martes, 4 de marzo de 2014

Villa María: geólogo local anticipó los efectos de la crecida y ninguna autoridad lo escuchó

El especialista en Hidrogeología, Germán Tissera, hace cuatro años dio a conocer un trabajo (fue publicado en El Diario del Centro del País) sobre los efectos de potenciales crecientes y anegamientos del río Ctalamochita en el ejido urbano villamariense.

Desde hace varios años, el geólogo villamariense Germán Tissera viene pregonando certeras advertencias sobre el río Ctalamochita que ninguna autoridad local se dignó atender.

Hoy, lamentablemente muy tarde, los responsables de conducir los destinos de la ciudad y referentes de otras instituciones locales hacen su máximo esfuerzo para paliar una situación que había sido advertida por el especialista nacido y criado en la ciudad que tiene al recurso hídrico como referencia obligada.

Lo paradójico de esta situación es que el material informativo que surgió producto de la investigación del especialista en Geología está a disposición del público en la Biblioteca y Medioteca Mariano Moreno.

Es decir, no había que hacer mucho esfuerzo por conocer la realidad del curso de agua que brindó una lección inolvidable con su incontrolable paso por barrios villamarienses y villanovenses.

“Hace cuatro años se publicó en El Diario del Centro del País la nota titulada ‘Una ciudad que creció sin pensar en el agua’ (clic aquí o ver abajo) sobre mi trabajo final, en el cual investigué el fenómeno de crecientes y anegamientos de nuestro río Ctalamochita. En el mismo incluí planos marcando las zonas que se verían afectadas por estas crecientes. Dicho material se encuentra en la Biblioteca Mariano Moreno a disposición de quien lo quiera consultar”, indicó Tissera.

Vale recordar que para realizar el trabajo investigativo, el geólogo recorrió más de 90 manzanas de la ciudad marcando las líneas de escurrimiento y los lugares donde las mismas se cortaban provocando los anegamientos dentro de ejido urbano.

La labor también incluyó el repaso por los 16 km de río que atraviesan la ciudad, señalando los lugares con mayor problemática.

“Desde hace más de un año he tratado de comunicarme con diferentes funcionarios de la Municipalidad para ofrecer mi aporte profesional desinteresado y no he tenido éxito”, comentó con desazón el profesional que se desempeña en el área de hidrogeología.

Ante el desastre, más trabajo
Entre los aspectos que el profesional consultado consideró como prioritarios para abordar, se erige el “determinar en forma urgente la línea de ribera del río Ctalamochita teniendo en cuenta las características hidrogeomorfológicas”.

Por otra parte, también Tissera sugiere el “impedir nuevas construcciones de cualquier tipo que invadan la línea de ribera mencionadas en el punto anterior y por ende, se emplacen en sitios de alta peligrosidad durante crecientes fluviales severas y/o extremas”.

En este punto, el hidrogeólogo había alertado que “las obras de infraestructura y los ciudadanos que viven sobre las márgenes del río se encuentran ante una serie de amenazas de inundaciones, al estar invadiendo la línea de ribera”.

El cuadro es preocupante, y para eso citó que a nivel mundial las inundaciones son los eventos catastróficos que ocurren con mayor frecuencia y a las mismas se debe aproximadamente el 30 % de los desastres que suceden anualmente.

El reporteado también prescribe como ideal el “desarrollar la mayor cantidad posible de parques lineales y áreas de reservas naturales sobre el lecho de inundación periódico y episódico del río Ctalamochita”.

“Estas áreas podrán ser afectadas a recreación y deportes, tomando en cuenta que no deben involucrar la presencia permanente de personas”, opinó.

Otro de los aspectos que deberán tener en cuenta las autoridades locales es el “crear un sistema de aviso y alerta preventivo por crecientes repentinas”.

En cuanto a obras a realizar, Tissera, el autor de la evaluación integral, geológica e hidrogeomorfológica, del área urbana de Villa María y el entorno vinculado, apuntó que “los tramos inundables de la avenida costanera deben ser llevados a un nivel superior, es decir, que deben rediseñarse para evitar su afectación en crecientes ordinarias y severas.

Al mismo tiempo, el profesional consideró de importancia “efectuar reuniones técnicas con los estamentos municipales afectados a las tareas de prevención de eventos inundantes y planificación urbana, a los fines de tomar el debido conocimiento del presente trabajo y llevar a cabo la conciliación y coordinación de futuras acciones. Sería también de suma conveniencia extender dichas reuniones a los distintos centros vecinales con los mismos fines”.

La labor está, las propuestas también, se espera que cuando las aguas vuelvan a calmarse, las ideas para evitar futuras complicaciones no se ahoguen en el olvido.



Una ciudad que creció sin pensar en el agua

Por qué los anegamientos son una constante amenaza para Villa María

Germán Tissera tiene 37 años y acaba de recibirse de geólogo, con un trabajo final de grado que fue calificado con la nota más alta. El villamariense se dedicó durante un año a realizar una evaluación integral, geológica e hidro -geomorfológica, del área urbana de Villa María y el entorno vinculado, para orientar la planificación urbana al aprovechamiento integral de los recursos del medio físico.

Así, presentó la tesis en la Universidad Nacional de Córdoba que lo graduó con un diez. Ayer (por el 29 de mayo de 2010) fue entrevistado por El Diario del Centro del País y recalcó que su trabajo no es una crítica a la situación que presenta la ciudad sino un aporte. Buscó generar un “documento de consulta actualizado que organice los conocimientos académicos y los presente de forma clara para poder ser comprendidos y utilizados por el conjunto de la sociedad”.

El profesional se abocó a identificar “dentro de lo posible los aspectos que definen la singularidad de la región y los riesgos a que está expuesta”.

Para efectuar su exhaustivo estudio, realizó fotos áereas, satélitales y relevamiento de campo a pie.

Hasta el momento, no presentó su evaluación a miembros del Gobierno, pero dejará a disposición de la ciudadanía y de funcionarios su tesis.

El cuadro
El entrevistado precisó que Villa María “se ve afectada por inundaciones y procesos de erosión acelerada producidos por lluvias de alta intensidad”, las que “originan mantos de crecientes que reactivan los derrames del río Ctalamochita, ingresando por el NO y N de la localidad, conservando la dirección del cauce hacia donde se dirigen las principales líneas de escurrimiento”.

Tissera indicó que las distintas arterias “conducen importantes caudales, convirtiéndose en verdaderas vías de avenamiento urbano (colectores principales)”.

“Existen sectores con bajos alargados y con derrames del río Ctalamochita, que son interceptados por las rutas, que hacen las veces de diques de contención por la deficiencia de los desagües de las mismas”, advirtió el flamante geólogo.

“Las obras hidráulicas construidas se ven sobrepasadas en su capacidad de evacuación o bien son insuficientes o inadecuadas para la hidrología del área en particular”, señaló.

También, alertó que “las obras de infraestructura y los ciudadanos que viven sobre las márgenes del río se encuentran ante una serie de amenazas de inundaciones, al estar invadiendo la línea de ribera”.

El cuadro es preocupante, y para eso citó que a nivel mundial las inundaciones son los eventos catastróficos que ocurren con mayor frecuencia y a las mismas se debe aproximadamente el 30 % de los desastres que suceden anualmente.

Las claves
Tissera describió que las precipitaciones estivales son causantes de anegamientos e inundaciones fluviales, existen construcciones edilicias y de infraestructura emplazadas en sitios naturalmente afectables, hay barrios castigados por los eventos inundantes y la planificación urbana es deficiente.

En tanto, puntualizó que la ruta 158 genera un dique de contención para el normal escurrimiento de uno de los derrames del río.

Además, advirtió “el progresivo agravamiento de los procesos de erosión hídrica y un notable incremento en los caudales de escorrentía conducido por sistemas de bajos y líneas de escurrimiento”.

“Las obras de desagüe durante el período de análisis eran insuficientes o directamente inexistentes”, remarcó cuando se le comunicó que ahora se están haciendo obras en ese sentido.

La superficie del trabajo abarcó unos 160 kilómetros cuadrados, comprendiendo el río Ctalamochita en el tramo que corresponde a Villa María (unos 16 kilómetros) y zona, en la que el escurrimiento del agua presenta dirección dominante en sentido NNO-SSE.

En la tesis destacó que la cuenca activa del río que pasa por la ciudad es la más extensa de todos los ríos cordobeses.

“Donde pasó el río, va a volver a pasar. No hay manera de evitarlo, por eso la ingeniería en un proyecto tiene que ser interdisciplinaria”, dijo.

Apuntes
Algunos de los puntos salientes que dejó la entrevista de ayer son los siguientes:
“La falta de cobertura vegetal autóctona es grave, al deforestar no hay forma de parar el agua.”
“En el centro se traban porque chocan con las vías, por eso la calle Mariano Moreno está repleta de agua.”
“En la ruta 158 se ven sobrepasados los desagües.”
“Las Acacias, Roque Sáenz Peña, Belgrano, San Nicolás y Botta son barrios complicados. Todo lo que es la periferia del NO y N de la ciudad presenta este cuadro, porque son sectores por donde pasaba el río.”
“El nuevo hospital estará detrás de un antiguo cauce y hay que tomar medidas de prevención.”
“Las soluciones pasan por ver el tema a nivel geológico y generar mayor capacidad y que estén mejor posicionados los desagües.”
“Una precipitación pluvial puede generar el colapso de pozos negros. La periferia es la más afectada porque los bulevares son paredones de diques.”

Geólogo local anticipó los efectos de la crecida y ninguna autoridad lo escuchó, 04/03/14, El Diario del Centro del País. Consultado 04/03/14.
Una ciudad que creció sin pensar en el agua, 04/03/14, El Diario del Centro del País. Consultado 30/05/10.

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