viernes, 15 de febrero de 2019

Un árbol serrano en peligro podría salvarse gracias a un hongo

Científicos del Conicet y de la UNC buscan aprovechar un mecanismo de simbiosis para potenciar el crecimiento del durazno de campo, un árbol con propiedades medicinales que está en riesgo de extinción.

El durazno de campo o “sacha durazno” (Kageneckia lanceolata) es un árbol autóctono de América del Sur y una referencia de las sierras de Córdoba.

Pero está en riesgo de extinguirse por la deforestación, el pastoreo doméstico y la explotación excesiva de su madera, según la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza (IUCN).

Científicos de Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) propusieron una estrategia original para potenciar el desarrollo de plantines, expandir su población y recuperar bosques de esta especie.

La solución sería inocularlos con ciertos hongos que promueven una mejor absorción de nutrientes.

Belleza forestal

El durazno de campo, alcanza los cinco metros de altura. Destaca por su colorido follaje y rápido crecimiento que lo hacen muy recomendado para parquizaciones.

La corteza de la planta se usa en medicina tradicional como antifebril, inductor del vómito y antipalúdico.

Alejandra Becerra, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) de Conicet y la UNC, el enfoque se basa en la acción de los llamados “hongos formadores de micorrizas arbusculares” o HFMA.

Estos hongos tienen la capacidad de establecer una relación simbiótica con las raíces de la mayoría de las plantas y promueven la formación de unas estructuras que mejoran la absorción de agua, fósforo, nitrógeno y micronutrientes del suelo.

Ensayos preliminares

Los ensayos preliminares en invernaderos han sido alentadores, según reportaron Becerra y sus colegas en un trabajo publicado en el Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica.

A los seis meses de ser tratados con los hongos, los plantines de durazno de la sierra (procedentes de semillas recolectadas en las sierras de Córdoba) presentaron una biomasa aérea dos veces mayor y triplicaron el contenido de fósforo respecto de los no inoculados.

Tenían mejores hojas y tallos más largos”, sintetizó Becerra en declaraciones a la agencia de noticias científica Cyta, de la Fundación Instituto Leloir. Para la autora este trabajo “sienta bases para preservar esta especie vegetal amenazada”.

Siguiente etapa

En una siguiente etapa, los investigadores cordobeses se propusieron reforestar con 120 plantines de durazno de la sierra un predio de la Reserva Natural de Vaquerías ubicada cerca de Valle Hermosa y perteneciente a la UNC.

Allí estudiarán cómo se comporta el inóculo bajo distintas condiciones de riego o fertilización.

Más adelante, analizaremos los datos y reuniremos evidencias para diseñar estrategias eficaces a fin de restaurar bosques de esta especie”, concluyó Becerra, quien trabaja en el Laboratorio de Micología del IMBIV y es investigadora independiente del Conicet.

Del trabajo también participaron, Silvia Navarro Ramos y Daniel Renison del Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (CERNAR) y del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT), que depende del Conicet y la UNC.

Renison fue elegido Cordobés del Año por La Voz del Interior en 2015. El reconocimiento se le dio por su trabajo de reforestación que realiza en las sierras de Córdoba.

Fuente:
Un árbol serrano en peligro podría salvarse gracias a un hongo, 15/02/19, La Voz del Interior.

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