Un
estudio del instituto de investigación económica DIW Berlin afirma
que la inversión en una nueva planta de energía nuclear de 1GW
conduce a pérdidas medias de aproximadamente 4.800 millones de
euros. Además, argumenta que las peligrosas emisiones de
radioactividad de la tecnología y los riesgos de proliferación de
material armamentístico y la liberación de radiación, como los
accidentes en Harrisburg (1977), Chernobyl (1986) y Fukushima (2011)
muestran, no la califican como una solución de energía “limpia”
a tener en cuenta a la hora de hacer frente al cambio climático. Aun
así, los gobiernos están incorporando la tecnología en sus planes
de energía limpia en todo el mundo.
“El
mito de la energía nuclear como una alternativa respetuosa con el
clima a las fuentes de energía fósiles se derrumba por completo”,
dice Christian von Hirschhausen, coautor del estudio. Numerosos
estudios científicos ya han demostrado que ninguna de las más de
600 centrales nucleares construidas hasta la fecha en el mundo ha
sido competitiva: han funcionado y continuarán operando durante
muchos años solo porque los gobiernos las han subsidiado de forma
generalizada.
Los
analistas de DIW Berlín han realizado un estudio de las 674 plantas
nucleares que se han construido para demostrar que los intereses
económicos privados no fueron el motivo, sino que fueron impulsados
por intereses militares. “La energía nuclear nunca fue diseñada
para la generación de electricidad comercial; estaba dirigido a las
armas nucleares. Es por eso que la electricidad nuclear ha sido y
seguirá siendo antieconómica”, dice Von Hirschhausen.
La
rentabilidad de las inversiones en centrales nucleares se determinó
mediante un modelo de negocio que se basa en una variedad de factores
que incluyen el costo mayorista de la electricidad (20-80 euros /
MWh), los costos específicos de inversión (4.000-9.000 euros / kW)
y el costo promedio ponderado del capital (4-10 %). Y la conclusión
es que cada central nuclear construida hoy tiene un valor actual neto
negativo, y genera una pérdida media de 4.800 millones de euros.
“Bajo ninguna circunstancia realista, una central nuclear puede
mostrar un valor presente neto positivo, en el mejor de los casos,
una pérdida de 1.500 millones de euros, y en el peor, la pérdida
ascendería a los 8.900 millones”, dice el informe.
El
estudio señala que es probable que las pocas inversiones actuales en
centrales nucleares en Europa y países de la OCDE produzcan pérdidas
de decenas de miles de millones en un futuro. El costo de la central
nuclear Olkiluoto-3 en Finlandia aumentó de una estimación inicial
de 3.000 millones de euros (1995) a más de 11.000 millones de euros.
Esto corresponde, a partir de 2018, a unos 7200 euros por kW (ver
gráfico a continuación).
En
Francia, después de aumentos importantes de los costos e informes
periódicos sobre la falta de seguridad del reactor, se cuestiona
todo el programa de expansión nuclear de Electricité de France
(EdF). Además, las altas deudas del grupo (más de 40.000 millones
de euros) deberían llevar a una completa nacionalización si se
quiere evitar la quiebra.
De
los dos proyectos de inversión en los Estados Unidos, uno fue
abandonado después de doblar el costo (UC Summers, Virginia). En el
otro (Vogtle, Georgia), el costo aumentó de los 14.000 millones
iniciales, equivalentes a aproximadamente 6.200 $ el kW, a una
cantidad estimada de 29.000 millones en 2013, equivalente a
aproximadamente 9.400 $ por kW en 2013.
“No
va a ser rentable invertir en energía nuclear en el futuro, ni en
nuevas centrales nucleares ni en la extensión de las existentes.
Teniendo en cuenta que la energía nuclear es absolutamente insegura,
el mito de la alternativa amigable con el clima a los combustibles
fósiles está completamente agotado en sí mismo”, dice Von
Hirschhausen.
En
cuanto a la extensión de la vida de las centrales nucleares, el
informe es claro: “En todo el mundo, se discute la extensión de la
madurez de los reactores antiguos de 40 a 50 o hasta 80 años. Dado
que las plantas de energía nuclear están diseñadas para un tiempo
de funcionamiento de 30 o 40 años, esto conlleva una considerable
tensión y fatiga del material, y por lo tanto aumenta
considerablemente el riesgo de accidentes”. Como ejemplos, DWI
señala como reactores problemáticos Tihange (Bélgica) y Fessenheim
(Francia), y la central nuclear de Dukovany en Eslovaquia, ubicada a
100 kilómetros al norte de Viena, también es motivo de
preocupación.
Yendo
más allá de la falta de sostenibilidad económica´y los riesgos
que entraña, el informe continúa socavando aún más los debates y
políticas internacionales que apoyan la energía nuclear como parte
de las estrategias de acción climática. “La energía nuclear no
es de ninguna manera limpia. Su radioactividad pondrá en peligro a
los humanos y al mundo natural durante más de un millón de años”,
añade Von Hirschhausen.
La
energía nuclear, según dice el informe, no es de ninguna manera una
tecnología libre de CO2 que tenga en cuenta el ciclo de vida
completo (construcción, operación, desmantelamiento, extracción de
uranio, producción de combustible). Un metaestudio estima una media
de emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales
nucleares de 66 gramos de CO2 equivalente por kWh. Esto equivale a
aproximadamente el 20 % de las emisiones de una central eléctrica de
gas.
El
informe llama la atención a la Agencia Internacional de Energía por
sugerir recientemente que la energía nuclear es un sistema de energía limpia y por alentar los subsidios a la tecnología y sus
proveedores. Las políticas y los marcos en todo el mundo han
incorporado la energía nuclear al mix de generación futura de
energía. El Paquete de Energía Limpia de la Unión Europea, construido para
respaldar la protección del clima, contiene extensiones de vida útil
para varias plantas nucleares y también recomienda la construcción
de más de 100 plantas nuevas antes de 2050.
“La
idea de combatir el cambio climático con la energía nuclear no es
nueva, pero mostramos lo equivocada y engañosa que es”, explica la
experta en energía y autora del estudio, Claudia Kemfert. “También
debemos tener en cuenta que las facturas comerciales que hemos tomado
también están causando costos horrendos a cargo de la comunidad,
por ejemplo, para almacenar desechos nucleares”.
Fuente:
José A. Roca, El informe más demoledor contra la energía nuclear: ni es limpia ni económicamente viable, 25 julio 2019, El Periódico de la Energía. Consultado 26 julio 2019.
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