Un informe de Policía Ambiental da cuenta de los incumplimientos de la Municipalidad de Córdoba en el tratamiento de efluentes. En más de dos años, las muestras arrojaron valores de contaminación similares entre el líquido que ingresó a la planta y el que egresó.
por
Juan Pablo Carranza
Los
líquidos cloacales que se vierten al río Suquía desde la Estación
Depuradora de Aguas Residuales (Edar) Bajo Grande tienen
prácticamente el mismo grado de contaminación que presentan cuando
ingresan. El dato surge de los cuatro últimos relevamientos
realizados por la Dirección de Policía Ambiental de la Provincia, y
consta en un sumario administrativo que lleva más de dos años.
Parte
de este informe, con fecha 12 de julio de este año, fue presentado
la semana pasada a la Municipalidad y puede tener consecuencias
judiciales.
El
escrito, al que tuvo acceso La Voz, consta de cuatro páginas y
resume más de dos años de inspecciones, estudios, notificaciones y
presentaciones judiciales realizadas por la entidad de control, y
donde se acreditan reiterados incumplimientos por parte del municipio
a la hora del tratamiento de los efluentes.
Allí
se detalla que Bajo Grande vuelca líquidos cloacales contraviniendo
los parámetros ambientales establecidos en el decreto provincial
847/2016 -aunque allí no registra los porcentajes de
contaminación- y se encontraría en violación del artículo 46 de
la ley provincial 7.343, que prohíbe la deposición de sustancias
contaminantes en el río.
De
acuerdo con la normativa, todo líquido cloacal vertido a un cauce de
agua debería contar con una carga máxima de Demanda Biológica de
Oxígeno (DBO) de 30 miligramos por litro y valores máximos de
coliformes totales y fecales de cinco mil y de mil bacterias cada 100
mililitros, respectivamente. Los estudios realizados por Policía
Ambiental marcan que no se cumplen los estándares establecidos.
Entre
abril de 2017 y junio de 2018, la Dirección asegura que realizó 13
inspecciones a la planta de Bajo Grande. En 12 oportunidades tomó
muestras de efluentes. “Surge de las actas de constatación
labradas que la planta no se encontraba funcionando adecuadamente”,
señala el escrito sobre esta docena de relevamientos.
Ante
los incumplimientos, el 31 de julio de 2018 Policía Ambiental
incluyó a la Municipalidad de Córdoba en el registro de
infractores, le aplicó una multa de más de cuatro millones de
pesos, le prohibió la realización de nuevas conexiones a la red y
le pidió precisiones sobre el plan de obras estipulado en el
convenio urbanístico firmado con la Corporación América por el ex
Batallón 141.
De
acuerdo con la memoria, el 3 de agosto de ese año se remitió una
copia de la resolución 157 al municipio, “que fue debidamente
notificado”. No obtuvieron ninguna respuesta. Luego de casi un año
de la notificación, Policía Ambiental volvió a intimar al
municipio la semana pasada y con fecha 12 de julio le aplicó una
multa conminatoria de 421.844,40 pesos por no cesar en el volcamiento
y no informar el plan de inversión del convenio urbanístico.
En
los cuatro controles que se realizaron desde agosto del año pasado
hasta esta parte, los valores de contaminación en la salida de los
efluentes mostraron similares grados de contaminación que en su
ingreso.
Las
conclusiones del informe de Policía Ambiental son compatibles con
los resultados de los análisis que secuestró el juez Federal Miguel
Hugo Vaca Narvaja del laboratorio de Bajo Grande y a los que también
tuvo acceso La Voz. En los Tribunales Federales, frente al parque
Sarmiento, está radicada una causa penal por contaminación de la
cuenca de la laguna Mar Chiquita, que tiene a siete funcionarios de
la gestión de Ramón Mestre imputados desde septiembre pasado.
En
los relevamientos, que hace el mismo municipio y que tiene en su
poder la Justicia Federal, la mayoría de los análisis evidencian
que se han vertido al río líquidos que se pueden definir como
cloacales, ya que a pesar de su paso por la planta tienen cargas
bacteriológicas de cientos a miles de veces superiores a los valores
permitidos.
Emergencia
El
5 de agosto de 2014, Mestre firmó el primer decreto para declarar la
emergencia ambiental en la ciudad. La resolución fue renovada cinco
veces más.
Desde
la Municipalidad, no desconocen el funcionamiento deficiente de la
planta y lo atribuyen a dos causas: la primera es el estado en que
recibieron Bajo Grande de la gestión anterior, hace casi ocho años;
y la segunda, que se están realizando obras para poder tratar todo
el líquido que llega y en algunas ocasiones puede verse desbordado
el sistema. Según el Palacio 6 de Julio, opera en un 70 por ciento.
“La
planta está proyectada para tratar líquidos con una DBO de hasta
250 miligramos de oxígeno por litro y hay momentos en los que tiene
más de mil. De manera que, por más que funcionara de
eficientemente, no se podría tratar todo el líquido, y eso se debe
al mal uso de las cloacas”, dijo a este medio el secretario de
Planeamiento de la Municipalidad, Omar Gastaldi.
Con
respecto a los estudios citados, el director de Redes Sanitarias y
Gas del municipio, Daniel Bardagi, señaló que para que tengan
validez no deben realizarse en el mismo momento y plantea la
necesidad de una muestra compensada.
“Para
tener un control de cómo llega el líquido cloacal y cómo sale, es
necesario esperar al menos 24 horas para que cubra todo el proceso,
así se toma el mismo flujo de agua. Eso podría explicar que en
algunos momentos la carga orgánica sea similar en el ingreso y en el
egreso”, dijo el funcionario.
Al
río
En
dos de las inspecciones que llevó adelante la repartición
provincial este año, se comprobó que, directamente, no ingresó
líquido cloacal al sistema de tratamiento de la planta. Se lo
condujo a través de un conducto alternativo previsto para
emergencias -by pass- y se lo vertió sólo con cloración al
río.
En
uno de los últimos controles, que data del 26 de junio, las
autoridades constataron el vertido sin pasar por ninguna de las
unidades depuradoras. Solamente se acreditó la realización del
proceso de cloración antes de volcarlo al Suquía. Este es el paso
final en todo tratamiento. En el informe consta que ese día el
municipio se encontraba “trabajando en los percoladores
secundarios” (unidades que se encargan de reducir la carga orgánica
del efluente).
En
esa inspección se verificó el estado de las unidades de tratamiento
que conforman la planta. Se registró que los desarenadores nuevos -que cumplen la función de primer filtro de las aguas servidas-
no funcionaban y que sólo estaba operativo uno de los cuatro más
antiguos. Y que del cuarteto de sedimentadores primarios -donde se
descartan los sólidos que pueden haber quedado tras el primer
filtrado-, sólo estaba activo uno.
Desde
la Municipalidad, aseguran que, más allá de estar en obras, la
planta está operativa. El viernes pasado, sostuvieron que la planta
tenía uno de los desarenadores nuevos operativos; dos de los cuatros
desarenadores originales también activos y dos sedimentadores
primarios en funcionamiento, uno en reparación y otro fuera de
servicio.
Gastaldi
indicó que de los seis percoladores, están en actividad dos. A uno
se le están realizando trabajos de mantenimiento y los otros tres
están fuera de servicio, pero pronto llegarán los repuestos, según
el funcionario. De los cuatro sedimentadores secundarios, funcionan
tres. Y están operativos los dos equipos de cloración.
Próximamente, se incorporarán otros dos, recientemente adjudicados.
A
su vez, señala Gastaldi que seis de los digestores están en
funcionamiento y el tratamiento de barros se hace en parte de la
playa de secado, que ahora no funciona de manera completa porque se
encuentra afectada a la otra planta que realiza la Provincia. La
centrifugadora no está en funcionamiento, pero según el municipio
estaría lista a fin de mes.
El
tratamiento del barro es fundamental en el proceso. Se trata de los
residuos que quedan tras la depuración. Es la parte más contaminada
y la que concentra la mayor carga biológica.
Para
el subsecretario de Ambiente municipal, Sebastián Roca, es
fundamental para tratar este problema que se ponga en funcionamiento
la planta gemela a Bajo Grande que está construyendo la Provincia.
“Si esa obra hubiera empezado a operar hace varios años, podríamos
estar en una mejor condición. Pero las obras de saneamiento de esta
envergadura siempre se realizan con capitales provinciales y
nacionales”, apunta el funcionario.
Otras
inspecciones
La
inspección de fines de junio no fue la única en la cual Policía
Ambiental pudo detectar la falta de saneamiento de los efluentes. El
15 de enero pasado, la Dirección registró, también, que la
“Estación Depuradora se encontraba fuera de funcionamiento” y
que el líquido era tratado con cloro únicamente.
De
acuerdo con los estudios del laboratorio de la planta municipal que
están en la causa 32.042/2018 de los tribunales federales
cordobeses, no se detecta cloro activo a la salida de Bajo Grande. Es
decir que la carga bacteriana de los efluentes no se vio afectada por
la acción de este químico.
El
13 de marzo de 2019, la Dirección volvió a inspeccionar la planta y
constató que funcionaba parcialmente. “Gran parte del efluente que
llegaba no ingresaba a la planta, sino que pasaba directamente a la
cámara de contacto, donde recibía cloración, y no funcionaban los
desarenadores nuevos ni los percoladores secundarios”, dice el
informe.
Sanciones
En
el expediente de Policía Ambiental se da cuenta de una sanción
económica de más de cuatro millones pesos por la contaminación
(aún no fue aplicada). La resolución 157 de la Dirección con fecha
del 31 de julio de 2018 y notificada el 3 de agosto del mismo año
declara infractora a la Municipalidad y le asigna una multa de
4.284.039 pesos. Se trata de la pena máxima que establece la
legislación. La Dirección encargó la gestión del cobro de la
multa a Kolector.
Además,
Policía Ambiental elevó este informe a la Fiscalía de Instrucción,
Distrito 2, Turno 6 en el marco de una presentación efectuada por la
presidenta comunal de Capilla de los Remedios
Es
la primera sanción económica que recibe la administración de Ramón
Mestre por contaminación ambiental en Bajo Grande. Anteriormente,
las gestiones de Daniel Giacomino y de Luis Juez habían sido objeto
de multas de este tipo.
En
ese mismo escrito se emplazó a la Municipalidad a “regularizar el
funcionamiento” de la planta, “absteniéndose de realizar nuevas
conexiones a la red cloacal y cesando todo volcamiento de efluentes”.
El
11 de abril de este año, a un mes de las elecciones provinciales, el
intendente inauguró en barrio Empalme y en Ampliación Empalme la
red domiciliaria de cloacas que alcanza a 19 mil cordobeses. Se
trató, según se lee en el sitio oficial de la Municipalidad, de la
obra “de mayor dimensión realizada en un mismo barrio de
Argentina”. Desde el municipio, indicaron que esa red aún no está
operativa. Le falta la conexión al nexo de la planta.
Otra
caso es el de Villa El Libertador, donde en febrero la Provincia
concluyó las cloacas para 24 manzanas y el municipio hizo lo propio
con otras 12. La obra tenía cierta urgencia, por los casos de
desmoronamiento de viviendas ocurridos producto de las napas
freáticas. Actualmente, los vecinos cuentan con el kit de conexión
y algunos frentistas ya se sumaron a la red, contraviniendo la orden
provincial.
Desde
la Municipalidad, señalan que la planta de barrio Inaudi, que antes
trataba los líquidos de más de 10 barrios de la zona sur, ahora los
lleva sin sanear a Bajo Grande. “Entre esos barrios, hay también
cloacas que realizó la Provincia”, deslinda Gastaldi.
“Es
un riesgo aguas abajo”
El
biólogo Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental Córdoba,
explica que en los líquidos cloacales vive un sinnúmero de virus,
bacterias, parásitos y hongos patógenos relacionados con la materia
fecal. “La presencia de bacterias coliformes en altísima
concentración en la descarga al río es un indicador de que otros
microorganismos patógenos no han sido abatidos, lo que pone en
riesgo sanitario a la población río abajo. Además, es tal el
caudal y la carga de contaminantes que vierte Bajo Grande que algunos
de ellos llegan a la laguna Mar Chiquita, que es reserva provincial y
futuro parque nacional”, indicó.
Fuente:
Juan Pablo Carranza, Bajo Grande: los efluentes cloacales salen tan contaminados como al ingresar, 21 julio 2019, La Voz del Interior. Consultado 22 julio 2019.
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