Últimamente, se ven muchas más noticias sobre energía nuclear. La mayoría de ellas presentan el mismo tema: que estamos en medio de un resurgimiento sin precedentes de la energía nuclear, y justo a tiempo para resolver muchos problemas: la alteración del clima, la seguridad energética, las crecientes necesidades energéticas de la inteligencia artificial e incluso la seguridad nacional. Todo esto es PURA PROPAGANDA.
Por Juan Vernieri
Ya hemos visto en diversas oportunidades que la energía nuclear no solo no sirve para combatir el cambio climático, sino que es contaminante.
No se está produciendo un renacimiento nuclear en ningún lugar del mundo. Lo que sí hay es una emergencia climática que exige una rápida eliminación progresiva de los combustibles fósiles y una transición hacia una energía renovable, sostenible y no contaminante.
El auge del fracking ha convertido a Estados Unidos en el mayor productor y exportador de petróleo y gas del mundo, con más de un millón de pozos de fracking y 95.000 kilómetros de nuevos oleoductos.
El aumento exponencial de la energía solar, eólica y ahora el almacenamiento en baterías, que representó el 90% de la nueva electricidad en casi todo el mundo.
A nivel mundial, los nuevos parques eólicos y solares agregaron más capacidad de generación en 2023 que todas las plantas de energía nuclear del mundo, EN SOLO UN AÑO.
En Estados Unidos no hay ninguna central nuclear en construcción y no habrá ninguna durante al menos unos años.
Hace cinco años se aprobó parcialmente el diseño de un reactor modular pequeño (SMR), desde entonces no se ha aprobado ningún nuevo diseño ni se ha construido uno. El único aprobado está abandonado.
El SMR argentino, el CAREM, ha sido descartado por la CNEA por no ser comercialmente viable.
El problema es que la mayoría de los medios de comunicación y los comentaristas no solo no están investigando, ni averiguando, sino que ni siquiera están rascando las mentiras endebles que están difundiendo las corporaciones nucleares.
Los periodistas no efectúan las obligadas preguntas difíciles a los promotores de la industria, permitiéndoles que mientan o, en el mejor de los casos, elaboren medias verdades, e informaciones erróneas fáciles de refutar.
El público merece saber la verdad porque la energía nuclear y la industria energética nos afectan a todos, en todos los sentidos: nuestras facturas de electricidad, la salud de nuestras familias y comunidades, nuestra agua y nuestro medio ambiente, las generaciones futuras y la supervivencia climática.
No debemos consumir la cantidad de información falsa sobre la energía nuclear que se publica a diario. (Fuente: NIRS)
La obra de arte que ilustra esta entrada es “Nuclear Marsh”, de Wolfgang Ertl.
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