martes, 14 de noviembre de 2017

Sin cloacas, los embalses pasan factura

Hay que mirar más a las sierras y evitar la degradación del agua que necesitamos. Ahí es donde "nace" y se guarda.

Lago Los Molinos
por Fernando Colautti

Quien haya recorrido las zonas costeras del lago Los Molinos hace apenas 10 años podría darse con la sorpresa de que le costaría reconocerlas hoy, dada su notoria transformación. El cambio tiene una sola variante: la creciente urbanización, sobre todo en el área oeste, cercana a Potrero de Garay.

La zona se ha urbanizado, pero con una carencia que se mantiene y pasa factura: la ausencia de tratamiento cloacal.

Con las cloacas sin control, el impacto sobre el embalse está garantizado. No es la única causa que aporta al deterioro ambiental, pero sí la principal, según coinciden todos los diagnósticos desde hace años.

Asoma una paradoja para esta Córdoba en la que la mitad de la población aún carece de redes cloacales. Es en los valles serranos, que representan el “tanque” donde nace y se acumula el agua que usa y necesita la provincia, donde menos se ha avanzado por décadas en materia de tratamiento cloacal. En las cuencas hídricas que rodean a los principales embalses, hay aún nulos o escasos servicios de tratamiento cloacal.

En los últimos meses, se han acumulado anuncios y se avanzó en licitaciones para dotar de más cloacas al mapa cordobés. Si esas obras se culminan, en algunos años crecerá notoriamente la cobertura de ese servicio en una provincia que registra un marcado atraso en ese rubro, clave para el saneamiento ambiental.

Falta hace. Pero hay que mirar más a las sierras, para evitar la degradación del agua, justo allí donde se “fabrica” y se guarda.

¿Algas o cianobacterias?

En términos estrictos, a las cianobacterias se las llamaba también algas verdeazuladas (por su coloración). Hoy se conoce que son bacterias, y no se las considera un ‘alga’, pero estamos hablando de lo mismo”, aclaró la investigadora Rocío Luz Fernández.

En aguas con mucha concentración de nutrientes las bacterias se reproducen en exceso. En altos niveles, pueden resultar tóxicas en caso de ser bebidas sin potabilizar. Por eso se aconseja no bañarse en esas aguas cuando hay proliferaciones excesivas.

El uso de agroquímicos en la cuenca hídrica también suele ser citado entre los impactos. Hace una década, la Provincia prohibió en esa zona el cultivo de papas, que requiere un uso intensivo de pesticidas. Luego de esa medida, muchos marcan que por algunos años la situación mejoró.

Otro punto de discusión son las balsas, para las que se reclama un mayor control.
Fuentes:
Fernando Colautti, Sin cloacas, los embalses pasan factura, 13/11/17, La Voz del Interior. Consultado 13/11/17.
¿Algas o cianobacterias?, 13/11/17, La Voz del Interior. Consultado 13/11/17.

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