Esos fenómenos incrementarán su carácter lluvioso hasta un 35 % más y producirán vientos de hasta 37 km/h más si el planeta continúa calentándose.
El cambio
climático aumentó entre un 5 y un 10 % la cantidad de lluvia
generada en huracanes atlánticos recientes como Katrina e Irma, en
2005, y María, en 2017, y esos fenómenos incrementarán su carácter
lluvioso (hasta un 35 % más) y producirán vientos más fuertes
(hasta 37 km/h más) si el planeta continúa calentándose.
Así lo afirman
Christina Patricola y Michael Wehner, del Laboratorio Nacional
Lawrence Berkeley, del Departamento de Energía de Estados Unidos, en
un estudio publicado en la revista «Nature», recogido por
Servimedia.
Los
investigadores modelaron 15 ciclones tropicales históricos o
huracanes en el Atlántico y los simularon en varios escenarios
climáticos pasados y futuros proyectados a través de millones de
horas en un superordenador. El propósito del estudio era examinar
cómo el calentamiento global causado por las actividades humanas
pudo influir en esas tormentas y cómo podría afectar a fenómenos
similares en el futuro.
«Ya estamos
empezando a ver factores antropogénicos que influyen en la lluvia de
ciclones tropicales», apunta Patricola, quien añade: «Nuestras
simulaciones indican claramente que a medida que pasa el tiempo
podemos esperar ver aumentos aún mayores en la lluvia».
Patricola eligió
15 ciclones tropicales que se han producido en la última década en
los océanos Atlántico, Pacífico e índico, y realizó simulaciones
climáticas de alta resolución de esas tormentas a través de
diferentes escenarios con factores como la temperatura del aire y del
océano, la humedad y las concentraciones de gases de efecto
invernadero.
Patricola dividió
el estudio en dos partes: una para analizar los efectos del cambio
climático hasta ahora y la segunda para proyectar posibles
influencias en el futuro, con el fin de comprender cómo los
distintos niveles del calentamiento global podrían cambiar la
intensidad de los ciclones tropicales y las precipitaciones.
Descubrió que un
clima más cálido ya ha hecho que las precipitaciones sean más
intensas, entre un 5 y un 10 %, pero hasta el momento no ha afectado
significativamente a la velocidad del viento en los huracanes
considerados en el estudio. Sin embargo, si el clima continúa
calentándose, la velocidad máxima del viento podría aumentar hasta
25 nudos (aproximadamente 37 km/h).
Escenarios
climáticos futuros
Los
investigadores utilizaron lo que Michael Wehner, un experto en clima
extremo en la División de Investigación Computacional del
Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, llama «método de atribución
de retransmisión».
Por ejemplo, al
modelar el huracán Katrina en un clima preindustrial y bajo las
condiciones actuales, los investigadores pueden determinar qué se
puede atribuir al calentamiento antropogénico. Sin embargo, el
diseño del estudio no permitió a los investigadores examinar si los
huracanes serán más frecuentes o si se moverán de manera
diferente.
Además del
escenario preindustrial, Patricola y Wehner también simularon los
ciclones tropicales que ocurren en los tres escenarios climáticos
futuros con los que trabaja habitualmente el Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre cambio Climático (IPPC, por sus siglas en inglés),
que representan diferentes niveles de emisiones de gases de efecto
invernadero y calentamiento global.
Desde principios
del siglo XX, las temperaturas medias globales de la superficie han
aumentado aproximadamente 1 ºC. En el escenario más extremo, se
espera que suban otros 3 o 4 ºC en el futuro.
Los
investigadores encontraron que las precipitaciones podrían aumentar
entre un 15 y un 35 % en los escenarios futuros. Las velocidades del
viento subirían hasta 25 nudos (37 km/h), aunque la mayoría de los
huracanes registraron incrementos de 10 a 15 nudos (18,5 a 27,8
km/h). «El hecho de que casi todos los 15 ciclones tropicales
respondieron de manera similar da confianza en los resultados»,
precisa Patricola.
Otro hallazgo
interesante fue que la estructura de las tormentas puede cambiar
cuando la lluvia es más intensa en el ojo del huracán pero menos en
los bordes exteriores. «En un mundo más cálido, la parte interior
de la tormenta está robando humedad de la parte exterior de la
tormenta», comenta Wehner.
Fuente:
El cambio climático aumentó la intensidad de los huracanes Katrina, Irma y María, 15/11/18, ABC. Consultado 17/11/18.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Mother and Child" de David Bates, quien realizó una serie de obras que muestran la inundación de la ciudad de Nueva Orleans golpeada por el huracán Katrina.
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