Dossier Patagonia No Nuclear. La Izquierda Diario entrevistó a diez especialistas y referentes para que nos expliquen la importancia de esta lucha.
por Roberto Andrés
Fue el pasado 9 de agosto cuando se realizó una movilización patagónica, con epicentro en Viedma (Río Negro) y a la que adhirieron más de 35
ciudades en todo el país, en rechazo al plan nuclear de 30 mil
millones de dólares que Macri habría acordado con China, un acuerdo
que incluía la construcción de dos nuevas centrales nucleares, una
en el golfo de San Matías, en Río Negro.
En respuesta a la
movilización pero considerando a su vez el pésimo desempeño
electoral de su partido en las últimas PASO, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck declaró que “si el rionegrino no la quiere, no la vamos a construir”, y le hizo saber a Nación el
rechazo desde su gestión a la instalación de la central en la
provincia.
El pasado 01 de
septiembre la legislatura rionegrina votó en su mayoría por la
prohibición de la construcción de la central nuclear, aunque la
resolución incluyó la posibilidad de construir una planta tipo
Carem (Central Argentina de Elementos Modulares) de baja potencia, lo
que generó un fuerte cruce entre los legisladores y los
manifestantes presentes en el lugar, ya que, entre otras cosas, el
Invap no construye centrales nucleares.
Pero todo no
quedó ahí. Cambiemos contratacó con una pequeña movilización
convocada desde la municipalidad de Sierra Grande, la otra ciudad que
se especuló podría albergar a la megaplanta acordada entre Macri y
China. Desde ese lugar, el intendente Nelson Iribarren avanza con la
idea de hacer una consulta popular pasadas las elecciones de octubre
para revertir la opinión pública y la derrota del plan macrista.
Es por ello que
el movimiento que nació para oponerse a la construcción de la
central nuclear en la Patagonia ha convocado para este sábado 30 de
septiembre a una nueva movilización, esta vez desde la propia Sierra
Grande.
Para entender a
fondo el tema en cuestión desde La Izquierda Diario hemos
entrevistado a 10 especialistas y referentes de la lucha contra la
instalación de la central nuclear: Pablo Lada, del Movimiento
Antinuclear de Chubut (MACH), Silvana Buján, periodista científica
de la organización BIOS Argentina, al médico Medardo Ávila
Vázquez, de la Red Universitaria de Ambiente y Salud (RUAS), y al
biólogo de la UNC Raúl Montenegro, de la Fundación para la Defensa
del Ambiente (FUNAM). También al secretario general de ATE y la CTA
Río Negro, Rodolfo Aguiar, a Fabiana Vega de la Asamblea No Nuclear
y de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Viedma y Patagones, a
Diego Sercovich, ingeniero químico pionero local de tecnologías de
hidrógeno, a Roberto Ochandio, geógrafo y extrabajador de YPF, a
Patricia González, bióloga de la UBA y conservacionista de la
Fundación Inalafken, al historiador ecologista, economista y docente
de la UBA Antonio Elio Brailovsky.
¿Por qué
debemos rechazar las nuevas centrales nucleares que Mauricio Macri
acordó con China?
Pablo Lada es
activista, investigador de la temática socioambiental y referente
del Movimiento Antinuclear de Chubut (MACH), movimiento impulsado por
el pionero y fallecido Javier Rodríguez Pardo y que lideró las
históricas movilizaciones provinciales contra la instalación del
repositorio en Gastre a fines de la década de los 80 y comienzos de
los 90.
Para Lada las
nuevas centrales nucleares simplemente “son un desatino por donde
las mires. El primer aspecto -que es el que más nos preocupa a los
que venimos militando la cuestión nuclear hace mucho tiempo, y a la
sociedad en general- es aquel que nos lleva a hacernos cargo de lo
que llamamos la hipoteca nuclear, que son esos residuos que se
generan cuando fisionamos el átomo en una central nuclear de
potencia, y que se terminan haciendo cargo finalmente las
generaciones siguientes. Son elementos que perduran por miles de
años, como el plutonio, que tiene 24 mil años de vida en promedio y
que son sumamente peligrosos”.
Según nos
comenta el chubutense, que también forma parte de la Red Nacional de
Acción Ecologista (RENACE), “la millonésima parte de un gramo de
plutonio causa cáncer. Y para eso la industria nuclear no tiene
respuesta. Van más de 70 años desde que comenzó la era nuclear y
la industria no ha encontrado aún una respuesta a los residuos de
alta actividad. Acá nos tocó a nosotros lidiar con la lucha contra
el basural nuclear de Gastre, que justamente era una supuesta
solución. Hoy, después de aquella lucha, y en muchos lugares del
mundo, no existe un solo repositorio de residuos radioactivos de alta
actividad”.
Pero también
rigen los aspectos económicos: “Esas dos centrales nucleares,
según la información del propio Gobierno, cuestan 14 mil millones
de dólares (sumando el préstamo chino), con lo que pone el propio
Estado nacional, y solo para 1870 MW. Por otro lado, vemos que,
también según la información del propio Gobierno, por las
licitaciones del plan RenovAr de fomento a las energías renovables,
salieron 59 proyectos solares y eólicos por cuatro mil millones de
dólares para 2400 MW. Es decir, de los propios números del Gobierno
y haciendo una comparación, podemos ver que cuesta la tercera parte
(o menos) generar más electricidad con energías renovables. Por
otro lado, nuestra Patagonia tiene un potencial casi único en
energías renovables, sobre todo en energía eólica. Lo estamos
viendo por estos días acá en Chubut, que gracias a las ultimas
licitaciones que se hicieron hace poco, las renovables representan
media central nuclear”.
“Un fracaso
económico a nivel mundial”
“La energía
nuclear se está dejando. De hecho en los últimos meses ha habido un
anuncio atrás del otro. Incluso, países muy nuclearizados como
Francia, con un presidente conservador, de derecha incluso, anuncia
que cierra 17 centrales nucleares. En Suiza hubo un referéndum,
luego Corea del Sur anuncia que también deja la energía nuclear. ¿Y
por qué? Porque es un fracaso económico a nivel mundial. No hay
empresa privada que pueda llevar adelante esto. Solo funciona con el
respaldo del Estado. Es decir, va a ser el pueblo argentino el que va
a pagar, el que se va a hacerse cargo de esos residuos radioactivos a
perpetuidad”.
Rodolfo Aguiar es
secretario general de ATE y de la CTA –Autónoma de Río Negro. A
razón de la jornada de movilización del 9 de agosto, desde el
sindicato convocaron a un paro en apoyo al que adhirieron los
docentes de UNTER, Sitraju y la Corriente Clasista y Combativa. Ese
día Aguiar señaló: “El paro ha sido masivo. Río Negro le está
diciendo no a la instalación de la central nuclear, que va a
incrementar el endeudamiento externo, dejará trunco todos los
desarrollos tecnológicos y científicos propios, generará
dependencia y afectará la soberanía energética”. A lo que
agregó: “Queremos saber qué se esconde detrás de esta
iniciativa. Nuestro país no necesita un megaproyecto de estas
características. Macri y Weretilneck deben decirnos cuál es la
verdadera finalidad”.
Consultado por La
Izquierda Diario, el secretario general de la CTA señaló: “Nosotros
debemos rechazar la posible instalación de una central nuclear en la
provincia de Río Negro, en la Patagonia y en el país,
fundamentalmente porque no necesitamos los argentinos una central
nuclear china, que estamos comprando a paquete cerrado o bien llave
en mano, porque se trata de proyectos que no responden a nuestros
intereses. No hay una sola empresa en nuestro país que necesite 1000
MW de energía como produciría esta central nuclear. Es más,
incrementarían nuestro endeudamiento externo en más de 7 mil
millones de dólares. Pero además dejaría truncos los proyectos que
en materia de energía son de origen nacional, porque esta compra
llave en mano tendrá escasa o nula participación de nuestros
científicos y técnicos locales”.
Un avance más en
nuestra colonización
“Es decir, acá
nos siguen colonizando sin armas, porque si a esta pretensión de
instalar en el suelo de la costa atlántica rionegrina una central
nuclear china, le sumamos la minera china que ya existe en Sierra
Grande, le sumamos el aeropuerto que el inglés magnate Joe Lewis
tiene a dos kilómetros del mar, también en la localidad de Sierra
Grande, sumamos el manejo que desde el puerto de San Antonio Oeste en
todas las exportaciones hasta de los ingleses y de los rusos, nos
vamos a dar cuenta que esta instalación de la central nuclear se
trata de un avance más en nuestra colonización. Es decir, generamos
dependencia y por supuesto que la instalación de esta central
nuclear lo que hace es afectar en su grado máximo la soberanía de
nuestro país”.
“Por otro lado,
tenemos que decir que lo que nos esconden el Gobierno nacional de
Macri y el Gobierno provincial de Weretilneck es que el verdadero
interés que tiene el Estado chino y el empresariado chino es poder
enclavar estratégicamente en la Patagonia esta central nuclear, para
luego poder exportar y vender energía al resto de los países
latinoamericanos y del Caribe”.
Fabiana Vega: “Es
una entrega total de soberanía tanto territorial como energética”
Fabiana Vega es
asambleísta, miembro de la Asamblea No Nuclear y de la Asamblea de
Vecinos Autoconvocados de Viedma y Patagones. Para Fabiana, que
también pertenece al Grupo de Reflexión Rural, es necesario
rechazar las centrales nucleares “porque son una forma sucia,
contaminante y la más costosa para conseguir energía. Además, es
peligrosa, sucia y contaminante ya desde la extracción de uranio. No
importa donde se haga, si acá o en cualquier otro lugar del mundo,
ya desde entonces tenés un material radioactivo dando vueltas”.
“Costosa porque
el mantenimiento de esos residuos radioactivos que genera cada planta
es por miles de años. Es muy costosa también al momento del
desmantelamiento también, es por eso que no tienen previsto
desmantelar las que estarían en edad de ser desmanteladas”.
“Muchos de esos
accidente no están registrados, no están blanqueados”
“Sucede una vez
y después ya no es necesario que vuelva a suceder. Con lo que sucede
ya alcanza para siempre, y prueba de eso es Fukushima y Chernobyl,
que están irresueltos. Son lugares muertos. Todavía no tienen modo
de pararlo. Por ejemplo, lo de Fukushima ya llegó por el Pacífico,
está todo contaminado hasta Canadá. Por eso nos oponemos”.
“Este caso
tiene un agregado particular: son inversiones chinas en donde
solamente van a quedar trabajando chinos en un lugar de zona de
frontera. Es una entrega total de soberanía tanto territorial como
energética”.
“Están
violando cuatro ordenanzas: Carmen de Patagones, Viedma, San Antonio
Oeste y Sierra Grande”
“Todo lo que
están haciendo es ilegal. Están violando cuatro ordenanzas, porque
por la proximidad hay que tener en cuenta la ordenanza del municipio
no nuclear de Carmen de Patagones: las ordenanzas después de Viedma,
San Antonio Oeste y de Sierra Grande, y también están violando
principios de la Constitución Nacional y de la Ley General del
Ambiente. Estamos redactando un amparo. Hay presentaciones previstas
en el federal, hay presentaciones previstas en la corte”.
Diego Sercovich
es ingeniero químico, experto en sistemas de acumulación de energía
eléctrica y consultor de sistemas de baterías para aplicaciones
aeroespaciales, y tiene contratos con la gerencia de aplicaciones no
nucleares relacionado a las tecnologías del hidrógeno, de las que
es un pionero local (de hecho ha cerrado contratos con la CNEA para
el desarrollo de las baterías de este tipo).
¿Y por qué
habría que rechazar las centrales nucleares?
“En consonancia
con la tendencia energética mundial, los fundamentos para el rechazo
de esta tecnología se basan principalmente en dos argumentos
claramente sostenidos por los países que lideran esta nueva
corriente. El primer argumento refiere al peligro potencial que esta
tecnología implica. Si bien es cierto que el número de accidentes
es bajo con respecto a la cantidad de centrales nucleares instaladas,
también es cierto que en casos de fallas los riesgos son demasiado
elevados, llegando a extremos como Chernóbil (Ucrania) y Fukushima
(Japón), por citar algunos”.
“Es importante
remarcar que cuando se habla de riesgos no solo se refiere a
accidentes con repercusión internacional en la centrales nucleares
como las antes mencionadas, también es importante aclarar que para
su funcionamiento requiere de “combustibles nucleares”,
generalmente compuestos por uranio, elemento sumamente peligroso
desde su obtención en procesos mineros hasta su deposición final
luego de haber sido agotado como combustible. El segundo refiere a
costos. Dado que para su implementación no solo se requiere de una
obra de infraestructura faraónica con todas las normas de control y
de seguridad, sino que también debe contemplarse todo el ciclo del
combustible que, como ya se mencionó, se inicia con la minería de
uranio y permanece en estado de riesgo por miles de años posteriores
a su utilización. Cuando finalmente se contemplan todas estas
variables y se realiza un balance se concluye en que esta tecnología
posee un costo por energía entregada superior al del resto de los
sistemas de generación exceptuando cuando se la compara con
generación a base de combustibles fósiles”.
¿Hay
alternativas locales?
“En argentina
disponemos de una variada gama en abundancia de recursos naturales
como para capitalizarlos energéticamente sin ninguna necesidad de
tener que apelar a la costosa y peligrosa energía nuclear, y hasta
para desvincularnos de los hidrocarburos. En nuestro país tenemos,
por ejemplo, la zona del noroeste, que posee uno de los índices más
altos de radiación solar para conversión fotovoltaica directa o
para concentrarla con sencillos sistemas parabólicos y generar
energía térmica (reemplazando a los reactores) para generación a
gran escala. En la Patagonia se encuentran regiones con condiciones
privilegiadas a nivel global en lo que refiere a vientos para generar
con aerogeneradores. Disponemos de cantidades de kilómetros de costa
marina que permitiría explotar energía mareomotriz.
Roberto Ochandio:
“Todas las plantas nucleares operan sin estar aseguradas”
Roberto Ochandio
es geógrafo extrabajador de YPF. Durante 19 años se desempeñó en
la industria petrolera y luego se fue a Estados Unidos en donde por
27 años trabajó con proyectos de computación en empresas de
aviación. Tras jubilarse y volver a Argentina emprende su militancia
contra el fracking petrolero a propósito de la intervención de
Chevron en Vaca Muerta. Es coautor del libro 20 mitos y realidades
del fracking, junto al Observatorio Petrolero Sur, Maristella Svampa,
Enrique Viale y otros referentes.
Le preguntamos a
Ochandio sobre su opinión respecto al plan del Gobierno nacional de
instalar dos nuevas centrales nucleares, a lo que nos responde: “Creo
que existen múltiples razones para oponerse a la instalación de
plantas nucleares. Una de estas razones es la falta de seguros que
garanticen a la población en la eventualidad de un accidente. Basado
en mi experiencia en la industria de la aviación puedo hacer una
comparación con la industria nuclear que sirve para ilustrar este
problema. Quizás la gente todavía recuerde que la aviación de hace
30 o 40 años era muy insegura, con un record anual de accidentes y
muertos. Uno de los factores que contribuyó a solucionar estos
problemas fue la presión de las compañías de seguros, las cuales
aumentaron drásticamente el costo de los seguros que se aplican a
cada vuelo comercial. Este aumento afectó tanto a las compañías
fabricantes de aviones como a las operadoras, las cuales se vieron
obligadas a mejorar sus prácticas para no quedar penalizadas
económicamente. Fue así como se mejoró la calidad de los aviones y
sus motores, el mantenimiento periódico y rutinario, el
entrenamiento de mecánicos, pilotos y controladores aéreos, y
procedimientos de operación a todo nivel. En otras palabras, la
exposición a penalidades económicas transformó a la aviación en
una de las formas más seguras para viajar”.
“No es este el
caso para la industria nuclear, dado que no se puede calcular de
antemano la magnitud o el impacto de un accidente. Pensemos solamente
en la eventualidad de un escape de gases ionizados en Atucha 1,
similar a lo que ocurrió en Three Mile Island, con una nube
radiactiva cubriendo Buenos Aires, el conurbano y Montevideo. Es
imposible estimar el costo de un seguro que cubra financieramente los
daños a la salud y la propiedad de esa población, como también es
imposible encontrar una compañía de seguros que acepte esos
riesgos. Por esa razón todas las plantas nucleares se operan sin
estar aseguradas. Los garantes en caso de accidentes son los
gobiernos nacionales, y estos no tienen ningún incentivo que los
empuje a mejorar la operación de las plantas nucleares”.
“Cuando
pensamos en los casos de Three Mile Island, Chernobyl y Fukushima, y
la historia de negaciones y ocultamientos de los gobiernos
responsables en esos países, y a eso le sumamos la falta de
respuesta de nuestro propio Gobierno ante incidentes y accidentes
locales (por citar algunos: el accidente de trenes en Once, el
atentado en la AMIA, la muerte de Nissman, los derrames de la minería
en Veladero, la acumulación de residuos radiactivos en minas de
uranio abandonadas por parte de CNEA), no podemos dejar de dudar de
la capacidad y voluntad de nuestro Gobierno. Somos conscientes que,
ante cualquier eventualidad, el gobierno central y los gobiernos
provinciales correrán a ocultar y negar los daños y proteger, antes
que nada, a las compañías y funcionarios responsables. La falta de
credibilidad de nuestro gobierno es una más de las razones por las
cuales debemos decir un no rotundo a la construcción de nuevas
plantas nucleares”.
Silvana Buján es
licenciada en Ciencias de la Comunicación Social, periodista
científico y ambiental y miembro de la Red Argentina de Periodismo
Científico y la Red Latinoamericana de Periodismo Ambiental, lo que
le ha valido reconocimiento y tres veces el 1° Premio a la
Divulgación Científica de la UBA (2009, 2012 Y 2014), entre varios
otros. Es activista ecologista y dirige la organización BIOS, que es
parte de la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE) a través de
la cual publicó Energía nuclear: Una historia de engaños,
ocultamiento y abandono.
“No puede ser
limpia una industria que genera desechos tan peligrosos a lo largo de
todo el ciclo”
Entrevistada por
La Izquierda Diario le pedimos a Silvana que nos explique las razones
por las que debemos rechazar el plan nuclear que Macri acordó con
China, a lo que nos responde que “hay cuatro argumentos para
rechazar la energía nuclear en nuestro país. Primero, no es una
industria limpia. Las centrales nucleares generan a lo largo de todo
el ciclo de la energía nuclear cantidades de diferentes tipos de
residuos radioactivos de media, baja o alta actividad, para algunos
de los cuales puede haber tecnología de control, puede haber
accidentes en el camino, puede haber mala operación (como hizo la
Comisión Nacional de Energía Atómica a lo largo de varios años)”.
“La seguridad
en el tema de la energía nuclear es una fantasía”
“Segundo, la
seguridad. Una industria que utiliza elementos que van a tener una
toxicidad, un riesgo latente a lo largo de miles y miles de años
nunca puede ser segura. Las industrias tienen actividades humanas
sobre ellas, conductas humanas, personas que accionan o desaccionan
mecanismos. La falla humana en una industria común puede generar el
derrame de algo, una pérdida de algo o detener un ciclo productivo.
En el caso de la energía nuclear una falla humana puede producir
cosas como la de Chernobyl o Three Miles Island. Ambas fueron a causa
de errores humanos. La seguridad en el tema de la energía nuclear es
una fantasía en verdad, y lo ha demostrado tristemente la saga de
accidentes nucleares en Japón, el más conocido de los cuales es
Fukushima”.
“Los cálculos
del costo del kilovatio por hora han sido completamente falseados”
“Tercero. En
relación al tema económico, es la industria energética más cara
que hay en el planeta. Los cálculos del costo del kilovatio hora
(K/h) han sido completamente falseados, dejando fuera del cálculo a
todo lo que es mineración de uranio y los gastos de la remediación.
Claro que acá en Argentina no lo hacían, sino que directamente lo
dejaban a la buena de Dios. Dejando fuera claramente los costos de la
disposición durante miles de años de la basura nuclear, ¿cuánto
sale hacer primero un basurero para todas estas cosas? Finlandia está
haciendo su primer basurero, y están ya en el orden de los 9 mil
millones de dólares para construir el basurero. Ni siquiera EEUU
tiene un basurero y tiene serios problemas con el almacenaje con sus
históricos desechos desde el año 45 en adelante. El cálculo del
kilovatio hora ha sido trampeado porque no se han colocado todas
estas externalidades que llevarían y llevan haciendo los cálculos
como corresponde a que sea la energía nuclear la más cara de todas
las energías disponibles”.
“Y por último,
la licencia social. La CNEA ha desinformado a lo largo de toda su
historia, y en el mundo en general el ocultamiento y el secretismo de
estos temas y hasta la falta a la verdad, han acompañado el
desarrollo de la energía nuclear, generando una masa crítica de
personas que creen que la energía nuclear es algo casi mítico, que
es algo que está a cargo de señores de delantal blanco o que saben
exactamente lo que hacen y que pueden poner la seguridad en sus
manos, porque estos señores los van a proteger. Numerosos casos en
el mundo muestran que siempre el ocultamiento, el secretismo y el
solamente hacer lindas visitas guiadas y hacer preciosas
declaraciones en los medios han acompañado a la energía nuclear
para hacerle un halo de tecnología de punta, desarrollo-país,
maravilloso. Criticamos y cuestionamos ese proceso de ocultamiento
que ha habido a lo largo de los años sobre este tipo de energías”.
Raúl Montenegro
es biólogo de la Universidad Nacional de Córdoba y presidente de la
Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), quien desde hace
años viene denunciando las irregularidades e ilegalidades en torno a
la central nuclear Embalse en la provincia mediterránea, por lo que
ha denunciado penalmente tanto a Julio De Vido como a José
Aranguren. Participó activamente de la movilización en Viedma el
pasado 9 de agosto.
Recién este año
el Concejo Deliberante de Zárate aprobó una resolución (la N°
2963, para que el gobierno bonaerense adhiera a la Ley Nacional de
Actividad Nuclear Nº 24.804 y su Decreto Reglamentario 1390/98), a
través de la cual reclama un Plan de Emergencia Nuclear para el
distrito y así sea la provincia también el organismo que establezca
un protocolo de seguridad y un plan de contingencia ante un escape
radiactivo accidental. ¿Por qué recién ahora?
“Aclaremos la
responsabilidad que ha habido en los organismos municipales que ha
habido en las zonas cercanas al parque de centrales nucleares (Atucha
I, Atucha II, Carem 25). Nunca se preocuparon demasiado porque exista
un plan ciudadano para enfrentar tanto los accidentes que pueden
existir desde adentro como los eventos, por ejemplo, un acto
terrorista. Es tan escandaloso el hecho de que Argentina no esté
preparada para accidentes y eventos nucleares nivel 7 que en el caso
de Funam hicimos en 2011 un plan ciudadano para enfrentar accidentes
y eventos nucleares. Hace rato que las autoridades debieron haber
exigido un plan de emergencia, porque CNEA con la complicidad de la
autoridad regulatoria nuclear lo único que hacían eran simulacros
para accidentes menores, nunca para el 7 y siempre a diez kilómetros
alrededor de la central nuclear, lo que es verdaderamente ridículo
porque el radio puede ser de entre 500 y 700 kilómetros en el caso
de un accidente nivel 7”.
“No solamente
Argentina no está preparada para un accidente o evento nuclear (cosa
que no ha constituido obstáculo para que la gestión de Macri haga
estos insensatos acuerdos para nuevos reactores nucleares), debe
quedar en claro que la sociedad no está preparada, pero peor aún ni
siquiera tenemos sistemas hospitalarios de máxima complejidad
preparados para el peor accidente posible, lo que no me cabe ninguna
duda implicaría una mortandad muy alta”.
“Lo que pasa en
Argentina es escandaloso y en este momento una gestión como la de
Macri, con gente muy ignorante en el Gobierno, con impericia y a su
vez demasiado proclive a los negocios, termina siendo una combinación
letal”.
Caso Damián
Straschenco: “En cualquier lugar con funcionarios con neuronas en
funcionamiento eso debió ameritar inmediatamente el cierre de la
planta para que se investigara”
El pasado 9 de
mayo un delegado de Atucha, Damián Straschenco, fue envenenado con
material radioactivo. Recibió a través del agua de una botella que
tenía en su oficina sindical más de 132 milisieverts (unidad que
mide dosis radiactivas) cuando lo deseable es 20 milisieverts en todo
un año. Llevó el caso a la Justicia Federal y ahora fue despedido
por Nucleoeléctrica Argentina SA. ¿Cómo explicas que pueda suceder
eso?
“Analicemos lo
que ha pasado: le colocan agua pesada contaminada radiactivamente,
que ha estado en contacto con las partes activas del reactor. El que
alguien pueda manejar agua pesada que ha sido contaminada
radioactivamente, el que alguien pueda colocarla en un recipiente, el
que un operario tome parte de esa agua y obviamente su organismo ha
sido irradiado muy posiblemente con fuentes que descargan partículas
alfas, beta o radiación gama, es un escándalo dentro de otro
escándalo. Porque de hecho en cualquier lugar medianamente
civilizado y con funcionarios con algún poco de idea y neuronas en
funcionamiento eso debió ameritar inmediatamente el cierre de la
central nuclear para que se investigara este episodio, pero como
vivimos en una Argentina con funcionarios de segunda, o en el caso de
la gestión actual de tercera, en donde no tienen idea de lo que
están manejando (porque obviamente Mauricio Macri lo más cerca que
puede estar de la energía nuclear es haber visto una película, lo
mismo digo para José Aranguren que hasta se jacta de haber seguido
un curso para poder entender más el tema), entre la gestión
anterior y la gestión actual es totalmente comprensible que actos
tan graves como el de la contaminación de este operario como la
falta de planes ciudadanos (y la lista sigue) es inconcebible que
estemos en el punto en el que estamos. Por lo tanto sumar a esto dos
reactores chinos, entre ellos el Hua Long para Río Negro, un reactor
experimental, un reactor del cual no conocemos mayormente, que viene
a su vez de un país como China en donde se violan sistemáticamente
los derechos humanos, y es uno de los países más contaminados del
planeta, con sistemas de seguridad de sus reactores completamente
criticables, el Gobierno actual ha consolidado ni más ni menos que
un acuerdo para traer dos reactores nucleares no solo dentro de esta
tónica del escándalo y del absurdo sino que además el reactor que
se pretende instalar en la bahía de San Matías, el Hua Long, sería
el primer reactor nuclear refrigerado con agua de mar, es decir,
seria experimental en varios sentidos”.
“Afortunadamente
hubo una marcha que fue un éxito y hay una resistencia civil
espectacular no solo en Viedma sino también en muchas otras ciudades
argentinas".
Patricia González
es bióloga de la UBA e investigadora de aves playeras migratorias
“que van desde Tierra del Fuego hasta el Ártico canadiense, como
indicadoras de la salud ambiental de los ecosistemas que utilizan en
sus escalas migratorias”. Trabaja en conservación de estas aves a
través de la Fundación Inalafken y es parte activa del movimiento
que surgió desde San Antonio Oeste contra la instalación de la
central nuclear en la bahía de San Matías, Río Negro.
¿Cómo afectaría
la instalación de una central nuclear en un lugar como el golfo de
San Matías?
“En la
provincia de Río Negro tenemos como un “rosario” de áreas
protegidas: tenemos el complejo Islote Lobos en las cercanías de
Sierra Grande, luego más al norte tenemos el área protegida de la
bahía de San Antonio, que es un humedal muy importante como cría de
larvas de peces y plancton, y biodiversidad que son sostenes de otras
tramas tróficas que después van a ser aprovechadas por las
pesquerías. Además, es una zona que desde el punto de vista
paleontológico es muy importante ya que cuenta con muchas huellas
ignitas de seres que han vivido en tiempos pretéritos. O sea, es un
lugar que tiene un valor como para ser declarado patrimonio de la
humanidad”.
“Las
temperaturas altas hacen que incremente el riesgo de floraciones
algales tóxicas, de parásitos, patógenos y mareas rojas”
“Respecto al
funcionamiento de las plantas nucleares y que no tiene que ver con la
radiación, el agua de refrigeración que enfría el condensador de
las turbinas… se utiliza agua que generalmente viene de fuentes
externas, como el mar o un río, o algún lago. Entonces se toma agua
y esa agua debería ser liberada a una temperatura similar a la
temperatura que hay en el ambiente externo, pero eso no ocurre por lo
general. Hay muchas denuncias en España, Garoña. La contaminación
térmica es algo bastante serio desde el punto de vista biológico,
pero además con el agua succionada ingresa plancton, organismos
microscópicos. O si estamos hablando de la costa seguro va haber
larvas de organismos marinos. Estoy hablando de agua a alta presión,
con sustancias toxicas y además a una temperatura que va a ser más
alta que la normal. Por ejemplo, las gametas de los mejillones (estoy
hablando de los óvulos y espermatozoides de los mejillones), ellos
liberan las gametas al medio marino, y estas se deben encontrar para
poder fecundarse, entonces para eso los mejillones tienen una
sincronización en el tiempo para liberar esas gametas, y esta
sincronización generalmente depende de la temperatura del agua, de
sus ciclos naturales, y esos ciclos pueden verse afectados por la
contaminación térmica. Es un ejemplo de lo que podría ocurrir. Las
temperaturas altas hacen que incremente el riesgo de floraciones
algales tóxicas, de parásitos, patógenos, mareas rojas, y una vez
que aparecen ya después no desaparecen más. Sería como un efecto
El Niño pero localizado. Hay un montón de efectos que podrían
producirse solo por un cambio en la temperatura del agua”.
“Tenemos acá
muchas especies de mamíferos marinos como el delfín nariz de
botella que tiene unas poblaciones locales que ahora se sabe que son
pequeñas y deben ser protegidas. La ballena franca austral hoy día
tiene un número tan importante como para que se esté desarrollando
el avistaje, en San Antonio y Las Grutas, y las ballenas van a
reproducirse a la península Valdés”.
¿Y variaciones
térmicas como las que señalas pueden afectar la cadena alimenticia
de estos animales?
Sí, porque las
ballenas se desplazan por lo general cerca de la costa, en donde se
van alimentando. A través de las tramas tróficas se pueden afectar
a muchos organismos, y te estoy hablando solo de un aspecto, no solo
de la radiación. Sabemos por experiencias de Argentina y otros
lugares del mundo que cuando ocurren incidentes o accidentes no se le
da la información a la gente como se debe, sino que más bien se
oculta, o aparece más tarde. Por ejemplo, en España en muy pocos
lugares hay estudios epidemiológicos alrededor de las centrales
nucleares que asocien la tasa de aborto o el nacimiento de chicos con
deformidades, o las tasas de cáncer que suelen ser más altas
alrededor de las centrales nucleares que en otros lugares. ¿Qué
está pasando? Hay algo de radiación que está siendo liberada. Y
esto es para siempre, porque los efectos de la radiación son
acumulativos, entonces, no es que vos te intoxicas con radiación y
te la sacas después o te la limpias de alguna manera, porque la
radiación afecta el ADN de los seres vivos”.
“Si esos
efectos ocurren en los óvulos o en los espermatozoides, o mejor
dicho en los organismos femeninos de las hembras de diferentes
especies o en las células que van a dar origen a los
espermatozoides, no hay manera de reparar eso, entonces se transmite
a la descendencia. Y si ocurre en las células somáticas que son las
del cuerpo ahí es cuando aumenta la incidencia de cáncer. No hay
forma, no se puede comparar con una intoxicación o algo que comiste
y te hizo mal entonces te desintoxicas y ya está. No funciona así.
Es algo realmente muy serio y los riesgos siempre están”.
Medardo Ávila
Vázquez es médico de la Universidad Nacional de Córdoba,
coordinador de la Red de médicos de pueblos fumigados y miembro de
la Red Universitaria de Ambiente y Salud. Le preguntamos al médico
cordobés acerca de por qué debemos rechazar las nuevas centrales
nucleares y esto nos dijo:
“Está claro
que las plantas nucleares generan un daño a la población. En
Europa, en Francia especialmente que es el país que más plantas
nucleares tiene y es más dependiente del lado nuclear de la matriz
energética, se ha demostrado hasta cuatro veces la prevalencia de
leucemia en las personas que viven en los alrededores de las plantas,
hasta dos mil metros de las zonas en donde hay plantas nucleares. Y
construir en Argentina nuevas plantas realmente responde a las
necesidades de negocios, sobre todo a empresas que hacen negocio a
expensas del Estado”.
“Nosotros los
humanos estamos adaptados a vivir en un ambiente en donde los niveles
de radiación imperante no nos dañan. Nosotros tenemos la capacidad
de nuestro cuerpo, nuestras células, nuestra estructura biológica,
a repeler la radiación y a reparar las estructuras que se van
dañando, pero nos hemos adaptado (y los demás seres) a niveles de
radiación bajos”.
En una entrevista
para CBA24 en marzo de este año señalaste que hay un depósito que
tiene 57 mil toneladas de residuos radioactivos. ¿Hay datos,
informes o estudios en Argentina que señalen que es seguro vivir
cerca de estos residuos?
“Esos residuos
están en un barrio de Córdoba, en unas fosas que llaman chichón.
Son residuos de la fabricación del combustible de uranio. En las
plantas nucleares hay unos piletones donde van depositando las
varillas radiactivas ya usadas, que siguen generando radiación. Esas
piletas se construyeron con las plantas para albergar sus desechos.
Luego se agrandaron porque Argentina estiró la vida útil de las
centrales”.
Dijiste que la
humanidad aprendió a vivir con cierto grado de radioactividad
natural. ¿Cómo es eso?
“La Tierra
tenía mucha más radioactividad hace millones de años. Cuando esta
disminuye, y la atmosfera se vuelve respirable es cuando comienza a
desarrollarse la vida. Nuestra especie (no la humanidad, que es más
cultural) se desarrolla y expande con niveles tolerables de
radiación. No soportamos una exposición mayor. Lo primero que se
afecta es la capacidad reproductiva. Puede que el individuo no
enferme ni muera pero pierde capacidad reproductiva”.
Hay defensores de
la energía nuclear que argumentan que hay más muertos por
accidentes de tránsito que por accidentes nucleares. ¿Te parece una
comparación sensata?
Las consecuencias
de Chernobyl en leucemias, malformaciones congénitas y abortos
espontáneos aún no terminan, el accidente de tránsito ya termino
hace 30 años. ¿Se entiende? Las consecuencias no son solo la gente
que muere quemada por el calor del accidente, el agua se vuelve
radiactiva, el aire se respira con isotopos radiactivos que no se
apagan, sino al cabo de 200 o 300 años”.
Antonio Elio
Brailovsky es Licenciado en Economía política de la UBA,
historiador, ecologista y docente universitario. Además, fue
Defensor del Pueblo en la Ciudad de Buenos Aires y autor de una serie
de libros, entre ellos Esta, nuestra única Tierra.
“Con respecto
al proyecto, yo creo que el principal problema de fondo no es esta
discusión de si puede explotar o puede explotar mañana, sino cuál
es la lógica, cuál es la racionalidad de un proyecto de energía
nuclear para producir electricidad, teniendo en cuenta que son
subproductos de proyectos militares desarrollados en el primer mundo.
A lo largo de la historia los ricos siempre se las arreglaron para
que los pobres les financiaran las cosas. En este caso, si China nos
vende centrales atómicas, estamos financiando el desarrollo nuclear
de China, porque se abaratan los costos. El beneficio económico
chino es absolutamente claro, es economía de escala: cuantos más
clientes tenga, más barato me salen las cosas. La pregunta es cuál
es el beneficio nuestro”.
“A lo largo de
la historia los ricos siempre se las arreglaron para que los pobres
les financiaran las cosas”
“Si uno piensa
en términos de racionalidad, una central atómica produce energía,
es decir beneficios, durante una generación, 30, 40, 50 años, y
genera problemas de los que hay que ocuparse maniáticamente para que
no haya desastres durante un tiempo indefinido. Es decir, el único
Gobierno del mundo que se tomó en serio el tema de sus residuos
radioactivos es el de Finlandia, con el único repositorio que se
está construyendo en el mundo y que se van a tardar un siglo por la
enorme magnitud de la obra, mucho más grande que una gran pirámide
subterránea, y los finlandeses se plantean cuáles son las técnicas,
los procedimientos para mantenerlo aislado de la biosfera por un
millón de años”.
“El plutonio
pierde su radioactividad en algo así como 140 mil años, pero sigue
siendo toxico, tiene toxicidad química, o sea, mientras haya vida en
la Tierra, los residuos en las centrales atómicas siguen siendo
peligrosos. Lo primeros 140 mil años son peligrosos por
radioactividad, y después porque son sustancias químicas toxicas.
De modo que otra vez la pregunta es, si criticamos al presidente por
comprometer a nuestros descendientes con la deuda externa por
solamente 100 años, aquí estamos comprometiendo el medioambiente
por cientos de miles de años”.
Fuente:
Roberto Andrés @RoberAndres1982, ¿Por qué rechazar el plan nuclear que acordó Macri con China? Hablan referentes y especialistas, 30/09/17, La Izquierda Diario.
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