lunes, 13 de noviembre de 2017

Las venas abiertas sobre América

Un incendio de agrotóxicos de la compañía Glencore sobre la localidad del Oeste bonaerense. El derrame de agrotóxicos en un depósito de Glencore, y el posterior incendio, en la localidad América, provocó una nube de humo tóxica. Denuncia de los vecinos. Detectaron un agroquímico de uso prohibido.

por Darío Aranda

La compañía Glencore acumula variadas denuncias por violación de derechos humanos, contaminación y corrupción. Acaba de sumar una mancha más: un derrame de agrotóxicos e incendio en su planta de América (partido de Rivadavia, en el oeste bonaerense). La compañía, de origen suizo, minimizó el hecho y se ganó el repudio de la comunidad. Sí reconoció que el peligroso herbicida atrazina estuvo entre los químicos que ardieron.

El derrame e incendio sucedió el sábado 4 de noviembre a la mañana, en su planta de América, ruta nacional 33. La nube tóxica negra se hizo visible a kilómetros a la redonda durante todo el día. Además de los bomberos voluntarios locales tuvieron que acudir dotaciones de Trenque Lauquen y Villegas.

Glencore acopia en América granos y agrotóxicos. El día del incendio la Municipalidad emitió un breve comunicado por Facebook: “Por prevención recomendamos a la población no ventilar sus hogares ni exponerse al contacto directo con el humo. En caso de ser necesario a fin de evitar el contacto recomendamos autoevacuarse a la casa de un familiar y si fuese necesario estará disponible como lugar de evacuación el Centro Integrador Comunitario”.

Funcionarios locales aclararon que la Municipalidad no había otorgado permiso de acopio de químicos y alertaron que el derrame (e incendio) podía tratarse del peligroso agroquímico 2-4D, que está prohibido en Rivadavia. Tres días después del incendio, la Guardia Ambiental Municipal detectó 2-4D en otro galpón de Glencore (fue clausurado).

El incendió fue extinguido a las 17 del sábado. Esa misma tarde circuló por internet una convocatoria vecinal. “Estas empresas se llevan el dinero y no les importa nuestra salud. Hemos tomado la iniciativa de reunirnos para hacer visible el riesgo que corremos nosotros y nuestro futuro”, invitaba el texto.

Al día siguiente, domingo 5, se realizó la primera reunión de vecinos en la Plaza Colón. Dominaba el enojo con la empresa, pero también con las autoridades, por la falta de control y el impacto en la salud de la población. Exigieron explicaciones y la reubicación de las plantas de acopio de cereales, de agrotóxicos y de las empresas de fumigaciones. Se conformó la asamblea Vecinos Autoconvocados de Rivadavia.

El lunes 6 hubo una segunda reunión de vecinos. Escribieron una carta al Concejo Deliberante. “Fue un desastre ambiental sin precedentes en la provincia de Buenos Aires, cuyas consecuencias son incalculables e impredecibles. El alto nivel de toxicidad que produjo la nube puso y pone en riesgo la salud de toda la población de América”, resaltaron.

El secretario de Salud del Municipio, Pablo Cabaleiro, argumentó que “los herbicidas son de baja volatilidad, por lo que no es necesario evacuar; recomendamos no ventilar las casas, tener agua envasada; hay que estar tranquilos, vamos a sentir olor hasta que la nube pase pero no es necesario usar barbijos”.

El diario regional Tiempo del Oeste realizó una minuciosa cobertura. El vecino Adelmar Funk escribió un artículo: “Es grave porque se han diseminado al ambiente, que es lo mismo que decir sobre nosotros, químicos cuya acción en mezclas y proporciones desconocidas y sobre cuyos efectos sobre los seres vivos nadie en el mundo puede precisar”. Y recordó la enorme cantidad de casos de cáncer “encubiertos en publicidad ostentosa que a diario ocupan los medios mostrando las supuestas bondades de estos productos”.

Glencore es una empresa extractiva de primer nivel, nada que envidiar a Barrick Gold o Monsanto, pero con perfil bajo. Tiene la particularidad de ser parte de las multinacionales mineras y también del agro. En Argentina opera Minera Alumbrera, en el oeste de Catamarca, donde acumula denuncias por contaminación y por incumplir las promesas de trabajo y desarrollo local.

Cinco días después del incendio, la empresa emitió un comunicado. “En el depósito había 120 silos bolsa de polipropileno, un pallet de semilla de maíz y girasol y alrededor de quince pallets de atrazina granulada, herbicida no inflamable. Las bolsas de polipropileno rápidamente generaron una gran nube negra. Para las 17.45 los bomberos lograron apagar el incendio, sin víctimas ni personas lesionadas”, señaló.

Fuente:
Darío Aranda, Las venas abiertas sobre América, 13/11/17, Página/12. Consultado 13/11/17.

No hay comentarios:

Publicar un comentario