Los sanitarios del hospital de Arjangelsk revelan que no les advirtieron de que los pacientes podían portar isótopos radioactivos.
por
Xavier Colás
En
el Hospital Clínico Regional de Arjangelsk, un centro público de
salud en el extremo norte de Rusia, el pasado jueves 8 de agosto era
un día tranquilo hasta que ingresaron en urgencias tres hombres
desnudos y envueltos en bolsas de plástico translúcidas.
Los
médicos pensaron que había pasado algo raro, pero toda la
información que tenían en ese momento era que alrededor del
mediodía había habido una explosión en un emplazamiento militar
cercano al pueblo de Nyonoksa, junto al mar Blanco. A esas horas, la radiación se estaba disparando hasta 20 veces su nivel normal. Los
índices más altos se mantuvieron durante unos 30 minutos en la
segunda ciudad más grande de la zona, Severodvinsk, a media hora en
coche del hospital de la capital de esta región del Ártico.
Cinco científicos y dos militares habían muerto en el acto, mientras que
un número todavía no especificado de personas resultaron heridas.
El medio 'Baza' asegura que varios heridos fueron llevados a Moscú,
y publicó un vídeo de un convoy de policía y ambulancia abriéndose
camino por las calles de la capital rusa. Dos de los tres pacientes
que fueron atendidos en el Hospital Clínico Regional de Arjangelsk
ni siquiera llegaron a Moscú: murieron en el camino hacia el
aeropuerto, según el testimonio de los doctores.
Los
detalles del suceso probablemente no se conocerán nunca en su
totalidad. Cinco miembros del personal del hospital, incluidos
médicos jefes de unidad, han confirmado al diario ruso 'The Moscow
Times' que agentes del FSB (heredero del KGB) hicieron que sus
colegas firmaran acuerdos de confidencialidad y que uno de los
doctores está contaminado. En el centro sanitario hay enfado con las
autoridades pero también miedo a la vigilancia a la que están
siendo sometidos.
"Repiten
lo hecho en Chernóbil"
El
quirófano donde se les atendió, ubicado en un ala del tercer piso
del hospital, estuvo cerrado hasta el 13 de agosto, según medios
locales. En Arjangelsk varios vecinos contactados por este periódico
expresaban su impotencia y preocupación por la actitud de las
autoridades: "Repiten lo hecho en Chernóbil". Los
servicios de seguridad llegaron al hospital al día siguiente del
accidente, y requisaron y eliminaron toda la información sobre el
incidente que estaba en los registros del hospital.
En
el centro sanitario se celebró una sesión informativa con los
médicos y enfermeras el 12 de agosto. Muchos se quejan de que sus
preguntas no fueron respondidas, pero para calmar su preocupación se
les ofreció ir a Moscú para hacerse pruebas: 60 sanitarios
aceptaron la propuesta. Los primeros en apuntarse volaron el mismo
día de la reunión. En la capital rusa se descubrió que uno de los
médicos tiene en su cuerpo cesio-137, un isótopo radiactivo que se
acumula en los músculos durante al menos 30 años y multiplica la
posibilidad de padecer tumores. Según 'The Moscow Times', ahora son
los especialistas de Moscú los que se han trasladado a Arjangelsk.
El riesgo de exposición para los humanos depende de la cantidad y
cómo de activo esté el cesio-137. Su largo periodo de
semidesintegración (el tiempo que tarda en reducir su actividad a la
mitad), que se calcula en 37 años, lo convierte en un peligro para
la salud. Precisamente la zona de exclusión de Chernóbil está
contaminada con isótopos radiactivos como el cesio-137: por eso no
se puede vivir ahí.
En
el centro sanitario les quedan preguntas. ¿Por qué llevaron a estos
pacientes a un hospital civil y no a uno militar? ¿Por qué no les
informaron de lo que había sucedido? En algunos casos la
contaminación del personal sanitario puede evitarse lavando a los
heridos y usando guantes. De hecho el Cesio-137 es utilizado en
centros sanitarios para combatir cánceres, pero la incorrecta
exposición al también los causa.
Quejas
de los ciudadanos
En
Severodvinsk y en Nyonoksa (el pequeño asentamiento junto a la zona
del accidente, que las autoridades se plantearon evacuar) ha quedado
instalado un ambiente de preocupación. Los niveles de radiación
estuvieron en valores situados entre 4 y 16 veces lo normal por un
lapso de 90 minutos, de acuerdo con el Servicio Federal de
Hidrometeorología y Vigilancia Ambiental de Rusia. "Obviamente
el estado de ánimo es de enfado por la actitud de las autoridades,
esto no es agradable para nadie, aunque creemos que lo peor ha
pasado", explicaba Liudmila desde su casa en Severodvinsk.
"Estamos acostumbrados a estas pruebas y a las evacuaciones, no
hay razones para el pánico", media Lydia, otra veterana de la
zona.
Cerca
del lugar del accidente, enviados de las autoridades pidieron a las
personas que permanecieran dentro de edificios y cerraran las
ventanas. Ahora algunos ciudadanos han tomado la iniciativa y han
presentado una queja a los fiscales para investigar las
circunstancias de la prueba, y están reuniendo firmas para exigir
que tales maniobras nunca más se realicen. "Los niños estaban
jugando por el paseo marítimo. Deberíamos haber sido advertidos",
critica el ecólogo Alexei Klimov, residente en Severodvinsk.
Preguntado por AP, un portavoz de Rosatom, la agencia nuclear rusa,
se negó a comentar este tipo de acusaciones, pero dijo que la prueba
no representaba ningún riesgo para los residentes en Severodvinsk o
en otros lugares cercanos.
Por
su parte, el organismo de seguridad nuclear de Noruega, la DSA, está
analizando unas cantidades de yodo radiactivo detectadas en el aire
en el norte del país en los días posteriores a la explosión del
cohete en Rusia.
La
primera versión del Ministerio de Defensa ruso aseguraba que la
explosión fue en un motor de un cohete propulsor. Ni el Ministerio
de Defensa ni Rosatom revelaron el tipo de arma que explotó durante
la prueba. Sin embargo, en su comunicado, Rosatom dijo que la
explosión ocurrió durante las pruebas de una "fuente de
energía de isótopos nucleares" en una plataforma mar adentro.
La
DSA, dice que ha detectado el yodo radiactivo en su estación de
filtro de aire en Svanhovd, que se encuentra en la frontera con
Rusia. Las muestras fueron tomadas del 9 al 12 de agosto, en los días
de la 'crisis nuclear' de la región de Arjangelsk. "Cantidades
pequeñas de yodo radioactivo se midieron en el aire en nuestra
estación de filtrado en Svanhovd (...) El nivel detectado es muy
bajo y no constituye amenaza alguna para la población ni para el
medio ambiente", dice el comunicado de la DSA, que seguirá
investigando cualquier índice de radiación que pueda venir de
Rusia.
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Fuente:
Xavier Colás, Almenos un médico que atendió a heridos en el accidente nuclear en Rusia está contaminado, 17 agosto 2019, El Mundo.
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