por Fabíola
Ortiz
Asunción, 13 ago
2016 (IPS). La generación descentralizada de electricidad con base
en fuentes renovables, especialmente la abundante procedente del sol,
es la solución más sostenible y económicamente viable en Paraguay,
para que la luz llegue a sus comunidades más aisladas.
Son esas
localidades en zonas semiáridas o semihúmedas con muy baja de
densidad de población, donde viven campesinos, indígenas y
ganaderos, las que aún carecen de electricidad en este país
sudamericano.
Según expertos
consultados por IPS, la llamada generación eléctrica distribuida y
descentralizada utiliza tecnologías de pequeña o micro escala, que
proporcionan electricidad en puntos cercanos al consumidor, es la
ideal para atender a estas poblaciones.
Este sistema
comenzó a impulsarse en los últimos años en Paraguay, debido a la
mala calidad de la distribución eléctrica del país, pese acercarse
a 98 por ciento de cobertura eléctrica a nivel nacional.
La evolución
tecnológica también favorece a la implantación a costos más bajos
de paneles fotovoltaicos en un país que registra más de 250 días
de sol al año.
Paraguay, como la
mayoría de los países de América Latina, logró un alto nivel de
electrificación.
Pero el país
experimenta problemas en la llamada “última milla”, de cómo
llegar a las poblaciones remotas, explicó a IPS una de las
coordinadoras mundiales de la Iniciativa Aldeas Inteligentes, Claudia
Canales.
El programa,
impulsado desde las universidades británicas de Cambridge y Oxford,
tiene como objetivo aportar a los tomadores de decisiones, donantes y
agencias de desarrollo nuevas ideas sobre el acceso a la energía en
comunidades no conectadas a la red eléctrica en países del Sur en
desarrollo.
Solo en América
Latina, existen 24 millones de personas que todavía no tienen acceso
a electricidad y 65 millones que dependen de la leña para cocinar,
según datos de las Naciones Unidas.
“La generación
descentralizada es la única solución posible”, destacó Canales,
al comentar que las estrategias de pequeña y micro escala son
normalmente más sustentables, además de permitir a las poblaciones
rurales “tomar en su mano su propia situación energética”.
A su juicio, “la
pobreza energética va mano a mano con la falta de recursos y de
posibilidades económicas”.
“El problema de
muchas comunidades que no disponen de electricidad es que se
encuentran en zonas aisladas, con viviendas dispersas y difíciles de
llegar. Los recursos necesarios para extender la red eléctrica a
esas comunidades son demasiado altos y poco factibles. La generación
distribuida es la única opción económicamente viable y la más
ecológica”, sostuvo.
El presidente de
la Asociación Paraguaya de Energías Renovables, Eduardo Viedma,
está de acuerdo que la mejor forma de mitigar la deficiencia
estructural energética del país es esa generación distribuida o
descentralizada.
“Sería un
negocio para todos, para el Estado, para los privados y para las
comunidades”, aseguró a IPS el representante de la asociación que
aglutina a las ocho empresas del sector.
Viedma destacó
los numerosos cortes de luz que ocurren tanto las ciudades
paraguayas, incluida la capital Asunción, como en pequeños poblados
conectados a la red.
“El problema de
la distribución eléctrica en Paraguay es grave, porque es de muy
mala calidad y con grandes pérdidas hasta llegar a las casas.
Estamos hablando de una falta de inversión en la red de distribución
de, por lo menos, 20 años”, afirmó.
El país no tiene
proyectos consistentes de aprovechamiento de fuentes renovables,
están todos aún en etapa piloto o fueron inversiones puntuales para
emprendimientos ganaderos, resumió Viedma, cuya asociación promueve
localmente esas energías.
“Todavía no
tenemos un mapeo energético en el país”, añadió.
El Chaco espera
la luz
El Chaco
paraguayo, también conocido como Región Occidental, es el más
carente de infraestructura en este país de 6,9 millones de personas,
incrustado entre Argentina, Bolivia y Brasil, con una densidad que no
alcanza a 17 habitantes por kilómetro cuadrado.
Con 60 por ciento
del territorio paraguayo, el Chaco acoge solo cinco por ciento de la
población y tiene solamente una línea de transmisión de la pública
Administración Nacional de Electricidad, que conecta únicamente a
cuatro localidades de unos 10.000 habitantes cada una.
“La cobertura
es bajísima y las distancias son largas” en esta región con
partes semiáridas y otras semihúmedas, dijo Viedma.
En 2014, se
licitaron proyectos para mejorar la eficiencia energética y
generación eléctrica, pero solo para instalaciones estatales en la
región, como destacamentos militares.
En octubre, se
producirá la primera licitación para un parque solar de 500
kilovatios, que será instalado en un área sin electricidad del
municipio chaqueño de Bahía Negra, a 859 kilómetros al norte de
Asunción.
Un plan que se
aprobó en 2011 pero que solo ahora comenzará a concretarse.
Se trata de
reemplazar los generadores a diésel por paneles solares. El costo
por kilovatio hora de un sistema fotovoltaico está aquí en torno al
equivalente a 0,40 centavos de dólar, mientras el del combustible
fósil puede alcanzar un dólar.
“La solar sería
una solución ideal. Se pueden poner los paneles en escuelas y
hospitales y asegurar que esta provisión de energía sea constante.
Este parque va a ser emblemático para el Chaco”, comentó Viedma,
que añadió que la instalación debe comenzar en 2017.
También resaltó
que la generación distribuida puede ser incluso factible para
familias con bajos rendimientos que viven cerca de los centros
urbanos paraguayos.
“Hay un
cinturón de pobreza ubicado en las periferias. Esta gente vive en
condiciones bastante insalubres y accede de forma ilegal a la energía
eléctrica”, recordó.
El director de
Energías Alternativas del Viceministerio de Minas y Energía, Javier
Saldaña, dijo a IPS que el principal reto para la región del Chaco
es generar polos de desarrollo que justifiquen el aprovechamiento de
recursos energéticos renovables en una área remota y escasamente
poblada.
“El potencial
renovable del Chaco paraguayo es muy bueno, pero aún se necesita
hacer mediciones más específicas. Una alternativa sería la de
ofrecer ese potencial a quien esté interesado en explotarlo para
proveer de energía eléctrica a la región”, planteó.
Paraguay,
recordó, última una nueva Política Energética Nacional (PEN), que
comenzó a elaborarse en 2014 y cuya meta es que en 2040 las energías
renovables representen 60 por ciento de toda la matriz energética.
La
diversificación de la generación eléctrica es una prioridad,
reafirmó, aunque “por ahora no hay metas específicas por tipo de
fuente” en la PEN “que entraría en vigencia a fines de este
año”.
Actualmente, la
energía hídrica aporta 99,5 por ciento de la generación eléctrica
en el país, gracias a la binacional central hidroeléctrica de
Itaipú, que comparte con Brasil, sobre el río Paraná.
Para Saldaña,
contar con esa gigantesca fuente, “por un lado es muy favorable, ya
que se trata de una fuente limpia y renovable, pero por otro lado,
debemos entender que, entre otras cosas, una matriz energética
basada en una sola fuente de generación no es para nada
sustentable”.
“No tenemos más
alternativas que basar la sustentabilidad del sector en fuentes de
energía como la solar y la eólica, además de la bioenergía”,
arguyó.
Una vez que entre
en vigor la PEN, se establecerá el marco regulatorio de la
generación distribuida y descentralizada.
“Consideramos
de trascendental importancia esta ley. Pretendemos instalar una masa
crítica, a través de la cual se pueda medir el aporte de la
generación alternativa al Sistema Interconectado Nacional y
fortalecer al sector privado, de manera que empiece a ser
competitivo”, explicó el responsable del área renovable.
“Nada de esto
sería posible sin una normativa que dé ventajas al consumidor y que
haga que su inversión represente beneficios a la economía
familiar”, subrayó.
Editado por
Estrella Gutiérrez
Fuente:
Fabíola Ortiz, Descentralizar para que todos tengan electricidad en Paraguay, 13/08/16, Inter Press Service. Consultado 15/08/16.
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