Como quedó
demostrado en las últimas semanas con las inundaciones en el NEA y
en el Litoral, la Argentina no escapa al incremento en la intensidad
y en la frecuencia de las lluvias que afectan a todo el planeta.
por
la Redacción de DEF
El 2019 comenzó
con inundaciones en las regiones del Litoral y el Noroeste Argentino,
que provocaron más de 6.000 evacuados y que obligaron al gobierno
nacional a declarar el "estado de emergencia hídrica". De
acuerdo con datos del Servicio Meteorológico Nacional, las
precipitaciones de las últimas semanas fueron más altas que el
promedio, en algunos casos en un 60 %. En Oberá, en enero último se
registraron las mayores lluvias desde 1951.
Se trata de un
fenómeno que se viene repitiendo cada vez con mayor frecuencia en
los últimos años y que se debe, según los expertos, a una
combinación de factores, entre los que se destacan los efectos del
cambio climático, por un lado, y la falta de planificación por
parte de los gobiernos, por el otro.
"Es evidente
que el cambio climático ha generado, en las últimas décadas, un
cambio en la intensidad y en la frecuencia de las lluvias, pero esta
no es la única razón de las inundaciones, no se puede echarle la
culpa solo al cambio climático sin ver que hay poca planificación
de las ciudades, de la producción agropecuaria y de los procesos de
deforestación", señaló a DEF Virginia Laino, especialista en
Desarrollo Sostenible, Gestión de Riesgo y Adaptación al Cambio
Climático y directora de Formación del Ministerio de Salud y
Desarrollo Social.
En el marco del
1er Encuentro Argentino de Seguridad Humana organizado por la
Fundación Criteria y la UCEMA, en 2018, Laino había subrayado la
importancia de los gobiernos locales a la hora de implementar
políticas públicas y normativas para la reducción de riesgos. En
diálogo con DEF, profundizó esta idea. "El cambio se logra
solo a nivel local", sostuvo la experta, dado que los municipios
y las provincias "no pueden modificar el impacto del cambio
climático hasta ahora, pero sí tienen responsabilidad a la hora de
planificar las actividades industriales, agropecuarias y de
desarrollo urbano en función de varias variables, una de ellas tiene
que ser el clima".
Laino, sin
embargo, se mostró optimista por los avances logrados en materia de
adaptación al cambio climático y reducción de riesgos. "En
los últimos 4 años, estos temas se pusieron en agenda desde el
gobierno nacional, y también se aprobó la ley para la gestión
integral de riesgo y la protección civil, un hito en la historia
argentina", destacó.
La frecuencia
cada vez mayor de eventos climáticos extremos en todo el mundo,
provocados por el cambio climático, es una tendencia en aumento
sobre la que alertan diversos especialistas. Según un informe de la
EASAC (Academias Nacionales de Ciencia de los Estados miembros de la
UE, Noruega y Suiza), las inundaciones a nivel mundial se han
multiplicado por cuatro desde 1980 y se han duplicado desde 2004.
"Hemos
demostrado que el cambio climático provocado por el hombre ha
incrementado la precipitación extrema reciente y las inundaciones
asociadas a las lluvias, y las inundaciones costeras debido al
aumento del nivel del mar, así como las olas de calor en Australia,
China y Europa", detallan en el documento.
Pero el cambio
climático no es el único factor: la deforestación y la destrucción
de los bosques nativos por el avance de la frontera agropecuaria son
otros de los principales culpables. "Las inundaciones que
recurrentemente sufrimos todos los veranos no son un fenómeno
natural, son consecuencia del cambio climático y de que Argentina es
uno de los diez países del mundo que más deforestan", asevera
Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de
Greenpeace. "Estamos perdiendo a nuestra esponja natural por el
avance descontrolado de la soja y la ganadería intensiva. Menos
bosques es sinónimo de más inundaciones", añade.
Según datos
oficiales de la Secretaría de Ambiente citados por Greenpeace, entre
1998 y 2017 se deforestaron 5.620.320 hectáreas. Los desmontes se
concentraron en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Chaco y
Formosa, en muchos casos, en violación de la Ley de Bosques. De
acuerdo con la ONG, Chaco, una de las provincias más castigadas por
las lluvias este verano, es donde mayor cantidad de bosques se
destruyeron en los últimos tres años y más de la mitad de la
deforestación se hizo en áreas protegidas por la ley.
En la Argentina,
según un informe elaborado por Swiss Re, entre 1980 y 2016, las
inundaciones causaron pérdidas equivalentes a 22.500 millones de
dólares, lo que las vuelve la catástrofe natural más costosa que
afecta al país. "De cara al futuro, es de esperar que el
impacto de las inundaciones en la estructura social y económica de
Argentina se agrave", añade el informe, que revela que desde
1966 hubo 75 grandes inundaciones en el país que afectaron a 13
millones de personas y causaron más de 500 muertes.
Aún es pronto
para estimar las pérdidas causadas por las últimas inundaciones en
el país, pero de acuerdo con Pablo Bereciartua, secretario de
Infraestructura y Política Hídrica del Ministerio del Interior, en
los últimos tres años, las pérdidas ocasionadas por inundaciones y
por sequías (otro de los efectos negativos del cambio climático),
supera el 1 % del PBI argentino.
Políticas
públicas
"En el mundo
de la gestión de riesgo sabíamos que se venía un fenómeno de
lluvias intensas como las que estamos viviendo; es importante
entender que hay que dejar de pensar 'qué vamos a hacer cuando
llegue la lluvia' y empezar a pensar en lo que tenemos que hacer
antes", aseveró Laino. "Son políticas que llevan años,
que no se piensan de un verano a otro", agregó.
En octubre, el
gobierno presentó el Plan Nacional de Adaptación al Cambio
Climático, que tiene por objetivo integrar la adaptación al cambio
climático en las estrategias de desarrollo del país, para reducir
la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia.
Según detalló
Bereciartua, este plan incluye tres áreas claves: gobernanza del
agua, que prevé la conformación de comités interjurisdiccionales;
un plan de inversión en infraestructura por 10 mil millones de
dólares, de los cuales se han invertido aproximadamente 2 mil
millones; y el establecimiento de un sistema de información que
incluye la instalación de radares y la renovación de la red
hidrológica nacional para mediciones en tiempo real.
"Hay que
cambiar la estrategia. Hasta ahora el clima fue presentado como un
conflicto, con efectos negativos. Esto hasta ahora fue así, pero
puede cambiar, puede ser una oportunidad", señaló Bereciartua.
"La mayor disponibilidad de agua puede ser un recurso para
generar valor agregado, para generar mayor capacidad de navegación,
de logística, también como fuente de energía renovable. La gran
oportunidad está en revertir la situación actual y transformarla en
una estrategia de desarrollo del país", aseveró.
Fuente:
Cambio climático, ¿la causa de las inundaciones en la Argentina y en el mundo?, 02/02/19, Infobae.
No hay comentarios:
Publicar un comentario