jueves, 12 de julio de 2012

El costo oculto de la extracción del Uranio


Para extraer el uranio en minas a cielo abierto, como las que se encuentran en San Rafael, Mendoza, se dinamita una vasta extensión de sierras, reduciéndolas a rocas. Estas son molidas y sometidas a un tratamiento con acido sulfúrico, haciendo posi­ble la extracción de aproximadamente un kilo de uranio de una tonelada de roca molida. El desperdicio restante se va acumulando en parvas de consistencia arenosa que permanecen peligrosas por más de 80.000 años por contener 85 % de la radioactividad del uranio bruto, en forma de radio y torio, ambos potentes provocadores de cáncer. Estas parvas emiten gas toxico (radón) que no se puede percibir por nuestros sentidos. Contienen también una considerable cantidad de ele­mentos tóxicos pesados.

Al pulverizarse todos estos elementos se hace más fácil su movilidad, esparciéndose con el viento o contaminado las napas subterráneas, cuando el agua de lluvia se filtra a través de las parvas. A pesar de que estos ele­mentos son naturales, son liberados al ambiente en proporciones y lapsos considerablemente di­ferentes a como ocurriría natu­ralmente, posibilitando así una mayor ingestión en el cuerpo humano por medio del aire, alimentos o agua; incrementado el riesgo a la salud de aquellos expuestos a dichos  elementos.

Gas Radón: imperceptible a nuestros sentidos
El gas radón que emana de estas pilas de desperdicio, es radioactivo y se disuelve en el aire o agua per­mitiéndole un mejor desplazamiento. Con un viento de 16 km por hora puede recorrer mas de 1000 km antes que decaiga a la mitad de su cantidad original; depositándose, ya transformado en otros elementos radioactivos sólidos, en las hojas de los vegetales, agua, piel y/o pulmones en caso de ser inhalado etc.

Las partículas que derivan del gas radón, que se depositan sobre una célula viva (por ejemplo de una planta), pueden penetrar dentro de dicha célula haciéndose imposible que se puedan lavar. Si inhalamos al gas radón, luego de transformarse en otros elementos radiactivos pasa a nuestra corriente sanguínea, pudiendo provocar cáncer.

La radioactividad: el enemigo invisible
Un estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias de los E.E.U.U.,  denominado BEIR II determinó que:

Ningún nivel de radiación por insignificante que sea, puede considerarse  seguro. Esto significa que cualquier exposición de un individuo a radioactividad puede incrementar la posibilidad de que contraiga cáncer, leucemia desarrollar un desorden en su salud o un daño genético.

La mayoría de la gente desconoce que la radioactividad puede causar:
Abortos espontáneos
Muerte en la infancia
Asma
Alergias severas
Deprimir el sistema inmuno­lógico (facilitando infeccio­nes)
Leucemia
Tumores sólidos
Defectos al nacimiento
Retardo físico y mental en niños

El daño varia según el individuo, por depender de la predisposición genética, edad, sexo, condiciones de salud y tiempo de exposición a radiación al que ha­ya sido expuesto.

La Academia Nacional de Ciencias de los E.E.U.U. informó que la radioactividad puede iniciar cualquier tipo de cáncer; además se encontró una conexión con enfermedades cardíacas, anemia y cataratas.

Dicha Academia también afirmó que el riesgo que corre una mujer, expuesta a una fuente radioactiva es de casi el doble del que corre un hombre en iguales circunstancias.

Los niños y lactantes son hasta cuarenta veces más sensibles que los adultos porque sus células se dividen más rápidamente y su sistema inmunológico aún está inmaduro.

Qué es y cómo nos afecta
Básicamente hay dos tipos de radiación: La no Ionizante y la Ionizante. Ejemplos de la primera son: la luz visible, los rayos ultravioletas e infrarrojos, ondas radioeléctricas, microondas.

La radiación ionizante comúnmente llamada radioactividad es la que nos preocupa por­que cuando es absorbida por los tejidos vivos, ya sea de nuestra piel u órganos, puede producir una alteración eléctrica lo suficientemente dañina como para causar la ruptura de la unión química que mantiene a los átomos ligados en forma de moléculas.

La radiactividad se presenta en dos formas: partículas o rayos. Las partículas se pueden presen­tar en cuatro formas diferentes: Partículas Alfa, Beta, Protones y Neutrones. Los rayos pueden ser Gamma o Rayos X.

Las sustancias peligrosas que son liberadas con la explotación del uranio se llaman radionucleidos. Estos emiten radiación en forma de: partículas Alfa y Beta y rayos Gamma.

Cuando un rayo, o una partícula entra en nuestro cuerpo, puede dañar a una célula de tal manera de que ésta se multiplique, descontroladamente, produciendo un tumor maligno, es decir, cáncer.

El Uranio natural es radioac­tivo. Tiene un bajo nivel de radia­ción pero es pernicioso igual.

Los efectos a bajos niveles de radiación son difíciles de demostrar, un cáncer puede aparecer en un individuo décadas después de que este haya sido expuesto, lo mismo ocurre con defectos genéticos, pueden manifestarse durante generaciones y aún así los efectos causados por la radiación son difíciles de distinguir de los ocasionados por otros riesgos ambientales, tales como los pesticidas, aditivos alimenticios o contaminantes químicos.

Por esta razón cuando ocurre un accidente nuclear la industria nuclear utiliza la expresión "No hay peligro inmediato" lo cual puede ser cierto en el corto plazo, pero esta forma "legal" de expresarse oculta que al cabo de algunos años pueden manifestarse problemas a la salud en aquellos contaminados por ese accidente.

¿Quién permitió permitir?
Los límites permisibles que recomienda el Consejo Internacional de Protección Radiológica no implican que al estar expuestos a dosis menores, estemos seguros, sino que "son límites que significan un compromiso entre efectos perniciosos y beneficios sociales".

Para recomendar estos límites "permisibles" de exposición a la radioactividad dicho Consejo tomó como referencia, los estudios hechos a los sobrevivientes de las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaky. Recientes análisis hechos por el Consejo Nacional de Investigaciones de los EE.UU. revelaron, que la radiación a la que hablan sido expuestos dichos sobrevivientes era menor a la estimada, por lo tanto los niveles establecidos deben reducirse considerablemente, pero esto no ha ocurrido aún. Productos caseros tales como las "camisas" que se utilizan en los faroles a gas y kerosene se utiliza un producto radioactivo que contiene casi el doble de radioactividad que estos niveles permitidos ya obsoletos.

Más vale prevenir que curar
Un informe preparado en 1980 por la Asociación Médica de British Columbia (Canadá) a pedido del gobierno de esa provincia nos advierte que: "Debido a la desintegración o decaimiento de los radionucleidos de larga vida (Radio y Torio), en las parvas de desperdicio de las minas de uranio, se produce un incremento gradual de emisiones de gas radón al ambiente por miles de años, convirtiendo el área de 10 lcm. a la redonda de dichas parvas, en un lugar significativamente riesgoso para la salud y potencialmente inhabitable". Otro problema que toca el informe son las graves consecuencias que han provocado accidentes ocurri­dos en Canadá, Australia, y los EE.UU., en diques donde se de­sechan restos de uranio molido mezclado con agua y ácido sul­fúrico.

Si la laguna de desechos del Complejo Uranífero Siena Pin­tada (Mendoza) sufriera un acci­dente de este tipo, contaminaría al Rio Diamante, cuyas aguas abas­tecen las necesidades de la ciudad de San Rafael.

Por otro lado, serias dudas sur­gen sobre la seguridad que ofrecen las capas plásticas que cubren las bases de estas lagunas. En caso de que con el tiempo se rasguen, millones de litros de agua contaminada se filtrarían, a través del suelo, contaminando las napas subterráneas.

Contaminación de ríos y arroyos en la provincia de Córdoba ocasionó la clausura del Complejo Uranifero "Los Gigantes".

Nueva evidencia científica de los EE.UU. ha encontrado una estrecha relación entre la explotación del uranio y el incremento de niños deformes y cáncer.

De acuerdo con datos suminis­trados por el Registro de Tumores de Nuevo México (EE.UU.) en la zona de explotación de uranio el incremento de cáncer en los adolescentes es 15 veces más que el promedio de ese país.

En Mendoza la segunda causa de muerte es por cáncer de acuer­do aun informe publicado en 1984 por los médicos: Norberto Dotti, Carlos Rufino, Ernesto 01-cese, Roberto Bianchi, Miguel A. Chirino, Jorge Gimenez Mathus, José Galicano, Guillermo Mas­tronanli, Magdalena M. de Sol­chaga y Lic. Leticia Ramírez.

En la Argentina el uranio se utiliza como combustible para sus plantas núcleo-eléctricas y reac­tores nucleares experimentales.

En otros países también se lo emplea para fabricar armas nu­cleares.

Que es lo que usted y nosotros podemos hacer
Exigir por todos los medios legales a nuestro alcance que:

  1. Que se remedie, descontamine y se hagan obras para la neutralización y aislamiento de : 2.000.000 tn. de pilas de desperdicio, 1.000.000 m3 de roca estéril, 1000 toneladas de residuos sólidos enterrados en 5340 tambores, 1.200.000  toneladas de agua en las canteras y en los diques de evaporación.
  2. Que se designe una comisión para que controle los niveles de radiación en el aire y agua, y los exámenes hechos a los min­eros y habitantes de poblaciones aledañas a las minas. Esta comi­sión debe ser independiente a la Comisión Nacional de Energía Atómica y constituida por miembros que incluyan personas de organizaciones no gubernamentales.
  3. Que los médicos especifiquen en los certificados de defun­ción no solamente la causa de la muerte sino también la enfermedad que motivó a esa causa. Esto permitirá llevar un Registro Unico de Tumores.
  4. Que se establezca un método eficiente para que las parvas de desperdicio no queden a la intemperie y así impedir que partí­culas se vuelen con el viento o sean filtradas por el agua de llu­via y contaminen las napas subterráneas.
  5. Que se tomen todas las pre­cauciones para evitar accidentes en las lagunas de desechos.
  6. Que se establezca un méto­do seguro para que ninguna per­sona pueda habitar, pastorear ani­males o retirar material arenoso de las parvas de desperdicio bajo ningún concepto, dado el potencial tóxico de éstas y por permanecer radioactivas por más de 80.000 años.
  7. Que se prohiba la evacuación de aguas o desperdicios contaminados en cualquier río o arroyo, y así evitar que vuelva a ocurrir lo que pasó cuando los responsables del Complejo Uranífero "Los Gigantes" (Córdoba) contaminaron el arroyo Cajón, el río San Antonio y el lago San Roque.
  8. Que se destinen más recursos para la investigación y desarrollo de Fuentes de energía renovables para que aporten a la de­manda eléctrica del pais.
  9. Que se haga una gran campaña nacional para que los ciu­dadanos comiencen a comprender la urgencia y beneficios de ahorrar energía o utilizarla más eficientemente.
Si te interesó esta entrada tal vez te interesen:


Fuente:

1 comentario:

  1. Tan inconcientes son lo gobiernos que no paran este genocidio?

    ResponderEliminar