miércoles, 13 de noviembre de 2019

Los mitos energéticos del eco-modernismo (2 de 9)


por Raquel Montón

Tal y como explicaba en el primer artículo, los defensores de la energía nuclear tratan de reconquistarla con un discurso que tiene muchas fisuras. El anterior trataba sobre el mito de que “La energía nuclear es una tecnología moderna y con visión de futuro» y, concluía que, si la energía nuclear no ha cumplido sus promesas durante un periodo de seis décadas ¿por qué debería hacerlo en el futuro?. A continuación el segundo mito, “las nuevas tecnologías nucleares producirán plantas de energía nuclear seguras y sin residuos nucleares”.

Desde la introducción de la energía nuclear en la década de 1950, se han llevado a cabo investigaciones sobre nuevos conceptos de reactores, de los que siempre se espera que eliminen todas las desventajas de los sistemas existentes. Pero tanto las tecnologías de los reactores de segunda generación, la que tienen la mayoría de los reactores operativos del parque nuclear en España, como la tecnología de reactores de tercera generación, no consiguen eliminar sus problemas.

Nunca se consiguen los avances anunciados

Una y otra vez, y tras recibir las ayudas correspondientes, el avance anunciado simplemente no se ha logrado. Algunos de estos proyectos «innovadores» no son nuevos, por ejemplo, los reactores de torio, para los cuales el concepto ha existido durante décadas, aunque nunca se puso en marcha como explica el asesor principal de políticas de la secretaría y vicesecretaria adjunta del Departamento de Energía para la seguridad nacional y el medio ambiente de de Estados Unidos 1993 a 1999 entre otros cargos.

La investigación sobre los llamados reactores nucleares de cuarta generación también se presenta regularmente como argumento para no cerrar aún la puerta a la energía nuclear. Sirva como ejemplo uno de estos conceptos, bueno mejor dicho el redescubrimiento del antiguo concepto de reactores de neutrones rápidos, que requiere un amplio reprocesamiento y la existencia de toda una industria de plutonio. Estas son todas las cosas que acabamos de descartar en las últimas décadas porque eran demasiado arriesgadas y demasiado caras.

Falsa promesa de conseguir energía limpia

La promesa de que esto producirá energía limpia, segura, confiable y barata, que también resolverá el problema de los desechos nucleares, es falsa. Por ejemplo, el reprocesamiento del combustible nuclear gastado es una parte necesaria del proceso de partición y transmutación (P&T) y también uno de los pasos más contaminantes en la cadena nuclear. Si bien P&T puede convertir algunos actínidos de larga duración con un tiempo de vida de cientos de miles de años en elementos radiactivos de menor duración con un periodo de vida de 1.000 años, esto no es cierto para otros productos de fisión importantes (por ejemplo, yodo-129, con una vida media de 15 millones de años), de modo que incluso con la tecnología de IV generación, todavía será necesario un método para gestionar los desechos nucleares a muy largo plazo.

Además, esta tecnología no se aplica a los residuos nucleares de alto nivel existentes y ya acondicionados, solo a los nuevos residuos que generarían los reactores de IV generación. Y además de la gran incertidumbre tecnológica en cuanto a si estos reactores de IV generación pueden desarrollarse en absoluto, permanece la cuestión del coste y la viabilidad económica. El hecho es que no se espera que la viabilidad técnica se materialice hasta 2030-2050 y que el objetivo de desarrollo industrial se alcanzará en algún momento entre 2050-2150.

Mientras tanto, también se ha sugerido durante décadas que la fusión nuclear controlada nos liberará de todos los problemas energéticos. A pesar de los inmensos subsidios para proyectos como ITER en Cadarache (Francia), la única fusión nuclear creada por humanos ha sido la explosión de una bomba atómica termonuclear. La UE habla de un posible papel de la nuclear en la descarbonización para después de 2050, y del desarrollo industrial de la fusión nuclear controlada para la generación de energía, que solo se espera para después de 2070.

Características comunes de los proyectos nucleares innovadores

Todos los llamados proyectos innovadores de energía nuclear tienen una serie de cosas en común:
Parecen ser enormemente prometedores en términos de sostenibilidad y seguridad, pero en realidad, no cumplen con la mitad de esas promesas;
Se tragan una inmensa cantidad de dinero público;
Su viabilidad técnica a escala industrial y su viabilidad comercial no son una conclusión segura, y no depende de la tecnología.
El mayor problema es que desvían los escasos recursos de inversión y la atención de las soluciones verdaderamente sostenibles que ya están disponibles en la actualidad y que pueden implementarse a corto plazo.

La próxima entrega de la serie Mitos Energéticos del Eco-Modernismo: “La energía nuclear es absolutamente segura y los riesgos de la radiación radioactiva son muy exagerados”.
Raquel Montón, Responsable de las campañas de Energía Nuclear y Movilidad en Greenpeace España
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Fuentes:
Raquel Montón, Los mitos energéticos del eco-modernismo (2 de 9), 4 noviembre 2019, EnergyNews.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "El Doctor Richter realiza sus experimentos en la isla Huemul" de Daniel Santoro. En junio de 1949 el gobierno argentino impulsó la construcción de un complejo de laboratorios en la isla Huemul, provincia de Río Negro, a cargo del físico austríaco Ronald Richter, que logró convencer al presidente Perón sobre la posibilidad de obtener energía por el proceso de fusión controlada.

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