Dossier Patagonia
No Nuclear. Entrevistamos al médico cordobés de la Red
Universitaria de Ambiente y Salud (REDUAS) a propósito del plan que
Macri acordó con China para instalar una central nuclear en la
Patagonia.
por Roberto Andrés
Medardo Ávila
Vázquez es médico de la Universidad Nacional de Córdoba,
coordinador de la Red de médicos de pueblos fumigados y miembro de
la Red Universitaria de Ambiente y Salud. Le preguntamos al médico
cordobés acerca de por qué debemos rechazar las nuevas centrales
nucleares y esto nos dijo:
“Desde el punto
de vista de la salud, como experto en salud ambiental, es que a esta
altura del siglo XXI la energía nuclear no es una alternativa
segura. Tenemos problemas ecológicos que amenazan la salud colectiva
de la humanidad, entre ellas el cambio climático, la contaminación,
la matriz energética dependiente de combustibles fósiles, y la
energía nuclear no es una alternativa porque es una energía que
cuando se pone en marcha genera niveles de contaminación
incontrolables”.
“Está claro
que las plantas nucleares generan un daño a la población. En
Europa, en Francia especialmente que es el país que más plantas
nucleares tiene y es más dependiente del lado nuclear de la matriz
energética, se ha demostrado hasta cuatro veces la prevalencia de
leucemia en las personas que viven en los alrededores de las plantas,
hasta dos mil metros de las zonas en donde hay plantas nucleares. Y
construir en Argentina nuevas plantas realmente responde a las
necesidades de negocios, sobre todo a empresas que hacen negocio a
expensas del Estado”.
“Nosotros los
humanos estamos adaptados a vivir en un ambiente en donde los niveles
de radiación imperante no nos dañan. Nosotros tenemos la capacidad
de nuestro cuerpo, nuestras células, nuestra estructura biológica,
a repeler la radiación y a reparar las estructuras que se van
dañando, pero nos hemos adaptado (y los demás seres) a niveles de
radiación bajos”.
“Las plantas
nucleares no se pueden apagar de un día para el otro. Sí se puede
dejar de usar la energía que sale de ella, y meterla en los cables
de alta tensión para su utilización, pero la planta nuclear, el
núcleo sigue generando radiación nuclear de forma incontrolable. No
se puede reducir, y por miles de años. Y las plantas nucleares en
desuso son un problema ecológico, contaminan el agua principalmente,
que es fundamental para la vida humana”.
En una entrevista
para CBA24 en marzo de este año señalaste que hay un depósito que
tiene 57 mil toneladas de residuos radioactivos. ¿Hay datos,
informes o estudios en Argentina que señalen que es seguro vivir
cerca de estos residuos?
“Esos residuos
están en un barrio de Córdoba, en unas fosas que llaman chichón.
Son residuos de la fabricación del combustible de uranio. En las
plantas nucleares hay unos piletones donde van depositando las
varillas radiactivas ya usadas, que siguen generando radiación. Esas
piletas se construyeron con las plantas para albergar sus desechos.
Luego se agrandaron porque Argentina estiró la vida útil de las
centrales”.
“No hay
estudios, que yo conozca, sobre impacto en salud de radiación
nuclear. En los barrios que están en Córdoba nunca se realizaron
evaluaciones epidemiológicas. No sabemos. (De todas maneras no
tenemos un reclamo de vecinos para eso).
Dijiste que la
humanidad aprendió a vivir con cierto grado de radioactividad
natural. ¿Cómo es eso?
“La Tierra
tenía mucha más radioactividad hace millones de años. Cuando esta
disminuye, y la atmosfera se vuelve respirable es cuando comienza a
desarrollarse la vida. Nuestra especie (no la humanidad, que es más
cultural) se desarrolla y expande con niveles tolerables de
radiación. No soportamos una exposición mayor. Lo primero que se
afecta es la capacidad reproductiva. Puede que el individuo no
enferme ni muera pero pierde capacidad reproductiva”.
Hay defensores de
la energía nuclear que argumentan que hay más muertos por
accidentes de tránsito que por accidentes nucleares. ¿Te parece una
comparación sensata?
Las consecuencias
de Chernobyl en leucemias, malformaciones congénitas y abortos
espontáneos aún no terminan, el accidente de tránsito ya termino
hace 30 años. ¿Se entiende? Las consecuencias no son solo la gente
que muere quemada por el calor del accidente, el agua se vuelve
radiactiva, el aire se respira con isotopos radiactivos que no se
apagan, sino al cabo de 200 o 300 años. Hay un problema de negocios,
hay un problema de lobby económico o hay un problema de lobby
militar. La energía nuclear tiene un vínculo directo con la guerra
y la industria bélica. La única razón lógica de sostener la
industria nuclear y poseer armas de destrucción masiva. La única.
Fuente:
Roberto Andrés @RoberAndres1982, Medardo Ávila Vázquez: “Las consecuencias de Chernobyl en leucemias y malformaciones aún no terminan”, 30/09/17, La Izquierda Diario. Consultado 30/09/17.
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