Tras más de un
año de reclamos de los vecinos de Dique Chico por las fumigaciones,
el jefe comunal firmó la prohibición de aplicar agrotóxicos a
menos de 1.000 metros del casco urbano.
por Adrián
Camerano
La resolución
comunal 242/17, que ya está vigente, crea en la localidad ubicada a
50 kilómetros de Córdoba “una zona de resguardo ambiental”, en
la que está prohibido fumigar. En esa zona que va desde el límite
del radio urbano hasta los siguientes 1.000 metros “se prohíbe el
uso de cualquier tipo de producto químico o biológico de uso
agropecuario destinado a la pulverización y/o fumigación o a la
fertilización agrícola y/o forestal”, reza la resolución.
Textualmente, el
límite está comprendido “a partir del límite exterior de la
planta urbana de esta localidad” y “de la Escuela Bernardo de
Monteagudo N° 2 (…) y hasta un radio de mil metros”. La zona de
exclusión no sólo abarca el casco urbano sino también la
institución educativa, algo alejada de las viviendas.
Dentro de esa
zona de resguardo sí están permitidos “los productos debidamente
autorizados para la práctica de agricultura orgánica o
agroecológica”. Y en los 500 metros siguientes se autorizó
también “la aplicación terrestre de productos químicos o
biológicos de uso agropecuario de las clases toxicológicas III y
IV”. Para ello “se deberá contar con la previa autorización
comunal”.
Un año de lucha
La medida de
Pérez se da tras un fuerte reclamo vecinal por las fumigaciones, y
en el marco de un conflicto importante con productores locales. La
lucha de los vecinos cobró fuerza el año pasado, cuando denunciaron
aplicaciones en la zona, inclusive muy cerca de la escuela de la
localidad. En aquel momento Pérez firmó las recetas fitosanitarias
(para que se pueda fumigar debe mediar la autorización comunal) y
evitó una postura tajante sobre el tema.
Pero este año, a
la vuelta del calendario de siembra, Pérez firmó nuevas recetas
fitosanitarias, y los vecinos retomaron los reclamos antes la
perspectiva de nuevas aplicaciones. El conflicto, que llevaba meses
latente, recrudeció: hubo marchas de vecinos y de productores
agropecuarios, un intento de mesa de diálogo, chacareros encadenados
frente a la comuna y cruces eternos por las redes virtuales, nuevo
territorio de disputa. Hasta que el jefe comunal sancionó la
restricción, y sumó a Dique Chico a las localidades de la zona que
prohíben las fumigaciones; Anisacate, por caso, lleva una década
como pueblo “libre de agroquímicos”, primero por resolución
comunal y luego por ordenanza municipal.
Alta Gracia,
cabecera del Departamento Santa María, sancionó en 2012 una
ordenanza muy parecida a la que ahora aprueba Dique Chico. Creó una
zona de resguardo de 1.500 metros, en la que se prohíbe aplicar y se
favorece a la agricultura orgánica. Lo cierto es que, a cinco años
vista, las fumigaciones cesaron pero la agricultura orgánica brilla
por su ausencia, y lo que sí florecieron en esos terrenos son loteos
de gran envergadura, precios poco populares y carentes de servicios
esenciales. Con el agravante, además, de que las nuevas
urbanizaciones corren la línea de los 1500 metros y achican o
eliminan la zona de resguardo ambiental, porque la ciudad va quedando
pegada a otras comunas que sí permiten aplicar, como Los Aromos o
Falda del Carmen. Mientras reconvertían sus campos en loteos, los
productores judicializaron la norma y demandaron a la Municipalidad,
en un litigio aún pendiente de resolución.
La pregunta por
ahora sin respuesta es si en Dique Chico se repetirá la historia de
lo ocurrido en la cabecera departamental o si, por el contrario, los
productores acatan la norma y se dignan a repensar las condiciones en
las que desarrollan su actividad.
“Que la Pacha
vuelva a latir”
Esteban José,
uno de los vecinos más activos en la lucha local contra las
fumigaciones, celebró la resolución firmada por Pérez y consideró
que “se logró el objetivo” de preservar el derecho a la salud.
“Nosotros no nos oponemos de ningún modo a la agricultura,
proponemos la reconversión agroecológica” reiteró, y agradeció
al abogado Darío Ávila, quien asesoró sobre el texto normativo,
“por hacernos entender que el derecho a la vida está por sobre
cualquier interés económico”.
“El contexto
viene duro, pero cada una de estas luchas que se ganan forman parte
de algo mucho más grande. Que sirva de ejemplo de que no siempre
ganan los intereses de los que más tienen, y que cada uno de
nosotros puede hacer algo para poder vivir en un lugar más sano,
justo y feliz. ¡Que la Pacha vuelva a latir!”, expresó.
Pérez: “Está
en juego la salud, no hay nada más que decir”
A horas de haber
firmado la resolución, el jefe comunal Nilo Pérez aseguró a La Nueva Mañana que “la idea es impulsar la agroecología, para que
estos productores sigan trabajando sus tierras”, y anunció la
creación de un cuerpo local de inspectores ambientales que controle
la aplicación de la ordenanza comunal.
“Esta
resolución pone un resguardo para la salud de nuestros vecinos. En
su momento convocamos al Inta, al Ministerio, a vecinos y entidades
neutrales, para que nos digan la verdad. Porque vos hablás con un
ingeniero agrónomo y te dice que no pasa nada. Eso no prosperó, y
ahora dijimos ´vamos a regular porque no vamos a esperar que alguien
se enferme´. Está en juego la salud, entonces no hay nada más que
decir” completó este viernes en declaraciones a la audición
radial Tiempo de Valientes, de Alta Gracia.
Acerca de la
eventual judicialización de la resolución, Pérez llamó a los
productores a “que sean sensatos y busquen otra forma de producir”.
“Nadie está prohibiendo que trabajen: laburen, pero carpiendo a
mano como antes, y no atenten contra la salud. Son sus tierras, son
de ellos, pero no perjudiquen a la gente”, cerró.
Entradas relacionadas:
Dique Chico estableció una zona de resguardo ambiental y prohibió las fumigaciones
Fuente:
Adrián Camerano, Tras una larga lucha vecinal, Dique Chico limitó fumigaciones, 13/11/17, La Nueva Mañana. Consultado 14/11/17.
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