jueves, 14 de noviembre de 2019

Los mitos energéticos del eco-modernismo (3 de 9)

La fotografía pertenece a la muestra "Monólogos sobre Chernobyl" del fotoperiodista Raúl Moreno.

por Raquel Montón

Quiero poner el énfasis en este caṕitulo de la serie de artículos, porque los propagandistas de la energía nuclear buscan etiquetar a los ecologistas como «fundamentalistas», y para ello, banalizan la exposición a las sustancias radiactivas.

Según los ecomodernistas “La energía nuclear es absolutamente segura y los riesgos de la radiación radioactiva son muy exagerados" y esto no ayuda a comprender no existe una dosis segura, y que los materiales radiactivos y las fuentes de radiación que producen las llamadas radiaciones ionizantes, al incidir sobre el organismo humano pueden producir ciertos efectos siempre.

Contra esta evidencia argumentan que el fenómeno de la “radiofobia” o el miedo irracional a la radiación, causado por grupos antinucleares, ha causado más víctimas que la radiación misma.

Algunos divulgadores dicen que hay menos de 100 muertes vinculadas al desastre nuclear de Chernobyl, o incluso apenas tres decenas, y referencian a la Organización Mundial de la Salud. En realidad, el informe de la OMS dice algo totalmente diferente: “La OMS también estima que puede haber hasta 9,000 muertes por cáncer excesivas debido a Chernobyl entre las personas que trabajaron en las operaciones de limpieza, evacuados y residentes de las regiones altamente y menos contaminadas. en Bielorrusia, la Federación de Rusia y Ucrania” (1). Numerosos estudios e informes han aumentado muchísimo el número de muertes. Es importante añadir que las consecuencias derivadas de la exposición a las radiaciones ionizantes, no solo se circunscriben a la muerte, y además, es difícil determinar el impacto final de esta exposición ya que puede ser muy dilatada en el tiempo, tal y como sabemos. Para más información sobre los impactos sobre la salud de las personas existe mucha documentación, como la procedente del Laboratorio de Demografía Médica del Centro de Investigación Nacional de Medicina de Radiación perteneciente a la Academia Nacional de Ciencias Médicas de Ucrania (NRCRM por sus siglas en inglés) (2). Más de cinco millones de personas en Ucrania, Bielorrusia y Rusia viven en áreas que están consideradas oficialmente contaminadas desde el accidente de Chernobyl, y están expuestas a la radiación a través de su comida y agua, y de la contaminación en sus comunidades, escuelas y granjas.

Con respecto a Fukushima, afirman firmemente que ni una sola persona ha muerto como resultado de la radiación liberada y que tampoco se esperan casos adicionales de cáncer en el futuro. También se refieren a un informe de la OMS, que en realidad dice lo contrario. El informe concluye que las mujeres que estuvieron expuestas a la radiación cuando eran niñas en las áreas más contaminadas tienen un riesgo de un 4 por ciento mayor de desarrollar cáncer más adelante. Tienen un 6 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de mama, un 7 por ciento más de desarrollar leucemia y hasta un 70 por ciento más de desarrollar cáncer de tiroides (3).

Describen la evacuación a gran escala de 160.000 civiles después del desastre en Fukushima como totalmente injustificada y puramente motivada por el alarmismo de grupos de interés antinucleares. Además del hecho de que se atribuye un grado ridículo de poder al movimiento de energía antinuclear, ignoran el hecho de que los planes de emergencia nuclear y los procedimientos de evacuación se establecen de antemano y no son el resultado de tácticas de miedo. El Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR, por sus siglas en inglés) comenta sobre la evacuación en Fukushima de la siguiente manera: “Las acciones tomadas para proteger al público redujeron significativamente las exposiciones a la radiación que podrían haberse recibido. Este fue especialmente el caso de los asentamientos dentro de la zona de evacuación de 20 km y las zonas de evacuación deliberadas, donde las medidas de protección reducen las exposiciones potenciales en el primer año hasta en un factor de 10” (4).

Por último, afirman que no se ha demostrado el impacto nocivo de las bajas dosis de radiactividad. Llegan incluso a banalizar estos impactos y a considerarlos inocuos justificando así la pretendida falta de rigor de quien argumenta el principio de precaución. Cuestionan el principio de precaución utilizado actualmente en la protección radiológica (cualquier dosis adicional, por pequeña que sea, aumenta el riesgo y debe evitarse) y citan el fenómeno natural de la radiación de fondo. Ignoran el hecho de que esta radiación de fondo natural no es en absoluto inofensiva. El radón residencial fue declarado carcinógeno humano por la Agencia de Protección Ambiental de USA en 1987 y por la IARC en 1988, es el segundo factor de riesgo del cáncer de pulmón y el primero en los no fumadores (5). El radón es responsable de aproximadamente el 2% de todas las muertes por cáncer en Europa (6). Según esos datos, entre 1500 y 2000 personas mueren al año en España por cáncer de pulmón provocado por exposición al radón. Concluyendo, no existe una dosis segura por lo tanto reducir tanto como sea posible es lo que debemos hacer, y desde luego frivolizar en este sentido es una irresponsabilidad.

Próximamente cuarto mito: «La energía nuclear produce solo pequeñas cantidades de desechos que son perfectamente manejables».
Raquel Montón, responsable de las campañas de Energía Nuclear y Movilidad en Greenpeace España.
  1. OMS, 13 de abril de 2006, ‘El informe de la Organización Mundial de la Salud explica los impactos en la salud del peor accidente nuclear civil del mundo’, www.who.int/mediacentre/news/releases/2006/pr20/es/
  2. Health Effects of Chernobyl. Omelianets, N., Prysyazhnyuk, A., Loganovsky, L., Stepanova, E., Igumnov, S., Bazyka, D. 2016. https://securedstatic.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/Nuclear/Report%20Health_Fukhusima%20and%20Chernobyl.pdf
  3. WHO, 28 de febrero de 2013, ‘Informe global sobre el accidente nuclear de Fukushima detalla los riesgos para la salud’, www.who.int/mediacentre/news/releases/2013/fukushima_report_20130228/en/ Informe completo: OMS, 2013, ‘Evaluación del riesgo para la salud del accidente nuclear después del Gran Terremoto y Tsunami del Este de Japón 2011 basado en una estimación de dosis preliminar’, http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/78218/ 1 /9789241505130_eng.pdf? Ua = 1 
  4. UNSCEAR, 2014, «Fuentes, efectos y riesgos de la radiación ionizante. Informe UNSCEAR 2013. Volumen I. Informe a la Asamblea General Anexo científico A: Niveles y efectos de la exposición a la radiación debido al accidente nuclear después del gran terremoto de 2011 en el este de Japón y Tsunami», www.unscear.org / docs / publications / 2013 / UNSCEAR_2013_Report_Vol.I.pdfwww.unscear.org / docs / publications / 2013 / UNSCEAR_2013_Report_Vol.I.pdf 
  5. Exposición a radón residencial y cáncer de pulmón en nunca fumadores. Resultados preliminares del estudio LCRINS https://www.archbronconeumol.org/es-exposicion-radon-residencial-cancer-pulmon-articulo-S0300289612002086 
  6. Radón en hogares y riesgo de cáncer de pulmón: análisis colaborativo de datos individuales de 13 estudios europeos de casos y controles. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15613366#. Radón residencial y cáncer de pulmón: resultados detallados de un análisis colaborativo de datos individuales sobre 7148 personas con cáncer de pulmón y 14,208 personas sin cáncer de pulmón de 13 estudios epidemiológicos en Europa https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16538937
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Fuente:
Raquel Montón, Los mitos energéticos del eco-modernismo (3 de 9), 11 noviembre 2019, EnergyNews.

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