Se cumple un año de la explosión tóxica en la fábrica de atrazina en la ciudad de San Nicolás
San Nicolás, marzo de 2025. – A un día de cumplirse el primer aniversario de la explosión del reactor químico donde se producía atrazina en la fábrica de Atanor, que contaminó las calles, el aire y las viviendas cercanas, y revivió los temores de la comunidad de San Nicolás sobre los riesgos para su salud, la empresa continúa impune con su funcionamiento.
“Es inadmisible que no haya respuestas sobre las causas de la explosión, que no haya un dictamen sobre la responsabilidad de la empresa, y haya conseguido el certificado de aptitud ambiental como si nada hubiese ocurrido”, explicó Diego Salas, director de programas de Greenpeace en Argentina.
A pesar de las pruebas de la Autoridad del Agua que en mayo pasado confirmaron la presencia en el agua de tóxicos provenientes de Atanor, además de los análisis realizados por Greenpeace en los barrios cercanos a la fábrica, que arrojaron resultados contundentes que confirmaron la existencia de atrazina y otros químicos contaminantes, la justicia habilitó la reapertura de la fábrica sin mayores modificaciones y a un año de la explosión, la causa continúa sin movimiento.
“Desde las primeras horas tras la explosión estuvimos ahí, acompañando a los vecinos, para documentar y exigir soluciones.” Recordó Salas, “Investigamos junto a profesionales de la salud y expertos ambientales acerca del riesgo que implica la exposición a agroquímicos. No habrá justicia para esta comunidad mientras Atanor siga contaminando, por eso seguimos reclamando junto a los vecinos”.
La explosión que esparció la atrazina se produjo el 20 de marzo de 2024 en la planta de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, con liberación de agrotóxicos hacia las inmediaciones. Durante el año 2016, la empresa ya había sido clausurada por el riesgo que significaba para los habitantes la producción de esas sustancias tóxicas. En 2019, amplió su planta sin los permisos correspondientes y, en 2023, recibió una sentencia judicial por contaminar y causar daños severos a la salud.
Si bien dejó de producir atrazina en San Nicolás, a pesar de todos los antecedentes, la empresa obtuvo el Certificado de Aptitud Ambiental el pasado octubre para seguir con la fabricación de agrotóxicos, otorgado por el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, sin que haya existido sanción a los responsables.
Fuente:
Greenpeace: “La impunidad permite que Atanor siga funcionando y envenenando a la comunidad”, 19 marzo 2025, Greenpeace Argentina.
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