En la Unión
Europea aumenta la resistencia contra la prolongación de la
autorización para el uso de glifosato. ¿Es el fin de ese
controvertido herbicida en Europa?
por Gero Rueter
Glifosato es el
herbicida más aplicado a nivel mundial. La Unión Europea (UE) debe
decidir hasta fin de año si la aplicación del glifosato seguirá
estando autorizada en Europa. Mientras tanto, se multiplican las
críticas al herbicida como a las autoridades competentes.
Para el Centro
Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus
siglas en inglés), el glifosato es "probablemente cancerígeno
para el ser humano”. El Instituto Alemán de Evaluación de Riesgos
(BfR, por su nombre en alemán), importante para la autorización
europea, llegó, por su parte, a otra conclusión: "si se aplica
adecuadamente y de conformidad con las regulaciones vigentes, del
glifosato no son de esperar consecuencias nocivas para la salud”.
El año pasado,
la Comisión de la UE decidió, luego de acalorados debates, que la
autorización para el uso de glifosato se prolongará hasta fines de
2017. Originalmente estaba previsto autorizar su uso hasta el 2031.
Severos daños
Además, la UE
encargó a la agencia química europea ECHA un informe pericial. La
agencia, con sede en Helsinki, llegó a la conclusión de que el
glifosato no es cancerígeno, pero sí que puede causar severos daños
a la vista y de que contamina las aguas "a largo plazo”.
Un papel clave
para la autorización del glifosato lo desempeña el BfR. Los
informes del instituto alemán sirven de base para las evaluaciones
de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) y
la agencia ECHA. Pero mucho indica que los informes del BfR no son lo
suficientemente críticos. Según una investigación del periódico
alemán Süddeutsche Zeitung, el BfR "confía demasiado en los
datos que proporciona la industria”.
Ya a fines de
2015, 96 científicos de 25 países habían acusado al BfR de
procedimientos "científicamente inaceptables” en sus métodos
de análisis y evaluación de riesgos. Según el perito Stefan Weber,
la evaluación del BfR es en parte incluso "un plagio”. Según
Weber, el BfR copió literalmente extensos pasajes de su
argumentación de la solicitud de autorización de la industria.
Más de un millón
de firmas
También ONG
ambientales europeas protestan vehementemente contra una prolongación
de la autorización para el uso de glifosato. Incluso han juntado ya
1,1 millones de firmas a favor de una prohibición del herbicida. Los
firmantes exigen, además, una reforma de los procedimientos para
autorizar pesticidas, que "no deben estar basados más en
estudios encargados por la industria”.
Mucho indica que
el glifosato, efectivamente, será prohibido. El optimismo está
basado en voces de la Comisión de la UE y de países miembros de la
UE tales como Francia, Austria, Malta, Luxemburgo, Suecia e Italia,
cuyos gobiernos rechazan la prolongación de la autorización de
implementación.
El eurodiputado y
experto ambiental Peter Liese (cristianodemócrata) lo ve en forma
similar. En la próxima votación de los países miembros de la UE
"no habrá una clara mayoría a favor de la prolongación de la
autorización”, dijo Liese al periódico económico alemán
"Handelsblatt”.
Fuente:
Gero Rueter, ¿El fin del glifosato en Europa?, 10/10/17, Deutsche Welle.
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