Este sábado se
manifestarán en la ruta 5 y frente a la Municipalidad. “Hay
incumplimiento de deberes de funcionario público”, aseguran. El
Ejecutivo local anunció obras.
por Adrián
Camerano
No es una
situación nueva, pero la reflotaron los calores veraniegos y el
enero más lluvioso de las últimas décadas. El arroyo Alta Gracia,
que cruza parte de la vecina Villa Anisacate, está contaminado y se
sale de cauce con cada vez más recurrencia. Y los vecinos de la
zona, especialmente quienes residen en los barrios La Rivera y Santa
Teresita, insisten con el reclamo a la Municipalidad y a las
autoridades provinciales, entendiendo que la situación implica “una
realidad invisible y un peligro inminente”.
Así lo
expresaron en una nota dirigida al intendente de Anisacate, Ramón
Zalazar, en la que exigen soluciones a tres problemas concretos: la
caída inminente de un tanque de agua emplazado en el sector, el
desborde crónico del arroyo Chicamtoltina y la contaminación del
curso de agua, adonde van a parar los efluentes cloacales de Alta
Gracia.
Algo huele mal
La contaminación
del arroyo Chicamtoltina o Alta Gracia lleva muchos años. A lo largo
de buena parte de su recorrido, el curso de agua conformado por los
arroyos Estancia Vieja y Los Paredones padece las consecuencias de la
mano del hombre. Extracción de materiales, perforaciones sin
autorización y uso privado de lo público son algunas de las
constantes, sin que los diferentes niveles del Estado hayan avanzado
en la preservación del recurso. Pero la situación se torna
dramática a la altura de las lagunas sanitarias de Alta Gracia, los
módulos que reciben los residuos cloacales de los pocos barrios de
la ciudad que cuentan con el servicio, y que padecen una situación
de colapso crónico.
Tras años de
reclamos vecinales y judicializaciones fallidas, en septiembre pasado
se anunció la obra de ampliación y mejora del sistema, con la
profundización de las piletas 1 y 2 y la incorporación de un
sistema de microaireación de última generación. La idea es mejorar
la calidad del efluente que se vuelca al arroyo, y que cese su viaje
contaminante por los patios traseros de muchos vecinos de Anisacate.
Las obras están en ejecución, pero la histórica contaminación
continúa como ha sido constante en todos estos años, pese a las
denuncias judiciales, administrativas y mediáticas de los habitantes
del sector y del propio Zalazar.
La voz de los
vecinos perjudicados
Emiliano Peña
Chiappero es uno de los vecinos que viene relevando la contaminación
en el arroyo. Habitante de la zona desde 2014, asegura que “con la
llegada de nuevos vecinos en este último tiempo, la idea fue darle
nuevo impulso a esta visibilización de la contaminación del arroyo
que hace Alta Gracia, lo que nos llevó a hacer reuniones y
asambleas”. Superada esa instancia, se entrevistaron con
funcionarios de la Municipalidad de Alta Gracia, y tras estudiar el
proyecto de remodelación en curso, entendieron que “la ampliación
de la planta lo que haría es reducir de manera importante el impacto
de la contaminación del arroyo”. Allí están cifradas las
esperanzas, aunque no olvidan que en los relevamientos sobre el
arroyo “lo más impactante fue ver cómo llegaba nítido de arriba
y cómo impactaba el desecho cloacal de las cloacas”. Y tampoco que
en las recorridas hallaron “bolsas, plásticos, cubiertas… todo
lo que tira la gente, más lo que trae la creciente”. Es por eso
que consideran no sólo que el arroyo debe dejar de ser contaminado,
sino que “es necesario limpiarlo”. Si esa limpieza debe hacerla
la Municipalidad de Alta Gracia o su par de Anisacate también es
motivo de disputa.
Inundados
Otro problema
colateral y no menor es el de los anegamientos. En el escrito
presentado a Zalazar, los vecinos sostienen que por las intensas
lluvias de los últimos meses, “las inundaciones de zonas linderas
al arroyo vienen generando gravísimos daños económicos a los
particulares, perdiéndose gran parte de varios terrenos y de otros
bienes que nunca han sido resarcidos”. Y reclaman que “en cada
inundación o desborde del arroyo, muchos vecinos están expuestos a
la mencionada contaminación”.
Marcelo Piñeyro,
habitante de la zona desde 2016, destacó que “por primera vez
estamos todos los vecinos organizados” y dijo a La Nueva Mañana
que “hay mucho dolor porque el arroyo se va desbarrancando”. “Hay
muchas familias involucradas en el reclamo, y este sábado a las 10
vamos a repartir panfletos al costado de la ruta y vamos a
manifestarnos frente a la Municipalidad”, completó, al tiempo que
anunció el inicio de acciones legales.
Al problema lo
agravan la obstrucción del cauce por parte de árboles caídos en
las sucesivas tormentas y el agua que cae sobre el arroyo desde la
ruta 5. “Hay vecinos que por la modificación del cauce han perdido
hasta 400 metros de terreno”, se alarmó Piñeyro. Es por ello que
en la nota solicitan también “los planos catastrales y/o
topográficos del loteo en cuestión (terrenos lindantes al arroyo)
antes de la modificación del curso del Chicamtoltina”. “Está a
la vista la falta de cumplimiento de los deberes de funcionario
público”, consideran los vecinos, preocupados también por la
situación de un gran tanque de agua, con riesgo de caerse por “los
sucesivos derrumbes que se vienen produciendo cada vez con más
frecuencia”. En el relevamiento fotográfico aportado por los
vecinos se aprecia que la estructura de cemento está apuntalada con
simples sogas.
Prometen obras a
corto y mediano plazo
El ingeniero
Matías Bupo, secretario de Obras y Servicios Públicos de la
Municipalidad de Anisacate, explicó la situación de los
desmoronamientos en la zona de La Rivera en que “producto de las
lluvias se han generado crecidas extraordinarias, y mayor
escurrimiento y por ende caudales más grandes, por el avance urbano
de Anisacate y de Alta Gracia”. Bupo explicó que “el arroyo
tiene una serie de curvas donde el agua pega de frente y se van
generando erosiones localizadas en la base de los márgenes y eso ha
ido generando desmoronamientos”. Y sobre las viviendas de la zona,
dijo que “hay un par de propiedades que no están en extremo
riesgo, pero sí se está volviendo comprometida y crítica la
situación”. Párrafo aparte mereció el asunto del tanque de agua
a punto de desmoronarse, asegurando que la estructura que abastece de
agua a 190 familias de la zona se protegerá “con una fila de
pilotes y consolidación del suelo”.
En líneas
generales, el funcionario indicó que cuenta con “apoyo provincial
para hacer una obra de resguardo y protección de márgenes. Vino un
geólogo y evaluó la situación, un inspector coordinará los
trabajos de obra y la Municipalidad va a desmalezar para que a
posteriori venga maquinaria para realizar movimiento de suelo”. En
concreto, lo que se va a intentar es “restituir el cauce a su curso
original, enderezar esas curvas y rellenar las partes que se han
erosionado. Una vez ejecutado esto se van a colocar protecciones
colchonetas engavionadas, para evitar este tipo de erosiones”. “Es
un plan de trabajo de más o menos seis meses, con medidas de corto
plazo y otras que llevarán un poco más de tiempo”, completó. Con
relación a la contaminación del arroyo, Zalazar -que lleva años
denunciándola- se esperanzó en que la remodelación de la planta
corrija el problema. “Espero que con esta obra, con estas acciones
se pueda sanear el arroyo”, dijo el año pasado, durante el acto de
anuncio de inicio de los trabajos.
Fuente:
Adrián Camerano, Anisacate: vecinos reclaman por desborde y contaminación de un arroyo, 15/02/19, La nueva Mañana. Consultado 15/02/19.
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