lunes, 12 de junio de 2023

¿Córdoba subestima la amenaza sísmica?

El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) advirtió que la provincia necesita más monitoreo. ¿Cuáles son las zonas con más riesgo y por qué faltan estaciones sismológicas?

Por Nicolás Sosa Tillard

En general, los cordobeses observamos de lejos los terremotos o sismos que ocurren en otras partes del mundo, como Chile, o bien algo más próximo como las provincias de San Juan o Mendoza. Ante un evento sísmico realizamos algún comentario breve con alguien cercano y seguimos con nuestras actividades. ¿Pero tenemos información certera sobre la actividad sísmica en la provincia y por lo tanto de la noción del riesgo sísmico?

La reciente publicación del mapa de peligrosidad sísmica realizado por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, tuvo como objetivo identificar las regiones de nuestro país que tienen mayor amenaza sísmica conocida.

En ese informe el mismo ente nacional advirtió la importancia de “aumentar el monitoreo sísmico principalmente en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Córdoba, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Buenos Aires”.

¿Por qué? Según especialistas por dos factores principales: Córdoba posee fallas en su corteza terrestre que podrían reactivarse y su red de monitoreo es limitada.

¿Cuáles son las fallas de Córdoba?

Para conocer cuáles son las fallas activas en la provincia, los investigadores analizan periódicamente las deformaciones cuaternarias del suelo. Esto además permite mejorar la caracterización de la peligrosidad sísmica de la región.

Según el mapa interactivo del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), la provincia de Córdoba tiene fallas en las Sierras Chicas que incluye las trazas en Santa Rosa, Cosquín, Potrero de Garay-San Pedro, Villa Carlos Paz, Los Cóndores, Villa Giardino, Las Peñas, Villa General Belgrano y Villa Calamuchita.

Además, se presentan fallamientos en la Sierra de Comechingones, como las fallas El Molino, sierras de San Marcos, Malagueño, Ciénaga del Coro, Pocho, Ambul Mussi, Nono, Despeñaderos, Las Lagunas, Las Rosas, Santa Catalina, Tostado Selva, San Francisco y Balnearia.

Para la doctora en geofísica, especialista en sismología y docente de la Universidad de San Luis y de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Silvana Spagnotto, las fallas en la corteza terrestre de Córdoba pueden moverse y generar un sismo con una “magnitud importante”, lo cual incluso puede superar la magnitud 6.

Gerardo Sánchez, jefe de investigaciones sismológicas del Inpres, agregó más datos. “En los últimos años se produjo un considerable aumento de la amenaza sísmica en la localidad de Deán Funes y alrededores y un leve aumento de la misma en la ciudad de Córdoba”.

Lo que no se mide se desconoce

Actualmente, la información oficial sobre la amenaza sísmica en la provincia es monitoreada por tres sismógrafos dependientes del Inpres ubicados en las localidades de Loma Bola (departamento de San Javier), Tanti (departamento de Punilla) y Achiras (departamento de Río Cuarto).

Esos instrumentos de medición advierten cuando se produce algún evento de consideración, fijan el epicentro y la profundidad, personal especializado revisa los datos y realiza un reporte para su publicación en la página web oficial.

La red de Córdoba necesita sumar más sismógrafos, para ampliar su área de estudio y para que el monitoreo sea cada vez más automático. Todavía hay mucho trabajo manual y un reporte puede demorar hasta 45 minutos en algunos casos”, expresó Sánchez. “La tecnología está, en el terremoto de San Juan de enero del 2021 la información preliminar se obtuvo en cuatro minutos”, agregó.

Si bien el Inpres tiene a su cargo la construcción, instalación, operación y mantenimiento de la Red Nacional de Estaciones Sismológicas (Rnes), por falta de presupuesto específico, en los últimos años gobiernos provinciales e instituciones educativas firmaron convenios con el ente con el objetivo de mejorar la política de medición constante sobre los movimientos sísmicos que se registren e identificar el origen de los mismos.

Spagnotto citó el ejemplo de la provincia de Neuquén. “Con la actividad petrolera se incrementó la actividad sísmica en la provincia y mediante un convenio con el Inpres, el gobierno de la provincia patagónica y empresas petroleras se densificó el monitoreo de la zona”. Y agregó: “La falta de monitoreo no es un problema únicamente de Córdoba, la cobertura es insuficiente en varios sectores del país. Podrían sumarse sismógrafos cerca de la ciudad de Córdoba, Villa Dolores y Río Cuarto, por citar algunos ejemplos”, sostuvo.

Los terremotos históricos de la década del 30 en Sampacho -tanto el evento principal como la réplica-, con una magnitud estimada de 5, fueron muy dañinos”, recordó Spagnotto.

Roberto Martino, geólogo especialista en tectónica de placas del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba sugirió la instalación de nuevos sismógrafos en Pampa de Achala y Capilla del Monte. “Sería muy bueno que se pueda elaborar un equipo multidisciplinario que trabaje en este objetivo. Aún hay mucho por hacer en Córdoba, se necesitan más datos que permitan conocer mejor la amenaza sísmica”.

El mapa de peligrosidad sísmica

Según información disponible en el Inpres, el mapa de peligrosidad sísmica incluye información sobre la magnitud máxima, la tasa de sismicidad, el tipo de falla geológica y la profundidad e influencia de las diferentes zonas sísmicamente activas, respecto de cada punto del país. Esto significa que dos localidades distintas e inclusive dos domicilios diferentes en una misma localidad, pueden verse valores distintos de peligrosidad sísmica.

El mapa contiene una estimación estadística de las aceleraciones o intensidades máximas de movimiento del suelo que pueden ocurrir en cada punto de Argentina, medido en un intervalo de tiempo en años y asignándole una probabilidad de excedencia. Este mapa muestra una distribución gradual de colores y se dejó de hablar de cinco zonas sísmicas como en el pasado.

El mapa de peligrosidad sísmica del Inpres es mejor que el anterior pero hay que continuar mejorándolo, incluir fallas activas y localizaciones precisas de sismicidad. Muchas de las localizaciones de sismos se hacen con estaciones a distancias regionales y no locales, y eso a veces posee errores de localización de kilómetros”, advirtió Spagnotto.

Conciencia para el cambio

Los especialistas coincidieron que se necesita tomar conciencia real de la amenaza sísmica para actuar en consecuencia. “Córdoba es una provincia grande, con varios cordones montañosos importantes, grandes obras de infraestructura, diques, represas y una central nuclear por lo que es importante conocer su amenaza sísmica en profundidad”, expresó Martino.

Para Spagnotto se necesitan fortalecer políticas públicas en el tema, no solo a nivel nacional sino también en cada jurisdicción. “Sería muy importante realizar un trabajo en conjunto con el gobierno de Córdoba y los municipios para fortalecer los sistemas de monitoreo y mejorar la respuesta ante la emergencia por ocurrencia de terremotos”, sostuvo Sánchez.

Desde el Gobierno de la Provincia de Córdoba sostuvieron que por el momento el único monitoreo que realizan sobre la actividad sísmica, entre otros índices, es a través de la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático y Catástrofes. “No tenemos control sobre las estaciones sismológicas del Inpres”, advirtieron.

Para Sánchez, la norma es que las autoridades “hagan la vista gorda” sobre los datos que proporciona el Inpres en cada evento sísmico. “Generalmente se lo subestima, el sismo ya pasó y no va a volver a pasar, no es una prioridad”, consideró.

Además los especialistas señalaron que el riesgo de destrucción es siempre mayor si no existe prevención sísmica, es decir, si la infraestructura y la población no están preparadas. Actualmente en nuestro país es obligatorio cumplir con las indicaciones del Reglamento Argentino para Construcciones Sismorresistentes. Sin embargo, aún se rige por el mapa de peligrosidad sísmica antiguo, porque el nuevo no fue adaptado.

Finalmente otra de las claves, según Spagnotto, es la falta de concientización de la población. “Para disminuir la vulnerabilidad, las autoridades deben informar a los ciudadanos que hacer y qué no hacer ante un sismo y no solo en Mendoza y San Juan donde la actividad sísmica es mayor”.

Recomendaciones ante un sismo

- Tener calma y proceder de acuerdo con lo establecido en el plan de emergencia.

- No permanecer en lugares donde existan objetos cuya caída pueda provocar accidentes.

- No salir a balcones bajo ninguna circunstancia.

- No usar ascensores.

- Si se encuentra en un local con aglomeración de personas (autoservicios, templos, cines, etcétera), permanecer en el lugar y aplicar las medidas de protección. No acudir inmediatamente a la salida.

- Ser solidario con el otro frente a la emergencia.

La historia sísmica de Córdoba

A partir de datos publicados por el Inpres, el analista Leandro Stryjek reveló que en la provincia de Córdoba durante el período 1998-2019 hubo 1.031 sismos, lo que la ubica séptima en cantidad de eventos sísmicos a nivel nacional. Los sismos ocurridos en la provincia representaron el 2,44% del total.

En la provincia, los eventos sísmicos más importantes de la historia tuvieron lugar entre Villa de Soto y Cruz del Eje, de 6,5 grados (escala de Richter), en Villa Giardino, de 5,6 grados, en 1947; y otro producido en Cruz del Eje, de 6,7, en 1955. En 1934 se vivió el gran terremoto de Sampacho, de 6 grados de magnitud que destruyó el 90 por ciento de las edificaciones del pueblo.

El evento sísmico más reciente ocurrió hace poco más de un mes. Tuvo epicentro a ocho kilómetros al sur de la localidad de Tanti, fue de magnitud 3 en la escala de Richter y se detectó a 22 km de profundidad.


Fuente:

Nicolás Sosa Tillard, ¿Córdoba subestima la amenaza sísmica?, 11 junio 2023, La Voz del Interior.

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