martes, 20 de agosto de 2019

Al menos un médico que atendió a heridos en el accidente nuclear en Rusia está contaminado


Los sanitarios del hospital de Arjangelsk revelan que no les advirtieron de que los pacientes podían portar isótopos radioactivos.

por Xavier Colás

En el Hospital Clínico Regional de Arjangelsk, un centro público de salud en el extremo norte de Rusia, el pasado jueves 8 de agosto era un día tranquilo hasta que ingresaron en urgencias tres hombres desnudos y envueltos en bolsas de plástico translúcidas.

Los médicos pensaron que había pasado algo raro, pero toda la información que tenían en ese momento era que alrededor del mediodía había habido una explosión en un emplazamiento militar cercano al pueblo de Nyonoksa, junto al mar Blanco. A esas horas, la radiación se estaba disparando hasta 20 veces su nivel normal. Los índices más altos se mantuvieron durante unos 30 minutos en la segunda ciudad más grande de la zona, Severodvinsk, a media hora en coche del hospital de la capital de esta región del Ártico.

Cinco científicos y dos militares habían muerto en el acto, mientras que un número todavía no especificado de personas resultaron heridas. El medio 'Baza' asegura que varios heridos fueron llevados a Moscú, y publicó un vídeo de un convoy de policía y ambulancia abriéndose camino por las calles de la capital rusa. Dos de los tres pacientes que fueron atendidos en el Hospital Clínico Regional de Arjangelsk ni siquiera llegaron a Moscú: murieron en el camino hacia el aeropuerto, según el testimonio de los doctores.

Los detalles del suceso probablemente no se conocerán nunca en su totalidad. Cinco miembros del personal del hospital, incluidos médicos jefes de unidad, han confirmado al diario ruso 'The Moscow Times' que agentes del FSB (heredero del KGB) hicieron que sus colegas firmaran acuerdos de confidencialidad y que uno de los doctores está contaminado. En el centro sanitario hay enfado con las autoridades pero también miedo a la vigilancia a la que están siendo sometidos.

"Repiten lo hecho en Chernóbil"

El quirófano donde se les atendió, ubicado en un ala del tercer piso del hospital, estuvo cerrado hasta el 13 de agosto, según medios locales. En Arjangelsk varios vecinos contactados por este periódico expresaban su impotencia y preocupación por la actitud de las autoridades: "Repiten lo hecho en Chernóbil". Los servicios de seguridad llegaron al hospital al día siguiente del accidente, y requisaron y eliminaron toda la información sobre el incidente que estaba en los registros del hospital.

En el centro sanitario se celebró una sesión informativa con los médicos y enfermeras el 12 de agosto. Muchos se quejan de que sus preguntas no fueron respondidas, pero para calmar su preocupación se les ofreció ir a Moscú para hacerse pruebas: 60 sanitarios aceptaron la propuesta. Los primeros en apuntarse volaron el mismo día de la reunión. En la capital rusa se descubrió que uno de los médicos tiene en su cuerpo cesio-137, un isótopo radiactivo que se acumula en los músculos durante al menos 30 años y multiplica la posibilidad de padecer tumores. Según 'The Moscow Times', ahora son los especialistas de Moscú los que se han trasladado a Arjangelsk. El riesgo de exposición para los humanos depende de la cantidad y cómo de activo esté el cesio-137. Su largo periodo de semidesintegración (el tiempo que tarda en reducir su actividad a la mitad), que se calcula en 37 años, lo convierte en un peligro para la salud. Precisamente la zona de exclusión de Chernóbil está contaminada con isótopos radiactivos como el cesio-137: por eso no se puede vivir ahí.

En el centro sanitario les quedan preguntas. ¿Por qué llevaron a estos pacientes a un hospital civil y no a uno militar? ¿Por qué no les informaron de lo que había sucedido? En algunos casos la contaminación del personal sanitario puede evitarse lavando a los heridos y usando guantes. De hecho el Cesio-137 es utilizado en centros sanitarios para combatir cánceres, pero la incorrecta exposición al también los causa.

Quejas de los ciudadanos

En Severodvinsk y en Nyonoksa (el pequeño asentamiento junto a la zona del accidente, que las autoridades se plantearon evacuar) ha quedado instalado un ambiente de preocupación. Los niveles de radiación estuvieron en valores situados entre 4 y 16 veces lo normal por un lapso de 90 minutos, de acuerdo con el Servicio Federal de Hidrometeorología y Vigilancia Ambiental de Rusia. "Obviamente el estado de ánimo es de enfado por la actitud de las autoridades, esto no es agradable para nadie, aunque creemos que lo peor ha pasado", explicaba Liudmila desde su casa en Severodvinsk. "Estamos acostumbrados a estas pruebas y a las evacuaciones, no hay razones para el pánico", media Lydia, otra veterana de la zona.

Cerca del lugar del accidente, enviados de las autoridades pidieron a las personas que permanecieran dentro de edificios y cerraran las ventanas. Ahora algunos ciudadanos han tomado la iniciativa y han presentado una queja a los fiscales para investigar las circunstancias de la prueba, y están reuniendo firmas para exigir que tales maniobras nunca más se realicen. "Los niños estaban jugando por el paseo marítimo. Deberíamos haber sido advertidos", critica el ecólogo Alexei Klimov, residente en Severodvinsk. Preguntado por AP, un portavoz de Rosatom, la agencia nuclear rusa, se negó a comentar este tipo de acusaciones, pero dijo que la prueba no representaba ningún riesgo para los residentes en Severodvinsk o en otros lugares cercanos.

Por su parte, el organismo de seguridad nuclear de Noruega, la DSA, está analizando unas cantidades de yodo radiactivo detectadas en el aire en el norte del país en los días posteriores a la explosión del cohete en Rusia.

La primera versión del Ministerio de Defensa ruso aseguraba que la explosión fue en un motor de un cohete propulsor. Ni el Ministerio de Defensa ni Rosatom revelaron el tipo de arma que explotó durante la prueba. Sin embargo, en su comunicado, Rosatom dijo que la explosión ocurrió durante las pruebas de una "fuente de energía de isótopos nucleares" en una plataforma mar adentro.

La DSA, dice que ha detectado el yodo radiactivo en su estación de filtro de aire en Svanhovd, que se encuentra en la frontera con Rusia. Las muestras fueron tomadas del 9 al 12 de agosto, en los días de la 'crisis nuclear' de la región de Arjangelsk. "Cantidades pequeñas de yodo radioactivo se midieron en el aire en nuestra estación de filtrado en Svanhovd (...) El nivel detectado es muy bajo y no constituye amenaza alguna para la población ni para el medio ambiente", dice el comunicado de la DSA, que seguirá investigando cualquier índice de radiación que pueda venir de Rusia.
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