Gastón Crespo, dirigente de Partido GEN, y ex concejal, analiza cuán seguros estamos los vecinos de la ciudad de La Plata a 11 años de la inundación.
Por Gastón Crespo
Once años han pasado desde las jornadas del 2 y 3 de abril de 2013 en la que la inundación arrasó con nuestra ciudad de La Plata, dejando a su paso trágicas consecuencias para todos los vecinos. Pese a tanto sufrimiento y una lucha incansable para reclamar que este tipo de catástrofes no vuelvan a ocurrir, hoy nos preguntamos cuánto se ha avanzado para evitar esta posibilidad.
En la inundación de 2013 se conjugaron varios factores. Por un lado, es cierto que los 400 milímetros caídos fueron extraordinarios; sin embargo, un fenómeno de estas características se podría haber previsto si tenemos en cuenta las inundaciones de los años 2002 y 2008 y las de las localidades vecinas.
A ello, se suman varios informes producidos por instituciones públicas, como la UNLP, que advertían sobre la probabilidad cierta de lluvias importantes e inundaciones y aconsejaban la realización de obras.
De este modo, en 2013 se hizo notar la falta de un sistema de alerta y plan de contingencia para afrontar una catástrofe de esta magnitud; al tiempo que el desarrollo urbano que había atravesado la ciudad entre 2003 y 2013 no había sido acompañado en lo absoluto por un plan de obras que acompañen este crecimiento.
Por el contrario, la modificación del Código de Ordenamiento Urbano (COU) de 2010 privilegió los negocios inmobiliarios sin respetar las superficies de suelos absorbentes y sin contemplar la extensión de la infraestructura necesaria para mitigar la acumulación de agua, ignorando que La Plata se asienta sobre un territorio inundable que debe ser acompañando con un sistema adecuado.
Hoy, a once años de la inundación, nos preguntamos si los avances que se han llevado adelante en materia de obras son suficientes frente a las consecuencias de fenómenos climáticos cada vez más extremos y repentinos a causa de la crisis ambiental que atraviesa el mundo.
Las superficies construidas, sobre todo en la periferia, continúan expandiéndose y sigue faltando un acompañamiento de este crecimiento con políticas públicas que prevean los impactos de esta emergencia. Las lluvias intensas y de corto tiempo van a ser cada vez más frecuentes y nuestra región, por sus características geográficas e hidrológicas, es particularmente vulnerable a estos riesgos.
El cambio climático no es una hipótesis entre tantas ni una idea borrosa de algo que puede ocurrir en el futuro. Es una realidad que ya está afectando nuestras vidas. Por eso, los platenses no olvidamos y seguimos exigiendo previsión, planificación y acción por parte del Estado, poniendo en marcha sistemas de gestión de riesgos que garanticen la seguridad y bienestar de todos.
Fuente:
Gastón Crespo, A 11 años de la inundación de La Plata: ¿Cuánto se ha hecho para minimizar riesgos?, 3 abril 2024, Infocielo.
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