antártida en 1920.
Sin embargo ello no fue óbice para que realizara un trabajo
magnífico sobre la geología de Formosa y del Pilcomayo que publicó
en un voluminoso ensayo donde además se explayó hacia las llanuras
argentinas y su historia geológica. Con solo dos dedos dibujó,
escribió y dejó para la posteridad un trabajo ahora clásico sobre
el tema (Pilcomayo. Contribución al conocimiento de las llanuras
argentinas, Boletín N° 40, Dirección de Minas y Geología, Buenos
Aires, 1936). Otro trabajo geológico valioso sobre el Pilcomayo y
los esteros de Patiño fue realizado por Isaías Rafael Cordini y
publicado en Buenos Aires en 1947.
Entrada relacionada:
Pilcomayo, el río "indomable" en la frontera de Paraguay y Argentina que produce cruentas sequías pero también terribles inundaciones
Fuente:
Ricardo Alonso, Historia y bravura del Pilcomayo, 15/04/18, El Tribuno de Salta.
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