miércoles, 23 de enero de 2019

El proyecto cordobés de reforestación serrana ahora se “exporta”

Es una experiencia de voluntariado para repoblar las Sierras Grandes de tabaquillos. Otros cinco países sudamericanos utilizarán ese modelo, para una especie en franco retroceso.

por Guillermo Lehmann

Desde hace más de 20 años, un grupo de voluntarios coordinado por el biólogo Daniel Renison desarrolla en un sector de las sierras cordobesas un proyecto de reforestación de bosques de tabaquillo, que ahora ha sido tomado como modelo para replicarlo a escala continental, en seis países.

El tabaquillo es un árbol que sólo crece a partir de los 1.500 metros. En las alturas cordobesas es una especie nativa, que ha registrado un notorio retroceso. Debe su nombre al color y textura de su tronco, que recuerda al tabaco.

La experiencia de reforestación cordobesa fue tomada como ejemplo para ser desarrollada en un proyecto multinacional que involucra a seis países: Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia. En algunos, esa especie llega a crecer hasta los cinco mil metros de altura.

La aspiración es llegar a plantar millones de tabaquillos en cerros de esos países. Como ocurrió con la experiencia cordobesa, la participación social y el compromiso comunitario mediante voluntariados resultan fundamentales para su concreción.

Por esta tarea de reforestación, Renison fue elegido por los lectores de La Voz como Cordobés del Año en 2012. El biólogo trabaja como investigador en la Universidad Nacional de Córdoba y en el Conicet.

Modelo

El caso fue tomado como ejemplo por los resultados paulatinos que fue demostrando en las cinco áreas que reforestamos en las Sierras Grandes, a las que se agregarán otras tres, con la intención de plantar 10 mil tabaquillos esta temporada y llegar a 20 mil el próximo año, con metas mayores en los próximos cinco”, cuenta Elisa Sosa, coordinadora del proyecto en la Quebrada de los Refugios, uno de los cinco sectores intervenidos con estas acciones.

El ambicioso nuevo proyecto latinoamericano se denomina Iniciativa Andina, y cuenta con la participación de la ONG Ecosistemas Argentinos, de Ecosistemas Andinos y el apoyo de empresas y de fundaciones internacionales.

En julio pasado, un grupo de voluntarios cordobeses participó de talleres de capacitación sobre reforestación de bosques de tabaquillos en Perú y Bolivia. Allí concertaron acciones comunes para recuperar lo que denominan “bufanda verde”, que desacelera el derretimiento y la escorrentía destructiva del agua en los sectores de las cuencas de las que se abastecen los centros urbanos.

En las montañas, las ramas de los tabaquillos son el peine que cosecha nieblas y precipitación de las nubes. En lugar de barrancos lavados y suelos erosionados, se crean corrientes permanentes que benefician a la agricultura. De lo contrario, sólo quedaría la roca madre. Muchas especies raras y en peligro de extinción, principalmente aves y plantas, persisten sólo gracias a éstos árboles de corteza roja”, explica Sosa.

En la experiencia cordobesa, lo que se procura es expandir la plantación de tabaquillos en las Sierras Grandes y en la zona de Los Gigantes (Sierras Chicas), con la colocación de alambrados para evitar que el ganado los afecte. También, se apunta a profundizar acciones de difusión para la formación de líderes de proyectos ambientales y a fomentar la creación de viveros en áreas cercanas.

Cada año se incrementa el número de voluntarios que subimos a la montaña para ayudar a preservar nuestras cuencas. Nuestra meta son la concientización y visualizar un proyecto que lleva años y que el resto de la sociedad desconoce, pero que pueda valorarlo e involucrar a nuevos actores. Es una manera también de fortalecer vínculos sociales y expandir redes de apoyo”, resume Sosa.

Ordeñando Nubes”

Otro proyecto comunitario de reforestación de tabaquillos también se puso en marcha años atrás, por vía separada, en el Valle de Traslasierra. Fue llamado por sus promotores “Ordeñando Nubes”. Grupos de voluntarios llevan plantados miles de árboles en una zona de altura de ese valle.

En Los Molles, cerca de Nono, un centro de restauración ecológica, como parte de las actividades de la Fundación de Actividades Biosféricas, avanza desde hace una década en la reforestación del extremo sur de la zona serrana declarada por la Provincia como reserva hídrica Pampa de Achala.

Cada excursión de voluntarios del proyecto conlleva plantar y cuidar lo plantado, la reparación de cárcavas (grietas en el suelo por erosión) y la colocación de alambrados para evitar que los nuevos árboles sean comida del ganado.

Entre tanto desmonte sobre el bosque nativo que desde hace décadas sufre Córdoba, la recuperación de estos bosques aumenta la cantidad de agua que las sierras producen no sólo por absorber y reservar mejor en sus suelos la que cae de lluvias, sino también por captar desde sus hojas la que dejan al pasar las nubes y las neblinas de montaña. Las Sierras son la principal fuente de abastecimiento de agua potable en Córdoba. Que ese “tanque” se mantenga depende, en buena parte, de la preservación de su ecosistema.

Fuente:
Guillermo Lehmann, El proyecto cordobés de reforestación serrana ahora se “exporta”, 20/01/19, La Voz del Interior.

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