Los
departamentos de marketing de las grandes transnacionales mineras y
del agronegocio están de festejo. Tendrán vía libre para diseñar
los contenidos "pedagógicos" que nuestros niños, niñas y
adolescentes aprenderán en las escuelas de todo el país. Primarios,
secundarios y terciarios serán el nuevo "mercado", con
aval gubernamental, para difundir las falsedades que ya propagan con
sus impresionantes maquinarias publicitarias. Para lo cual cuentan
además con la complacencia de gran parte del periodismo al que
dominan con sus pautas.
Pero
así y todo, las mineras y los gigantes de los agrotóxicos saben que
vienen perdiendo el debate social y cultural detrás de los modelos
de maldesarrollo que conllevan sus actividades. Siete provincias
tienen prohibida la minería metalífera con sustancias tóxicas como
consecuencia de decididos procesos de debates populares. Asimismo, ya
son indisimulables las gravísimas consecuencias sociales, económicas
y sanitarias de la conjunción entre sojización y fumigaciones
masivas.
Por
eso, la estrategia es evitar el pensamiento crítico y tener un
"público" cautivo, sentado en las aulas, que no solo
escuchará sino estudiará las pautas propagandísticas que diseñen
expertos en marketing al servicio del agronegocio y la megaminería.
Saben que los chicos son los grandes formadores de opinión en las
familias: los convertirán en las puntas de lanza para intentar
acallar y avasallar la creciente resistencia social al desarrollo de
este tipo de actividades que generan irreversibles daños
ambientales, sociales y culturales. Preocupa que cuestiones tan
graves y trascendentales queden fuera de la agenda mediática y
política, que prefiere entretenerse en peleas pirotécnicas que no
llevan a ningún lado. A pesar de ello, no hay que callar, no podemos
permitirlo, no lo permitiremos.
Enrique
Viale, abogado ambientalista
Fuentes:
Enrique Viale, Un público cautivo para el marketing de las transnacionales, 01/07/17, Tiempo Argentino.
Dibujo por Chelo Candia, de la serie Un dibujo por día contra la megaminería, el saqueo y la contaminación.
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