Por Marta Montojo
Madrid.- La científica británica Jane Goodall, conocida sobre todo por su trabajo con primates en Tanzania desde la década de 1960, cumple este miércoles 90 años de edad.
La etóloga, especialista en grandes simios y activista de la conservación, visitó España el pasado noviembre, y ofreció conferencias en las que trató de sembrar esperanza. Esa ha sido la misión de Goodall en los últimos años en los que se ha dedicado a viajar por todo el mundo, advirtiendo sobre la degradación de la naturaleza pero también subrayando los “motivos para tener esperanza”.
Hace 60 años, como cuenta también la película documental ‘Jane’ -que publicó en 2017 National Geographic-, la primatóloga se enfrentó al machismo y el rechazo de la comunidad científica, a la que escocieron sus hallazgos.
Sus investigaciones desafiaron la visión antropocéntrica de la sociedad, al revelar la capacidad de los chimpancés de fabricar y usar herramientas, por ejemplo, o al descubrir aspectos de la inteligencia y la personalidad de estos simios que se creían exclusivas de los humanos.
El trabajo de Goodall mientras estudiaba de cerca a los chimpancés en las selvas de Gombe, en Tanzania, "redefinió para siempre a nuestra especie y cambió nuestra comprensión del vínculo entre los humanos y el resto de los animales”, valora el Instituto Jane Goodall España en un comunicado.
En una charla que la nonagenaria ofreció recientemente en Canarias, en la Universidad de La Laguna, Goodall explicó que su curiosidad y su pasión por el mundo animal se remontan a cuando era niña.
“Nací en 1934. Por entonces no había televisión. Teníamos la naturaleza, teníamos nuestro jardín y teníamos libros, así que cuando no estaba en la escuela, estaba en el jardín de la casa de mi abuela”, contó en su conferencia. Cuando llovía, se dedicaba a leer.
En el contexto de la guerra, la británica aprendió “el valor de las cosas”, pues su familia no podía permitirse grandes lujos sino que tenían lo suficiente para “una vida simple”.
A ella le encantaba la lectura, pero como no tenía dinero para comprar libros nuevos, los cogía de la biblioteca. “Mi madre cogía libros de animales. Encontré una pequeña librería de segunda mano y me acuerdo de ir los sábados por la tarde a esta librería, y repasar todas las estanterías. Un día, había ahorrado mis pequeños céntimos y pude comprar un libro pequeñito, una versión de ‘Tarzán’. Así que me lo llevé a casa y lo leí bajo mi árbol favorito”.
La pequeña Goodall se “enamoró” de este Tarzán de la jungla. “¿Y qué hizo Tarzán?”, preguntó a la sala, “se casó con la Jane equivocada”.
A esa edad dijo a todo el mundo: “Cuando sea mayor, voy a ir a África. Viviré con animales salvajes y escribiré libros sobre ellos”.
Le preguntaban cómo pensaba ir allí si no tenía dinero, y le decían que África era un lugar del que apenas se sabía nada y lleno de animales salvajes y peligrosos, y que al fin y al cabo ella era “sólo una niña”.
“Pero mi madre no. Mi madre dijo: ‘Jane, si de verdad quieres hacer esto, vas a tener que trabajar mucho, y aprovechar cualquier oportunidad. Y, si no te rindes, con suerte, encontrarás tu camino’. Eso es lo que digo hoy a la gente joven”.
Así hizo Goodall. Al terminar el colegio, que según Goodall se le había dado bien, no tenía dinero para ir a la universidad. Pero llegó una oportunidad. Una compañera del colegio la invitó a pasar las vacaciones en Kenia, donde los padres de su amiga acababan de abrir una granja. Goodall trabajó como camarera en Londres y ahorró durante seis meses para comprar un billete de barco hasta allí, que dio la vuelta a África y paró en las islas Canarias.
Ya allí, alguien le dijo que si lo que quería era trabajar con animales debía ir a ver al reputado antropólogo Louis Leaky, que estaba en Kenia, y él, que se acababa de quedar sin secretaria, la contrató para que le ayudara con esas labores administrativas. Pero al estar rodeada de personas expertas en el mundo natural, Goodall se empapó de conocimiento y pronto dejó ver su potencial.
Una vez Leaky constató la capacidad de Goodall para acercarse a los animales, advirtió que era “la persona que él llevaba buscando durante diez años” para estudiar chimpancés en Tanzania. Nadie apoyó esa decisión al principio, cuenta la primatóloga, al ver que se trataba de una joven mujer, pero finalmente la dejaron ir con tal de que fuera acompañada.
En Tanzania, Goodall se dedicó a la investigación de chimpancés durante las siguientes dos décadas y pasó a convertirse en una referencia mundial para la protección de estos grandes simios y de sus hábitats. “En aquella época me pasaba horas, días en la selva, aprendiendo sobre esas relaciones entre diferentes animales, plantas, árboles, el ecosistema de la selva. Todo estaba interrelacionado, todo dependía de todo”, señaló Goodall en su charla de La Laguna.
Pasó también por la academia, pues Leaky, que confiaba en el trabajo y potencial de Goodall como científica, quería “que otros científicos la tomaran en serio”, y le consiguió un puesto en la Universidad de Cambridge para que estudiara un doctorado en etología.
En 1986, Goodall fue a una conferencia donde vió que las amenazas que sufrían los chimpancés en Tanzania -como la pérdida de hábitat o la caza furtiva- también ocurrían en otras partes del continente. “Fui a la conferencia como científica y regresé como activista”, alegó.
Desde entonces, se dedica a viajar por el mundo para “despertar conciencia sobre el daño infligido al planeta”. También continúa con la investigación e impulsa programas de activismo joven para sensibilizar y movilizar a las nuevas generaciones.
Goodall ha sido nombrada Mensajera de la Paz de la ONU y ha recibido varios reconocimientos también en España, como el Premio Príncipe de Asturias en 2003 y el Premio Internacional de Cataluña en 2015.
Felicitaciones de cumpleaños
Por el día de su 90 cumpleaños, el Instituto Jane Goodall España ha habilitado un formulario en su página web donde se le puede dejar un mensaje personal.
Por otro lado, “en honor a su trabajo de toda una vida”, el IJGE lanza este mismo miércoles una campaña para alertar sobre “la crítica situación de los chimpancés en estado salvaje, amenazados por la caza y el tráfico ilegal, la destrucción de su hábitat, las enfermedades y el cambio climático”.
La campaña aspira a promover el apoyo al rescate y rehabilitación de chimpancés huérfanos en el Centro de Rehabilitación de Tchimpounga, en Congo, fundado por Goodall en 1992 y dirigido por la veterinaria española Dra. Rebeca Atencia, “y que ha servido de hogar para más de 200 chimpancés rescatados del tráfico ilegal y la caza furtiva”, explica la entidad en un comunicado. Toda la información está ya disponible en la web del IJGE y sus redes sociales.
mmt/al
Fuente:
Marta Montojo, Jane Goodall, 90 años de un icono para el conservacionismo, 3 abril 2024, EFEverde.
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