por Darío Aranda
La Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) rechazó dinero
proveniente de Minera La Alumbrera (el mayor yacimiento metalífero de
Argentina) y, con un duro documento votado por el Consejo Superior, se sumó a
otras cuatro universidades nacionales que ya explicitaron su negativa a recibir
fondos de la megaminería. “Estos modelos extractivos se sustentan en la lógica
desplegada por el capitalismo tardío, que a través de capitales transnacionales
impulsan la megaminería y el agronegocio extractivista que afectan derechos
fundamentales de las poblaciones”, afirma en sus fundamentos la Universidad de
Río Cuarto, brinda su apoyo a las comunidades afectadas por el modelo
extractivo y solicita al Estado nacional la revisión de las leyes de la
dictadura militar y de la década del ’90 que benefician la actividad
extractiva.
Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) es una
empresa compuesta con la Universidad Nacional de Tucumán, el Estado
catamarqueño y el Estado nacional. Tiene bajo su concesión el yacimiento Bajo
La Alumbrera, explotado desde hace quince años por el consorcio
suizo-canadiense Xstrata (50 %), Goldcorp (37,5) y Yamana Gold (12,5),
que extrae oro y cobre.
Por la ley nacional 14.771, sancionada en 1958 durante la
presidencia de Arturo Frondizi, se obliga a YMAD a distribuir utilidades entre
las universidades nacionales. Durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, y
luego durante la última dictadura militar, se modificó un artículo clave
(número cinco) de la ley 14.771 y se habilitó el ingreso del capital privado y
transnacional a YMAD. Ese fue el germen para que, en la actualidad, tres
empresas extranjeras se queden con el 80 % de las utilidades obtenidas
de un recurso no renovable.
En 2009 comenzó a implementarse la distribución entre
universidades y ocasionó un debate con dos aristas principales: la universidad
pública financiada por el sector privado y, segundo punto, que ese dinero
además provenga de una actividad cuestionada por sus aspectos ambientales,
sociales y sanitarios. La UNRC ya había rechazado fondos en 2009 y 2010, pero
en junio pasado votó una resolución para su rechazo definitivo. Fueron 19 votos
para aprobar la resolución, cinco en contra y dos abstenciones.
“América latina es concebida como región exportadora de materia
prima provocando una reconfiguración de los territorios que destruye formas
culturales, estilos de vida y profundiza la dominación, en detrimento de los
principios de justicia social y ambiental”, afirma la UNRC en la resolución 150
y remarca la necesidad de “acompañar alternativas de políticas socio-económicas
y culturales” que permitan dejar el “carácter de región periférica-dependiente
como proveedora de materias primas de los países del Norte y de las potencias
emergentes”.
Desde 2008 ya son más de veinte las facultades de diversas
casas de estudio de todo el país que rechazaron el dinero proveniente de
Alumbrera. Y, con la UNRC, ya son cinco las universidades públicas que
rechazaron los fondos: Luján, General Sarmiento, Mar del Plata y la Universidad
Nacional de Córdoba (UNC). Esta última fue la que con mayor dureza cuestionó la
megaminería: “Se ha verificado empíricamente, y lo sostiene la amplia mayoría
de los informes recogidos por este Consejo Superior, que la actividad minera
que se desarrolla a cielo abierto e implica la utilización de procedimientos
químicos para la extracción de metales, daña severamente el ambiente y en
consecuencia a los seres humanos y sus comunidades”.
La UNRC hace propios en su resolución argumentos de su
vecina UNC: “Las actividades productivas de Minera La Alumbrera tienen impactos
socio-ambientales de corto, mediano y largo plazo”. Destaca el alto consumo de
agua (cien millones de litros por día, casi el doble del consumo de toda
Catamarca), la afectación de ríos, contaminación por drenajes ácidos y la
“grave e irreversible destrucción de ecosistemas”.
En su parte resolutiva, la Universidad compromete su apoyo a
las comunidades del país afectadas por las “actividades extractivistas”,
solicita al Estado la nacionalización de los recursos naturales y también le
pide la revisión de la normativa que posibilita la megaminería transnacional.
En particular, solicita la “derogación de las leyes de la dictadura militar y
de la década neoliberal de los ’90 que promueven la actividad de las
transnacionales en desmedro del bien público y del debilitamiento del propio
Estado nacional”. La resolución le propone al Consejo Interuniversitario
Nacional que “exhorte a los legisladores nacionales” a modificar el marco
normativo minero.
Este año, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de Rosario y la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La
Plata cuestionaron la megaminería y el modelo agropecuario actual por sus
impactos sociales, ambientales y sanitarios en las poblaciones.
Fuente:
- Darío Aranda, Rechazo a los fondos mineros, 12/07/12, Página/12.
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