por Miguel A. Soto
El pasado 14 de
junio más de 30 voluntarios de 13 países se adentraron hasta la
cuenca del Río Tapajós, en el corazón de la Amazonia, para ayudar
a los indígenas Mundurukú en la demarcación de su territorio.
Este paso, la
demarcación de sus tierras, es algo que debería haber hecho el
gobierno hace tiempo, ya que es el procedimiento obligado antes de
que se reconozca oficialmente el derecho a su territorio. Una vez
reconocido y demarcado, la Constitución brasileña prohíbe el
desplazamiento de sus pobladores salvo casos excepcionales, como una
guerra o una epidemia. Si el gobierno brasileño reconoce el
territorio Sawre Muybu de la tribu Mundurukú, el proyecto
hidroeléctrico de Sao Luiz do Tapajós, que inundaría parte de sus
tierras, no podría llevarse a cabo y pasaría a la historia como un
proyecto fallido.
Y esta historia
con final feliz es por la que estamos trabajando. Ya que el gobierno
no ha demarcado el territorio hasta ahora, los indígenas Mundurukú
ayudados por los voluntarios de Greenpeace se han puesto manos a la
obra.
Justo un día
después de que los voluntarios de Greenpeace llegaran al poblado
Sawre Muybu, el Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de
Naciones Unidas publicó su informe resultado de la visita que hizo a
Brasil a mediados de diciembre de 2015.
En esta visita la
Relatora de Derechos Humanos de Naciones Unidas se interesó por
varios proyectos polémicos, siendo uno de ellos la presa de Belo
Monte. En este informe, presentado públicamente a la 32ª reunión
del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra se hacen
recomendaciones demoledoras para el caso del megaproyecto
hidroeléctrico de Sao Luiz do Tapajós.
Los responsables
de velar por los derechos humanos de Naciones Unidas “recomiendan
que se revise el uso actual del mecanismo legal de "suspensión
de seguridad" con el fin de garantizar que no constituye un
obstáculo al acceso a la justicia de las comunidades afectadas por
los proyectos de desarrollo a gran escala; también pide que se
apliquen los mejores esfuerzos para proporcionar a la Fundación
Nacional del Indio de Brasil con los recursos necesarios para llevar
a cabo correctamente y con prontitud la demarcación de tierras
indígenas.
A las empresas
(que se enteren Siemens, Mapfre o Iberdrola), el Grupo de Trabajo
recomienda que cumplan con su responsabilidad de respetar los
derechos humanos a nivel internacional mediante la debida diligencia
para identificar, prevenir, mitigar y dar cuenta de la forma en que
abordan los impactos negativos sobre los derechos humanos; también
piden a las empresas que evalúen los impactos negativos reales o
potenciales sobre los derechos humanos, garantizar una consulta
significativa con los individuos y las comunidades potencialmente
afectadas, prestando atención a los grupos potencialmente
vulnerables o marginados y garantizar que tengan información
oportuna y completa sobre los proyectos o cambios propuestos que
puedan afectarles y la capacidad de formular sus opiniones.
Para las
organizaciones de la sociedad civil, el Grupo de Trabajo también
tiene una recomendación: continuar para crear conciencia sobre las
obligaciones y responsabilidades respectivas del Gobierno y de las
empresas en virtud del derecho internacional de los derechos humanos
para prevenir y hacer frente a los efectos adversos de los derechos
humanos relacionados con las operaciones de las empresas comerciales;
y continuar con el trabajo de defensa de los derechos de las
comunidades afectadas y los defensores de los derechos humanos.
Precisamente en
eso estamos, y por eso agradecemos el informe de la Relatora Especial
de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Estamos ayudando a los
Mundurukú a defender su territorio.
Y desde mañana
con más fuerza, ya que desde el poblado Sawre Muybu tendremos a
nuestra compañera Nadia y al ilustrador Iván Solbes contándonos,
de primera mano, cómo estámos haciendo esta labor.
Activista en ruta
hacia una mejor conservación y gestión de los bosques del planeta.
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Fuente:
Miguel A. Soto, Demarcando con los Mundurukú su territorio histórico, 27/06/16, Greenpeace España.
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