En la tercera parte de este informe iniciamos el análisis de la situación de los residuos de la fabricación de armas, empezando por el sitio de Hanford, el lugar de mayor contaminación nuclear del planeta. Aunque en la actualidad no funciona, todavía guarda la mayor parte del desecho tóxico del país, con miles de toneladas de desperdicio y 200 millas cuadradas de agua contaminada.
Por Juan Vernieri
Decíamos que los residuos de Hanford probablemente terminen en el cementerio de Carlsbad, pero todo depende de si aumentan su capacidad, pues no alcanza para la inmensa cantidad que hay en todo el territorio norteamericano.
Decíamos que Los ingenieros enviados a limpiar el desastre de Hanford, descubrieron más de 200 mil metros cúbicos de lodo altamente radiactivo contenido en 177 tanques subterráneos.
Hay tanques de varios tamaños a partir de 200 m³. Para construirlos, se limpiaron grandes depresiones planas, se erigieron los tanques in situ y los rodearon con tierra, dejando las partes superiores de los tanques 3 m bajo tierra para proporcionar protección contra la radiación.
149 tanques son de pared simple y no cumplen con la ley que requiere que todos los tanques de almacenamiento subterráneos tengan un contenedor secundario.
Los 28 tanques restantes tienen doble pared. Aunque cumplen con la ley estatal en ese sentido, al igual que los tanques de pared simple, ya han superado su vida útil de 25 años y se sabe que al menos 68 tanques tuvieron fugas en el pasado. En 2014, el tanque de doble capa más antiguo desarrolló una fuga desde su tanque interior hasta el tanque exterior. Su contenido, en la parte que se pudo, fue trasladado a un tanque nuevo.
Actualmente (junio 2024) se sabe que dos tanques tienen fugas. Si los desechos permanecieran en los tanques, sin tratamiento, terminarían entrando en el suelo, a las aguas subterráneas y al río Columbia. Las fugas anteriores han causado contaminación del suelo.
Como dijimos, en 2012 se interrumpió la construcción de una planta diseñada para vitrificar esos residuos, iniciada en el 2000, por defectos de seguridad. Después de 11 años de paralización, en 2023 se continuó la construcción.
En junio de 2024 todavía no empezó a funcionar. La recuperación de desechos de los tanques es extremadamente difícil, y cuesta vaciarlos totalmente, siempre queda un resto.
Se continúa con el plan de tratar esos lodos, inmovilizarlos, vitrificarlos y almacenarlos en contenedores de acero para su posterior eliminación a largo plazo.
Se usa la palabra “eliminación” cuando en realidad se sabe que eso es imposible, muchos residuos siguen siendo radiactivos por decenas de miles de años, por lo que lo único que puede hacerse es mantenerlos aislados del ambiente para evitar perjuicios a la población.
El 6 de marzo, los representantes de la planta de Hanford brindaron públicamente un informe actualizado de la situación.
Greg Jones, gerente adjunto y director financiero de Hanford, dijo que el uso y la limpieza de la planta se habían estado llevando a cabo desde 1943, pero que todavía faltaban entre 40 y 50 años de limpieza.
El plazo depende de los presupuestos que se asignen. El equipo está formulando planes para el año fiscal 2026. Veremos qué cifras le asigna el nuevo presidente. En su gestión anterior se mostró muy tacaño con esta tarea.
En un paso importante para la limpieza del sitio, los residuos están a punto de comenzar el proceso de transferencia de los tanques de doble capa a la Planta de Tratamiento de Residuos para su vitrificación.
En próxima nota continuamos con el tema de los residuos de armas en EE. UU.
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