sábado, 6 de enero de 2024

Contaminación radiactiva en peces: las mentiras de Nucleoeléctrica

Central Nuclear Embalse. Crédito: Nucleoeléctrica.


Por Cristian Basualdo

Ni el agua ni los peces del lago del Embalse del Río Tercero presentan contaminación por radiación”, aseguró Nucleoeléctrica en un comunicado emitido el 4 de enero de 2024, desestimando las “versiones erróneas que circularon estos días, en diferentes medios de comunicación”.

El discurso de la industria nuclear asume que las informaciones sobre radiactividad implican alta tecnología en la obtención y tratamiento de datos, algo que solo los funcionarios del átomo son capaces de gestionar. Para el público general quedan las explicaciones sencillas y tranquilizadoras. Yo no voy a subestimar la inteligencia de los lectores, a quienes les propongo verificar los dichos de la empresa estatal con la documentación que cito a continuación.

Los niveles de tritio en el agua del lago Embalse fueron medidos antes de la puesta en marcha de la Central Nuclear Embalse, para utilizarlos como referencia durante el monitoreo rutinario posterior.[1] Los valores del último trimestre de 1978, expresados en bequerelios por litro (Bq/L), fueron:

1978: octubre = 11,8 / noviembre = 14,1 / diciembre = 11,1

Si los comparamos con los mismos meses del 2022, se aprecia el efecto de las descargas de tritio de la Central Nuclear Embalse.[2] El monitoraje radiológico de Nucleoeléctrica midió en la boca del canal de descarga los siguientes valores expresados en Bq/L:

2022: octubre = 1099 / noviembre = 529 / diciembre = 356

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) define contaminación como la “presencia no intencionada ni deseable de sustancias radiactivas en superficies, o dentro de sólidos, líquidos o gases (incluido el cuerpo humano), o proceso que da lugar a la presencia de sustancias radiactivas en dichos lugares”.[3] Las concentraciones de tritio en el agua del lago Embalse, más de 30 veces superiores a los niveles preoperacionales, son una prueba de la contaminación radiactiva.

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Nucleoeléctrica repite como un mantra que el tritio es un isótopo natural del hidrógeno. No obstante, la existencia de una sustancia en la naturaleza no habilita a una industria a descargarla en grandes cantidades. Los seres humanos deberían ingerir agua con la menor concentración de tritio posible.

Los estudios de laboratorio con animales demostraron que el tritio puede interferir con el desarrollo del embrión o el feto y puede inducir efectos cancerígenos, hereditarios y reproductivos, y la muerte celular.[4]

El comunicado en cuestión señaló que “la normativa internacional existente en relación al tritio ha sido copatrocinada por la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom)”, citó además otras organizaciones internacionales.

La internacionalidad de la cual se jactan los funcionarios del átomo argentinos no incluye a los límites para el tritio. La Unión Europea utiliza 100 Bq/L como valor paramétrico para el tritio en las aguas destinadas al consumo humano. El valor promedio anual de 2022 medido por Nucleoeléctrica en el agua de red de la localidad de Embalse fue 313 Bq/L.


Natalia Mansilla. Diseño UX/UI - @natimmansilla


Una pregunta clave es si existe un nivel de tritio por debajo del cual una persona razonable e informada se sentiría segura bebiendo el agua todos los días durante una vida de 70 años. La respuesta de 20 Bq/L la dio el Consejo Asesor sobre Normas de Calidad y Prueba del Agua Potable de Ontario, una provincia de Canadá donde funcionan numerosos reactores CANDU, el mismo modelo de Embalse.

Cuando Nucleoeléctrica afirma que “no existe ningún tipo de riesgo para la población, los animales ni el ambiente en la zona cercana a la Central Nuclear Embalse”, no basa su argumento en el conocimiento, porque nunca se hicieron estudios sanitarios a largo plazo. En lógica se dice que “la ausencia de prueba, no es prueba de ausencia”.

En la localidad de Cernavodă, Rumania, donde operan dos reactores CANDU, una evaluación del impacto sobre la salud afirmó que la exposición al tritio está asociada a los efectos adversos típicos de la exposición a la radiación, y encontró pruebas de un ligero aumento del riesgo de cáncer.

Al mismo tiempo que desestima las preocupaciones de los laicos, la empresa estatal está enfocada en “la reducción de dosis ocupacionales y ambientales ligadas a la gestión de tritio generado como parte del proceso operativo de la central”, mediante un proyecto de una planta de destritiado.[5]

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El tritio ligado orgánicamente (OTB, por sus siglas en inglés) corresponde al tritio que está asociado a la materia orgánica como resultado de diversos mecanismos de síntesis en la materia viva. La gran mayoría de los niveles de tritio OTB observados en el medio ambiente se explican por los niveles de tritio en el agua en el entorno.

En la cuenca del río Ctalamochita, que presenta las concentraciones de tritio en el agua más elevadas del mundo, nunca se había efectuado una determinación del tritio OTB en una muestra ambiental. De ahí la importancia de la investigación que realizamos con Silvana Buján. En una muestra de pescado se encontró una actividad de tritio ligado orgánicamente con un valor más de 70 veces superior al nivel natural típico.

Para la empresa estatal se trató de “una presencia ínfima de tritio”, en “un pez proveniente del lago de Embalse, en cifras menores al 1% de los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud para considerar a un alimento aceptable para el consumo humano”. Sin aclarar que tales valores son niveles guía para el caso de un accidente nuclear, no están pensados para un consumo de por vida, como es el caso de los pescados del lago Embalse.

Nucleoeléctrica no se preocupa por los efectos de la radiación en el medio ambiente.[6] A fines de 2011, la noticia de la aparición de tarariras con tres ojos en el lago Embalse dio la vuelta al mundo. La primera fue capturada por dos jóvenes de General Cabrera en la costa cercana a la desembocadura del canal de descarga de la central. La segunda fue capturada en otra playa por un pescador embalseño. Consulté a la empresa estatal si había investigado estos hallazgos. Respondió que “no posee, y no solicitó a ningún organismo externo, estudios científicos a raíz de la supuesta aparición de peces con malformaciones en el lago Embalse en octubre 2011”.


Referencias:

  1. Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto de Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse, Nucleoeléctrica Argentina SA, febrero 2016, pg. 85.

  2. Central Nuclear Embalse. Resultados del programa de monitoraje ambiental durante el año 2022. Nucleoeléctrica, página 46.

  3. Glosario de Seguridad del OIEA, Terminología empleada en seguridad nuclear y protección radiológica, Edición de 2018, pg. 59.

  4. Sources, effects and risks of ionizing radiation, United Nations Scientific Committee on the Effects of Atomic Radiation, 2016, Annex C, Biological effects of selected internal emitters - Tritium, 12.

  5. Tercer Reporte Integrado de Sostenibilidad publicado por Nucleoeléctrica, página 219.

  6. La protección del medio ambiente se define como “La protección y conservación de las especies no humanas, tanto animales como vegetales, y su biodiversidad; los bienes y servicios medioambientales, como la producción de alimentos y piensos; los recursos utilizados en la agricultura, la silvicultura, la pesca y el turismo; los servicios utilizados en actividades espirituales, culturales y recreativas; los medios, como el suelo, el agua y el aire; y los procesos naturales, como los ciclos del carbono, el nitrógeno y el agua”.


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