Una infraestructura hídrica de concreto, a cielo abierto, transporta agua del Río Salado para abastecer la población del Gran Chaco Americano. Sin embargo, en esta vía terminan muriendo centenares de animales silvestres indefensos.
Por Diego Gallego García y Ana Parellada
En el norte de la provincia de Santiago del Estero, el acceso al agua potable ha sido durante mucho tiempo un desafío para las comunidades locales. Para abordar esta necesidad, se emprendió la construcción del Canal de la Patria, un sistema de canales para transportar agua de buena calidad desde el río Salado hasta las localidades aledañas. Sin embargo esta iniciativa ha desencadenado graves impactos en la fauna nativa y podría incluso conllevar riesgos para la personas que acceden al agua por medio del canal.
Este canal es una infraestructura hídrica a cielo abierto revestida de concreto con una profundidad promedio de 1,40 metros y un ancho de más de 2 metros. Esta vasta construcción de 250 kilómetros de extensión por el norte santiagueño, ha demostrado ser una trampa mortal para la fauna silvestre del Gran Chaco Americano.
Los animales que se acercan al canal, ya sea a beber agua o a cruzar al otro lado, caen y quedan atrapados en el mismo, hasta que mueren ahogados. Desde el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) se documentaron más de 250 individuos ahogados de más de 40 especies de fauna silvestre diferentes, incluyendo algunas amenazadas a nivel global como el oso hormiguero gigante y la tortuga terrestre argentina. Entre los restos encontrados se destacan otras especies emblemáticas y en declive poblacional como la corzuela, el pecarí de collar, el mataco bola y la lampalagua.
A lo largo de su recorrido, hay solamente unos 40 puentes construidos para tránsito vehicular o peatonal, por lo que la probabilidad de que los animales los utilicen para cruzar de un lado al otro es muy baja. Adicionalmente, se erigieron cinco escaleras dentro del propio canal y en un tramo de apenas 50 km, con dimensiones que las tornan inservibles para la gran mayoría de animales perjudicados por la obra.
Lo más preocupante es que este grave problema de conservación para la fauna silvestre no fue debidamente evaluado en el Estudio de Impacto Ambiental elaborado por la provincia en 2020. Apenas se mencionó un riesgo "moderado" de caída de animales durante la construcción, omitiendo por completo analizar la mortalidad por ahogamiento durante la etapa operativa actual. Por otro lado, esta infraestructura lineal estaría generando el aislamiento físico y genético de las poblaciones de uno y otro lado del canal, lo cual podría tener graves consecuencias para la conservación de algunas especies de animales.
El daño ambiental no se restringe únicamente a la mortalidad directa por ahogamiento. La construcción de un canal de esta magnitud conlleva la fragmentación y aniquilación de hábitats naturales y seminaturales en una zona que ya viene sufriendo una pérdida constante de su riqueza biológica y cultural, fundamentalmente por el cambio de uso del suelo para la actividad agropecuaria y los emprendimientos inmobiliarios, generando grandes consecuencias ecológicas, sociales y económicas.
Sumado a todo lo anterior, la presencia de animales en descomposición dentro del canal podría traer consigo impactos sobre la salud pública: la acumulación de cadáveres puede contaminar el agua que, sin un tratamiento adecuado, podría representar un riesgo aún no evaluado para las comunidades que dependen del canal para su abastecimiento de agua.
Frente a esta crítica situación ambiental desde las organizaciones ambientales, científicas y civiles hemos instado a las autoridades a tomar medidas urgentes. Estas medidas incluyen el entubamiento o tapado completo del canal para evitar más impactos; una evaluación seria de los daños a la fauna silvestre y un monitoreo periódico de mortalidad por ahogamiento en el canal; y la implementación de áreas protegidas y corredores biológicos como compensación.
Es esencial que las autoridades se comprometan a revertir este severo conflicto y busquen alternativas sostenibles respaldadas por evidencia técnica y científica. Solo así se podrá proteger no solo la vida silvestre del Gran Chaco Americano, sino también el invaluable patrimonio natural y cultural de la provincia y el país.
Diego Gallego García. Biólogo del CECARA y becario doctoral del CONICET, responsable del área del Biodiversidad de FARN
Ana Parellada. Responsable del área del Biodiversidad de FARN
Fuente:
Diego Gallego García, Ana Parellada, El Canal de la Patria: trampa mortalpara la fauna silvestre, 28 mayo 2024, Perfil.
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