Ecologistas presentaron una acción de amparo colectivo en representación de la especie. Advierten que se encuentra “casi en extinción por el severo daño ambiental sobre su hábitat”. Solo quedan 250.
por
Laura Borse
Greenpeace
Argentina, patrocinada por la Asociación Argentina de Abogados
Ambientalistas, presentó una acción de amparo colectivo y una
medida cautelar ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en
representación de la especie yaguareté para que se le reconozca
como “sujeto de derechos” y parte de la naturaleza. La
organización advierte que la especie se encuentra “en estado
agónico, casi en extinción (menos de 20 ejemplares en el Gran Chaco
argentino) por el severo daño ambiental sobre su hábitat”.
En
Argentina solo quedan 250 ejemplares del felino más grande de
América
El
yaguareté (Panthera onca) es el felino más grande de América y el
predador más importante (puede recorrer diariamente hasta 11 Km),
por lo que se alimenta de casi cualquier especie, como tapires,
pecaríes, corzuelas, carpinchos, yacarés, armadillos, serpientes,
tortugas, aves y monos.
En
el Gran Chaco argentino dependen de territorios muy grandes
(400-2.900 km2), y su disminución puso a la especie al borde de la
extinción en la región. Considerando que toda la región chaqueña
era un hábitat adecuado hasta el siglo 18, los jaguares perdieron el
77 % de las áreas núcleo para 1985 y el 85 % para 2013. Está
clasificado como “Casi Amenazado” en la Lista Roja de la Unión
Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). La población
estimada para toda la Argentina es de 250 individuos (aproximadamente
160 individuos en la Selva de Yungas, alrededor de 80 en la Selva
Paranaense, y menos de 20 en la región chaqueña).
Según
el informe de Greenpeace de julio recién pasado, titulado El sacrificio de los boques del Gran Chaco, “los científicos estiman
que los jaguares ocupan menos del 50 % de su distribución original,
y en Argentina este proceso de retracción fue el más extremo, en
donde en los últimos dos siglos quedó recluido a un 5 % de la
superficie original”.
La
expansión de la ganadería y de los cultivos agroindustriales, como
la soja u otros, ha provocado la deforestación a gran escala de los
bosques y selvas sudamericanos. En el informe, Greenpeace da a
conocer los actores de la deforestación en “Chaco, Salta, Santiago
del Estero y Formosa: las empresas productoras de ganadería vacuna
para exportación y las grandes cadenas de supermercados y mayoristas
de Europa e Israel que compran a estos frigoríficos”.
Si
las corporaciones tienen derechos, ¿por qué el yaguareté no?
La
acción judicial se expresa contra las provincias de Salta, Chaco,
Formosa y Santiago del Estero, y contra el Estado Nacional y la
Administración de Parques Nacionales intimando a que la corte
“ordene a los demandados la efectiva conservación y preservación
del hábitat de la especie Yaguareté en la ecorregión del Gran
Chaco Argentino que permita que dicha especie pueda seguir
existiendo, gozar de sus ecosistemas, manteniendo sus planes de vida,
salud, bienestar, alimentación, libertad, reproducción y seguridad
de los últimos menos de 20 sujetos vulnerables, especialmente”.
Los
demandantes reclaman que se cumpla con las normas legales vigente y
además intiman a que “se establezca judicialmente la obligación
de “Deforestación Cero” en los territorios que habita la especie
Yaguareté en la ecorregión del Gran Chaco argentino. Se ordene la
conservación integral de los corredores biológicos del Gran Chaco
argentino prohibiéndose allí toda deforestación, fragmentación y
degradación. Se prohíban en las provincias demandadas las
recategorizaciones, que supongan una regresión ambiental, de
zonificaciones establecidas por los Ordenamientos Territoriales de
Bosques Nativos (OTNB). Se ordene al Gobierno Nacional la plena y
total disposición de los fondos presupuestarios legales establecidos
en el Capítulo 11 de la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de
Protección Ambiental de los Bosques Nativos en el Presupuesto
Nacional (Ley 26.331). Se ordene a la Administración de Parques
Nacionales (APN) disponga las medidas conducentes para la realización
de un Plan de Manejo sobre el Yaguareté. Se ordene la retrocesión
de las recategorizaciones de la zonificación establecida en los OTBN
ya realizadas en las provincias de Chaco y Salta”.
Además,
resaltan que las modificaciones de las leyes ambientales no pueden
implicar un retroceso en los niveles de protección alcanzados con
anterioridad, sino más bien incrementarlos.
Por
los derechos de la naturaleza
Para
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de
Greenpeace, esta acción apunta a “entender que es más profundo
que proteger a un animal. Bolivia y Ecuador avanzaron en sus
constituciones con eso, por impulso de sus pueblos originarios. El
Estado defiende a entes abstractos como corporaciones. ¿Cómo no lo
hace con animales, bosques y glaciares?”.
En
diálogo con La Izquierda Diario, Giardini expresó que, en este
sentido, plantear una demanda en el marco de los derechos de la
naturaleza implica abrir la discusión e instalar el tema a nivel
social. Aun así, advierte que no alcanza con la vía jurídica, sino
que se requiere de presión social para que la demanda avance y se
haga realidad: “Se necesita de la parte legal, pero también
cambiar el paradigma, que destruir bosques nativos sea un crimen
desde lo ético. Hecha la presentación la pelota queda en la Corte,
nosotros empujamos. Si la sociedad reclama fuerte, tiene ahí la
corte un amparo”.
Los
derechos de la naturaleza defienden los sistemas de vida y su
atención se fija en los ecosistemas. Han sido países
latinoamericanos los primeros en realizar este tipo de
reconocimiento, como en las experiencias del Estado Plurinacional de
Bolivia y, principalmente, de la República del Ecuador, cuya
Constitución manifiesta en el artículo 71 que “la Naturaleza o
Pachamama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que
se le respete integralmente su existencia y el mantenimiento y
regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos
evolutivos”.
En
la misma línea, el amparo presentado busca “consagrar a la
Naturaleza como sujeto de Derechos, postula nuevas formas de relación
del ser humano con ella y sus componentes. Reclama, por ende, el
pasaje de un paradigma antropocéntrico a otro de carácter
socio-biocéntrico. En los lineamientos de este nuevo paradigma
civilizatorio se destaca el abandono de la caracterización de la
naturaleza sólo como canasta de recursos”.
Greenpeace
en la mira de Patricia Bullrich
Greenpeace
estuvo en el centro de la escena los últimos días dando visibilidad
a problemáticas ambientales urgentes que amplían la reflexión
social a través de la pelea por conseguir derechos para sujetos no
humanos. La semana pasada, activistas contra la explotación animal
se colaron a la arena de la Rural y desplegaron carteles durante una
acción directa pacífica. Los peones disfrazados de gauchos
reaccionaron con tremenda virulencia, los corrieron con caballos,
patearon, insultaron y amenazaron con facas. Una semana después,
Greenpeace logró que se desplegaran unos carteles durante el acto
inaugural, con Macri ahí presente, que no parecía darse cuenta de
lo que sucedía. La ministra de seguridad también reaccionó con
injustificada violencia denunciando a la ONG por “intimidación
pública”.
Estas
acciones y la gran repercusión mediática que desataron están
demostrando que la sociedad empieza a cuestionarse realidades que
parecían eternas: la forma en que se produce el alimento (o no
produce, considerando que según muchos informes la producción
agropecuaria está más enfocada en la producción de mercancías
exportables y no de alimento), la forma en que los animales son
criados y tratados, el maltrato innecesario al que son sometidos y el
gran impacto ambiental de la producción ganadera y de la agricultura
industrial.
Fuente:
Fuente:
Laura Borse, Buscan que la Corte Suprema reconozca al yaguareté como sujeto de derechos para que no se extinga, 6 agosto 2019, La IZquierda Diario. Consultado 10 agosto 2019.
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