viernes, 8 de noviembre de 2024

Las roturas sin fin de Atucha II


La realidad de Atucha II es la de una central nuclear que siempre da problemas. Nucleoeléctrica está atrapada en un bucle de largas paradas y costosas reparaciones.

Por Cristian Basualdo

Atucha II salió de servicio el sábado 21 de septiembre de 2024, para cumplir con una parada programada de doce semanas de duración. Al día siguiente, durante la etapa de enfriamiento, se produjo una pérdida de agua pesada, que se utiliza como moderador y refrigerante de la central. La Autoridad Regulatoria Nuclear explicó que la pérdida “se produjo a través del sello de una de las bombas que suministra agua al sistema refrigerante primario”. Por tal motivo, la bomba fue sacada de servicio para su reparación.

Entre las tareas previstas por Nucleoeléctrica para la parada de mantenimiento se encuentra “el reemplazo de cuatro tubos guía de las mediciones de nivel del tanque del moderador; y de sondas de flujo neutrónico que están dentro del núcleo del reactor”. Las piezas a reemplazar pertenecen al conjunto de internos del reactor, que deberían operar durante toda su vida útil sin falla alguna, pero las deficiencias en el montaje del reactor Atucha II requieren reparaciones difíciles en un entorno radiactivo.

Otra de las tareas previstas para esta parada es “la inspección de soldaduras de fijación de los tres separadores del tanque del moderador inferior”.

Para entender esto hay que recordar que, en agosto de 2022, Nucleoeléctrica detectó una obstrucción ubicada a la entrada de un canal combustible. Tras la salida de servicio, los funcionarios del átomo observaron la presencia de una pieza que se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño, denominada separador.

El diseño original del reactor contemplaba 4 separadores, se trata de discos de acero, de 160 milímetros de diámetro y 90 milímetros de alto, ubicados en el fondo del recipiente de presión, sobre los cuerpos de relleno. Su función es limitar una posible deformación del tanque del moderador, que cerraría el paso del refrigerante.

Nucleoeléctrica determinó que la causa del desperfecto fue la falta de una soldadura durante el montaje del reactor. La empresa decidió extraer el separador y, sin reponerlo, poner en marcha la central. Para reforzar los 3 separadores restantes se le aplicaron cordones de soldadura, que son los que se van a inspeccionar.

Los técnicos de Nucleoeléctrica ven a Atucha II como “un injerto”. “Es como un Taunus del 80, pero armado en 2014. Por eso siempre tiene problemas”, admitieron en reserva a Econo Journal.

Atucha II es el mayor fracaso tecnológico de la Argentina moderna. Pasaron 35 años desde el acto por el inicio de las obras hasta el comienzo de las operaciones comerciales. El costo total fue superior al de un reactor de tercera generación. La producción de Atucha II ha estado muy por debajo de las expectativas, con un factor de capacidad acumulado de 45,6%, por debajo de los parques eólicos más eficientes que funcionan en nuestro país.


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