por
Sergio Federovisky
Un
gobierno lleno de ministerios discute en estos días con misterio la
eliminación, o degradación o fusión o el eufemismo que se elija,
de algunos de ellos. Cual si fuera uno más -y quizás para algunos
de los decisores sí lo sea- el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sustentable integra extraoficial la lista de los nominados. El único
argumento es la eficiencia, o dicho de modo más explícito, el
achicamiento de algunos presupuestos para cerrar la brecha del
déficit fiscal.
Fusionarlo
con Ciencia, como si se tratara de una disciplina académica más,
proponen algunos. Asociarlo con Turismo, remedando aquella arcaica
idea de que como dentro de la Ecología operan los parques nacionales
y los parques nacionales llevan turistas, entonces poco hay para
cuestionar esa opción. Llevarlo nuevamente a la jefatura de
gabinete, donde estuvo años bajo la falsa idea de que dicha
ubicación geográfica le daba más estatura que a una Secretaría de
Estado sin aquella bendición. Justamente, por una década eso solo
sirvió para que el recién llegado jefe de gabinete nombrase al
frente de Ambiente a algún amigo o colaborador, sin reparar en la
idoneidad o formación para ese cargo.
Haber
creado por primera vez un ministerio supone una decisión y no un
arrebato. Supone también un efecto simbólico: iniciar la era en que
la Argentina, el país de Sudamérica más atrasado
institucionalmente en la materia, instaló la condición necesaria
-mas no suficiente- para enfrentar uno de los problemas estructurales
más graves que enfrenta al país. ¿Retroceder de ese logro puede
ser tarea de un burócrata ocupado en recortar presupuesto?
Fuente:
Sergio Federovisky, Cómo impactaría la supuesta reducción de ministerios en las políticas medioambientales, 28/06/17, Infobae.
No hay comentarios:
Publicar un comentario