Es una
experiencia de voluntariado para repoblar las Sierras Grandes de
tabaquillos. Otros cinco países sudamericanos utilizarán ese
modelo, para una especie en franco retroceso.
por Guillermo Lehmann
Desde hace más
de 20 años, un grupo de voluntarios coordinado por el biólogo
Daniel Renison desarrolla en un sector de las sierras cordobesas un
proyecto de reforestación de bosques de tabaquillo, que ahora ha
sido tomado como modelo para replicarlo a escala continental, en seis
países.
El tabaquillo es
un árbol que sólo crece a partir de los 1.500 metros. En las
alturas cordobesas es una especie nativa, que ha registrado un
notorio retroceso. Debe su nombre al color y textura de su tronco,
que recuerda al tabaco.
La experiencia de
reforestación cordobesa fue tomada como ejemplo para ser
desarrollada en un proyecto multinacional que involucra a seis
países: Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia. En
algunos, esa especie llega a crecer hasta los cinco mil metros de
altura.
La aspiración es
llegar a plantar millones de tabaquillos en cerros de esos países.
Como ocurrió con la experiencia cordobesa, la participación social
y el compromiso comunitario mediante voluntariados resultan
fundamentales para su concreción.
Por esta tarea de
reforestación, Renison fue elegido por los lectores de La Voz como
Cordobés del Año en 2012. El biólogo trabaja como investigador en
la Universidad Nacional de Córdoba y en el Conicet.
Modelo
“El caso fue
tomado como ejemplo por los resultados paulatinos que fue demostrando
en las cinco áreas que reforestamos en las Sierras Grandes, a las
que se agregarán otras tres, con la intención de plantar 10 mil
tabaquillos esta temporada y llegar a 20 mil el próximo año, con
metas mayores en los próximos cinco”, cuenta Elisa Sosa,
coordinadora del proyecto en la Quebrada de los Refugios, uno de los
cinco sectores intervenidos con estas acciones.
El ambicioso
nuevo proyecto latinoamericano se denomina Iniciativa Andina, y
cuenta con la participación de la ONG Ecosistemas Argentinos, de
Ecosistemas Andinos y el apoyo de empresas y de fundaciones
internacionales.
En julio pasado,
un grupo de voluntarios cordobeses participó de talleres de
capacitación sobre reforestación de bosques de tabaquillos en Perú
y Bolivia. Allí concertaron acciones comunes para recuperar lo que
denominan “bufanda verde”, que desacelera el derretimiento y la
escorrentía destructiva del agua en los sectores de las cuencas de
las que se abastecen los centros urbanos.
“En las
montañas, las ramas de los tabaquillos son el peine que cosecha
nieblas y precipitación de las nubes. En lugar de barrancos lavados
y suelos erosionados, se crean corrientes permanentes que benefician
a la agricultura. De lo contrario, sólo quedaría la roca madre.
Muchas especies raras y en peligro de extinción, principalmente aves
y plantas, persisten sólo gracias a éstos árboles de corteza
roja”, explica Sosa.
En la experiencia
cordobesa, lo que se procura es expandir la plantación de
tabaquillos en las Sierras Grandes y en la zona de Los Gigantes
(Sierras Chicas), con la colocación de alambrados para evitar que el
ganado los afecte. También, se apunta a profundizar acciones de
difusión para la formación de líderes de proyectos ambientales y a
fomentar la creación de viveros en áreas cercanas.
“Cada año se
incrementa el número de voluntarios que subimos a la montaña para
ayudar a preservar nuestras cuencas. Nuestra meta son la
concientización y visualizar un proyecto que lleva años y que el
resto de la sociedad desconoce, pero que pueda valorarlo e involucrar
a nuevos actores. Es una manera también de fortalecer vínculos
sociales y expandir redes de apoyo”, resume Sosa.
“Ordeñando
Nubes”
Otro proyecto
comunitario de reforestación de tabaquillos también se puso en
marcha años atrás, por vía separada, en el Valle de Traslasierra.
Fue llamado por sus promotores “Ordeñando Nubes”. Grupos de
voluntarios llevan plantados miles de árboles en una zona de altura
de ese valle.
En Los Molles,
cerca de Nono, un centro de restauración ecológica, como parte de
las actividades de la Fundación de Actividades Biosféricas, avanza
desde hace una década en la reforestación del extremo sur de la
zona serrana declarada por la Provincia como reserva hídrica Pampa
de Achala.
Cada excursión
de voluntarios del proyecto conlleva plantar y cuidar lo plantado, la
reparación de cárcavas (grietas en el suelo por erosión) y la
colocación de alambrados para evitar que los nuevos árboles sean
comida del ganado.
Entre tanto
desmonte sobre el bosque nativo que desde hace décadas sufre
Córdoba, la recuperación de estos bosques aumenta la cantidad de
agua que las sierras producen no sólo por absorber y reservar mejor
en sus suelos la que cae de lluvias, sino también por captar desde
sus hojas la que dejan al pasar las nubes y las neblinas de montaña.
Las Sierras son la principal fuente de abastecimiento de agua potable
en Córdoba. Que ese “tanque” se mantenga depende, en buena
parte, de la preservación de su ecosistema.
Fuente:
Guillermo Lehmann, El proyecto cordobés de reforestación serrana ahora se “exporta”, 20/01/19, La Voz del Interior.
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