martes, 17 de octubre de 2023

El clasismo paleo-liberal

Por Mario Mazzitelli

Hace varias décadas escuché por primera vez el término “batalla cultural”. La incertidumbre era obvia. Si usted y yo, aunque tengamos opiniones distintas, estamos en la búsqueda de la verdad, antes que una batalla practicamos una cooperación en la búsqueda de esa veracidad. Esto es así en el mundo científico. Entonces, ¿Cuál es la batalla cultural? Es aquella en la que el atacante busca que sus propias opiniones “interesadas”, se transformen en parte del sentido común, en prejuicios o en respuestas automáticas del atacado. Nadie está blindado frente a esta acción sistemática. Hay cientos de ejemplos. El otro día escuché a dos jóvenes, que trabajan de repartidores en bicicleta, hablar de las bondades de su ocupación porque les permite un alto grado de libertad. Me pregunto ¿Qué concepto de libertad anidará en estos muchachos? Vaya a saber. Difícil entender a alguien que no encontrando un trabajo mejor que pedalear en la calle, por un ingreso muy bajo, alto riesgo y mal protegido, considere que está en ejercicio de su libertad.

Sin duda, el bloque dominante en la Argentina pos dictadura, pos Menem, etc. ganó parcialmente la batalla cultural. Muchas veces, los medios de comunicación intentan hacer creer a la población que (Aquello que tan solo es beneficioso para el bloque dominante) es lo mejor para todos. Algunos le llaman manipulación de la opinión pública. Pero la “batalla cultural” es otra cosa, está en un nivel más profundo. No es la lucha por la opinión sobre la coyuntura. Es la lucha por instalar principios y valores del sector privilegiado en toda la sociedad. Todo régimen necesita que los perdedores ignoren, naturalicen o incluso idealicen su situación. Pierdan el sentido de justicia y equidad que debe regir en una sociedad y dejen de rebelarse contra el orden existente.

Quizás el mayor “batallador cultural” y referente principal de una de las fuerzas que hoy disputan la presidencia de la nación sea Alberto Benegas Lynch (h.) (En adelante ABL) Siendo uno de sus artículos más representativos, un editorial publicado en el diario La Nación (Hace unos años) que se titula: “La recurrente manía del igualitarismo.” Sobre ese escrito haré las críticas al clasismo paleo-liberal.

Sus dichos (ABL) y mis respuestas (MM):

Dice ABL: “Con la mejor de las intenciones, seguramente, se machaca sobre la necesidad de contar con sociedades más igualitarias desde el punto de vista de ingresos y patrimonios. Pero esta visión, tan generalizada, es en verdad del todo contraproducente, y de modo especial para los más débiles y necesitados.” “La manía del igualitarismo lleva a los aparatos estatales a ocuparse de redistribuir ingresos”.

MM: Es del todo interesante observar como la reacción tiene su vanguardia ideológica a partir de la cual construyen su expresión política. Ciertamente ambas poco presentables.

El ardid de la trampa tiene varias aristas desde el comienzo.

1.— El igualitarismo se sostendría en una manía.

Según uno de los diccionarios que tengo a mano, manía es “una especie de locura, caracterizada por delirio general, agitación y tendencia al furor. Se usa esta palabra para indicar ideas delirantes que se basan en cosas irreales.” Algunos sinónimos son: rareza, extravagancia, excentricidad, capricho, antojo, chifladura, obsesión. Esta descalificación, ABL la debería volcar sobre nuestro propio himno nacional, ya que tras repetir tres veces el grito sagrado “Libertad, Libertad, Libertad”; nos dice: “Oíd el ruido de rotas cadenas” “Ved en trono a la noble igualdad.” Con mayor sabiduría que la del pobre propagandista, nuestro himno no plantea la disyuntiva entre Libertad e Igualdad. Muy por el contrario, cuando la desigualdad se agiganta (Fruto de un orden impuesto por un bloque de poder dominante) la Libertad de los de abajo se torna en una simple ilusión. O peor aún, en la Libertad de morirse de hambre. Felizmente, con manía o sin ella, los pueblos quieren vivir y sobrepasan estas canalladas con la lucha social.

2.— ABL: “Con la mejor de las intenciones….”, está diciendo: “es gente buena, pero no sabe.”

MM: Le falta picardía popular. Porque, cae de maduro, que si los que defendemos una mayor igualdad tenemos “la mejor intención”, gente como él tiene “la peor intención”. Y de eso no tengo ninguna duda.

3.— ABL: “… Se machaca sobre la necesidad de contar con sociedades más igualitarias desde el punto de vista de ingresos y patrimonios.”

MM: Esta es una gran verdad. Por ejemplo, el Ingreso Básico Universal significa la elevación de los sectores más postergados y logra disminuir el grado de desigualdad. Pero por principio sostenemos que se trata de lograr un ingreso y un patrimonio básico que (Acorde con la sociedad en la que vivimos y el tiempo histórico que nos toca) genere la posibilidad de llevar una vida digna. Se trata de un piso por debajo del cual no se puede desarrollar la vida en plenitud. La igualdad es sobre ese piso como garantía de una existencia decorosa.

Ahora reflexionemos sobre el sistema actual: Se quejan del piso, pero ¿No tener un techo para la acumulación de patrimonio e ingresos individuales es razonable? ¿Acumular fortunas personales de decenas de miles de millones de dólares es sensato? ¿Atesorar bienes y dinero en escala monumental en pocas manos, para el derroche y el dispendio ilimitado, y no poder gastarlos en mil años es cuerdo? ¿Concentrar la riqueza en un polo, mientras en el otro se agudiza la miseria, es un mandato de la realidad? ¿Es el fruto de la naturaleza? O ¿Se trata de la consecuencia inevitable de un ordenamiento social atrasado, ineficaz y estúpido? Me inclino a pensar esto último. Porque he observado en la realidad que jóvenes menos capaces, sostenidos en familias pudientes, pueden desarrollar su vida con más éxito; que jóvenes más capaces, imposibilitados por la pobreza, de desarrollar sus potencialidades.

Otra prueba que las Necesidades Básicas Insatisfechas matan a la Libertad. Que a las clases pudientes no le interesa. Porque esa es la Libertad de los otros, no la de ellos.

4.— ABL: “La manía del igualitarismo lleva a los aparatos estatales a ocuparse de redistribuir ingresos”.

MM: Por suerte, para los ricos, los aparatos estatales en manos de personas elegidas por el pueblo (Democracia) fijan pautas más o menos eficaces para redistribuir la riqueza. De lo contrario se redistribuiría por las malas. Por la violencia. Y eso no es bueno.

Resulta curioso que toda la actividad del Estado que propenda al bien común sea cuestionada por estos personajes. Sin embargo, a la hora de invertir en seguridad para defender su patrimonio, no tienen reparos y piden más y más policía. Es más, no les alcanza la policía que ofrece el Estado y pagan además un servicio de seguridad privada. ¿No reflexionarán sobre la necesidad de todo ser humano de contar con un patrimonio y un ingreso? ¿Que hay en el ser humano un impulso a la equidad que no resiste la enorme injusticia? ¿O defienden la desigualdad porque les resulta difícil explicar la desmesura de su patrimonio?

5.— ABL: “Robert Nozick ha escrito que le resulta difícil comprender cómo es que la gente vota diariamente en el supermercado sobre la base de sus preferencias sobre los bienes y servicios que más le agradan y, luego, los políticos se empeñan en redistribuir aquellas votaciones, lo cual significa contradecir las previas decisiones de los consumidores. Esto, a su vez, se traduce en un desperdicio de los siempre escasos factores productivos y, por consiguiente, en una reducción de salarios e ingresos en términos reales.”

MM: ¿De dónde sacó este personaje que la gente vota en el supermercado? ¿Estás crazy ABL? La gente tiene necesidades, digamos de comer. Luego va de compras al supermercado. Y allí elige entre lo que el supermercado le ofrece. Y, en la Argentina, en el área de la alimentación, la concentración es tan alta como baja la posibilidad de elegir. Tomamos en muchos casos alimentos elaborados por un monopolio o un oligopolio. De manera que el consumidor no se mueve en un mercado perfecto (salvo una pequeña porción del mismo), donde oferta y demanda funcionan sin adulteración de ningún tipo. Si no en una realidad deformada por los que tienen poder (mucho dinero o capital) en detrimento de los que no lo tienen.

Claro que los de abajo pueden reconquistar espacios a través de la organización de los consumidores. Pero en el capitalismo la asimetría de poder es la constante. No por nada el nombre del régimen Capitalista, lleva el nombre de los propietarios de los medios de producción, los Capitalistas. Que son una pequeña minoría. Nada dice de las clases medias, los trabajadores y desposeídas. (El diario no hablaba de ti, ni de mí) Dejemos claro: la gente no vota en el supermercado, solo hace sus compras en función de sus necesidades.

Cuando se vota, todos concurrimos a la urna con una boleta que vale 1 voto (Por categoría) Es decir, todos valemos lo mismo. ¿Será que la Democracia parte de la manía del igualitarismo? ¿Por qué valdrá lo mismo el voto de un anciano que el de un joven, el de un rico que el de un pobre, el de un porteño que el de un jujeño?

En cambio, cuando se va al supermercado, hay voto calificado. Unos van con tarjetas cuyos fondos son enormes y otros con escaso dinero en el bolsillo. De manera que mientras unos votan comprando todo lo que necesitan; otros votan comprando solo lo que les permite sobrevivir. Falso por donde se lo busque. En el supermercado no se vota.

Sí, nosotros queremos democratizar la economía en todos los aspectos. Desde la conducción de las empresas hasta el consumo, es parte de un proyecto superior, alternativo. Que además está reflejado en la Constitución Nacional.

6.— ABL: “… La redistribución “se traduce en un desperdicio de los siempre escasos factores productivos y, por consiguiente, en una reducción de salarios e ingresos en términos reales”.

MM: Los factores productivos no siempre son escasos. Dependerá de la demanda de la sociedad. Lógicamente, si la demanda es infinita (Hipótesis falsa de los libertarios), por definición, siempre los factores productivos serán escasos. Sin embargo, si el consumo no es “todo” en la vida, la demanda “no” es infinita. Ya sabemos que la posibilidad del planeta de darnos más y más energía, materias primas, etc. no es infinita. Tal vez lo más inteligente sea definir cuantos son los bienes y servicios necesarios para un buen vivir y no excedernos en demasía, ocasionando dilapidación inútil de recursos (Obsolescencia programada, etc.) Finalmente, sobre este párrafo, lo último que nos pueden hacer creer es que están interesados por el incremento de los salarios e ingresos populares.

7.— ABL: “En una sociedad abierta es absolutamente irrelevante el diferencial entre los patrimonios de los diversos actores económicos, puesto que, como queda dicho, las diferencias corresponden a las preferencias de la gente puestas de manifiesto en el plebiscito diario con sus compras y abstenciones de comprar. Lo importante es maximizar los incentivos para que todos mejoren, y la forma de hacerlo es, precisamente, respetando los derechos de propiedad de cada cual.”

MM: ¿Sociedad abierta vs. sociedad cerrada? Esa disyuntiva es otra falacia. La sociedad argentina, salvo las etapas dictatoriales, donde los liberales ocupaban cargos de alta jerarquía en el Estado, siempre fue una sociedad abierta.

Ahora: en este juego del “respeto a los derechos de propiedad” ¿Cuánta propiedad se la asigna a cada uno a la hora de iniciar el juego? Nadie inicia un partido si antes de mover la pelota se le asignan 5 goles a un equipo y 0 goles al otro. Por lo tanto, si la respuesta es la herencia de cada uno; esto es, perpetuar el sistema de injusticia reinante. Donde algunos heredan estrellas y otros nacen estrellados. Es el más espurio conservadurismo que trata de cristalizar un régimen de injusticias. O, en el peor de los casos, avanzar sobre él hasta alcanzar el extremo donde una minoría es la propietaria de casi todo y las mayorías (Clases medias, trabajadores y excluidos) dueños de muy poco o casi nada.

8.— ABL: En una sociedad abierta es irrelevante la diferencia patrimonial entre las personas.

MM: Eso es lo que desean. Confunden su deseo con un apotegma, axioma o dogma y tratan de naturalizar que: ¡por algo será! ¡Por algo será que yo soy dueño de grandes porciones de tierra y vos no tenes donde caerte muerto! ¡Por algo será, que yo vivo en una mansión y vos en un rancho! ¡Algo habré hecho yo para merecerlo y algo habrás hecho vos para vivir como vivís! Construcción de prejuicios para la salvaguarda de sus privilegios.

9.— ABL: “las diferencias corresponden a las preferencias de la gente”, manifestada “en el plebiscito diario con sus compras y abstenciones de comprar.”

MM: Sorprende este señor. Por ejemplo: ¿A quién no le gustaría tener un automóvil Mercedes Benz de alta gama? ¿Usted elige no comprarlo? ¿No quiere gastar 50.000 miserables dólares en un coche? Usted se lo pierde. No tiene un Mercedes Benz porque no lo prefirió.

Está intentando tomarnos el pelo para llegar a la conclusión en la que refugian sus intereses: “Lo importante es maximizar los incentivos (Usted haga el máximo esfuerzo) para que todos mejoren, y la forma de hacerlo es, precisamente, respetando los derechos de propiedad de cada cual. (Es decir, los de ellos. No los suyos estimado lector.)”

10.— ABL: “Como los bienes y servicios no crecen en los árboles y son escasos, en el proceso de mercado (que es lo mismo que decir en el contexto de los arreglos contractuales entre millones de personas) la propiedad se va asignando y reasignando según sea la calidad de lo que se ofrece: los comerciantes que aciertan en los gustos del prójimo obtienen ganancias y los que yerran incurren en quebrantos. Es obvio que esto no ocurre si los operadores están blindados con privilegios de diversa naturaleza, ya que, de ese modo, se convierten en explotadores de los demás y succionan el fruto de sus trabajos. Estamos hablando de mercados abiertos y competitivos, lo que desafortunadamente es muy poco usual en nuestros días.”

MM: Las falacias aquí tocan extremos. Podríamos chicanearlo preguntándole lo siguiente: Si no crecen en los árboles, ¿De dónde provienen las naranjas y las peras?

Pero remite su análisis a un grupo de propietarios (comerciantes) que, por ejemplo: unos estarían ofreciendo los ya mencionados Mercedes Benz y otros Ferrari. Omite decir que la inmensa mayoría de la población, en la realidad de nuestra Argentina, tiene tan poca propiedad privada que carece siquiera de la posibilidad de acierto o error. No existe tal alternativa. Como aquel que no va al Casino carece de la posibilidad de perder, tanto como de ganar. Tampoco sería una disyuntiva válida si fuera entre un Mercedes Benz y una bicicleta usada. Porque el dinero solo le alcanza para la segunda opción.

Buscando el fondo de la cuestión, da una versión del proceso de mercado ajeno a la realidad.

No son millones de personas en un pie de igualdad o de equidad, en un mercado abierto y competitivo, las que realizan libremente operaciones. Son operadores de mercado con diferencias abismales entre sí. Comparar el poder de mercado de alguien que apenas llega a fin de mes con una poderosa multinacional, es absurdo. O no lo es, en definitiva, si su misión no es decir la verdad en torno a la realidad, sino encubrir un régimen clasista y supremacista.

En sus mercados no quieren interferencias de ningún tipo. El Estado, cuando no lo manejan ellos, les molesta. El zorro y las gallinas sin que se interponga entre ellos ningún granjero. Perdón: Usted ABL ¿En nombre de quién habla? ¿Puedo entender que es la voz del zorro?

Los privilegios a los que se refiere, distorsionando el uso del término, pueden ser normas en defensa del consumidor, defensa de derechos laborales, medidas para que el mercado funcione mejor y el grande no se coma al chico, etc.

Volviendo al comienzo de la frase: cabría señalar que los bienes y servicios son el fruto del trabajo y no “del proceso de mercado”.

En todo caso, el proceso de intercambio es parte constitutiva del objeto de la producción, dado que el objetivo último es el consumo para satisfacer una necesidad. Pero no debería omitir el susodicho que la producción tiene por sustento principal el trabajo concreto de millones de personas que se levantan todos los días y generan la producción del país. Como no debería omitir que, también es fruto del trabajo el “capital” y en general el “patrimonio” (por lo menos aquel que no nos es dado directamente por la naturaleza). Es decir, el origen de lo que luego se va a comerciar son los bienes y servicios, cuyo origen es el trabajo. No es casual la distorsión.

11.— ABL: “… Los comerciantes que aciertan en los gustos del prójimo obtienen ganancias y los que yerran incurren en quebrantos…”.

Es demasiado. Fui comerciante la mayor parte de mi vida y nunca escuche estupidez tan aguda. Si fuera por los gustos del prójimo, todos viajarían en coches de última generación. ¿O usted prefiere un Siam Di Tella modelo 1959?

12.— ABL pasa al ataque: “La denominada justicia social solo puede tener dos significados: o se trata de una grosera redundancia, puesto que la justicia no es vegetal, mineral o animal, o significa quitarles a unos lo que les pertenece para entregarlo a quienes no les pertenece”, lo cual contradice abiertamente la definición clásica de “dar a cada uno lo suyo”. Es lo que el decimonónico Frédéric Bastiat, ajustadamente, llama “robo legal”.

MM: Como buen provocador, antes que pensador, sostiene que con el término “justicia” alcanzaría para plantear la cuestión, sin necesidad de sumar el aditamento “social”. Lo mismo podríamos decir de la justicia “penal”, dado que a ningún juez se le ocurriría penalizar a un árbol, una piedra o un gato.

Sin embargo, el término fue acuñado en las grandes luchas sociales. Aquellas en las que se lograron conquistas sociales que mejoraron la vida de las personas. Sí, las personas de carne y hueso, las que lloran y sufren las injusticias. Las que ocupan la mayor parte de su vida en la producción y de la que reciben una parte insignificante. Es esa gente la que lucha por la Justicia Social. Por eso en la memoria colectiva de las mayorías populares, nombres como el de Alfredo Palacios o Juan Perón, son asociados a la idea de la Justicia Social.

Es que a la avaricia de los ricos, (muchas veces usurpadores del patrimonio común, baste recordar que hace apenas 3 siglos en este territorio la propiedad privada existía en escasa proporción y con el surgimiento y expansión de la Nación Argentina unos pocos —los oligarcas— se apropiaron la mayor parte del territorio) solo se le arrancan concesiones cuando las relaciones de fuerza le son adversas y se los desplaza del monopolio del poder con Democracia. Por eso nos costó casi dos siglos consolidarla en lo Institucional por el Sufragio Universal para los cargos públicos electivos. Faltando su extensión al ambiente, la economía, etc. Pero a través de un régimen plutocrático, también se las rebuscan para dar pelea a través del voto. Subestimar a las clases dominantes, por su pequeña cuantía, es un grave error.

¿Robo legal? ¿Cuál es el criterio de dar a cada uno lo suyo? ¿Es acaso lo que necesita para un buen vivir? ¿Será cierto que los que acumulan patrimonios cuantiosos, los ponen a su nombre porque es el fruto de su trabajo? ¿Nos quieren hacer creer que esos patrimonios son el fruto del trabajo de una persona? Por casualidad, ¿No serán los más ricos los beneficiarios del robo legal? Es que la ley (legalidad) siempre la hacen los ricos. O enriquecidos. Siempre es el 1% más rico el que redacta, aprueba y promulga una ley. Por eso “la ley es como el cuchillo, no ofende a quien la maneja”. “La ley es tela de araña, en mi ignorancia lo explico, no la tema el hombre rico, nunca la tema el que mande, pues la rompe el bicho grande y solo enreda a los chicos” Martín Fierro.

Es sorprendente como ABL resulta en un igualitarista extremo cuando de mercado se habla y rechaza a rajatabla el igualitarismo cuando se echa un vistazo a la sociedad real. En ella aparecen los ricos, las capas medias y los pobres. Cuatro de cada diez son pobres en la Argentina. ¿Serán los pobres que quieren robarse el patrimonio de los ricos? La falacia del razonamiento es absoluta: el robo legal no existe. Si es legal es porque existe ley. Esa ley fue debatida por un Congreso, avalada por el Poder Ejecutivo y hecha respetar por el Poder Judicial. Lo que este sector cuestiona es la Democracia misma, por eso, seguramente si fuéramos para atrás no solo los encontraríamos aliados a las dictaduras; sino, además, defendiendo el voto calificado.

13.— ABL sostiene sus mejores palabras y trata de seducir mostrando sensibilidad: “Para combatir la pobreza se requieren marcos institucionales civilizados que aseguren respeto recíproco en las vidas, libertades y propiedades. Esa es la diferencia entre Angola y Canadá… Entre Bolivia y Alemania”

MM: La misma derecha que apoyo todos los golpes, la represión, el terrorismo de Estado y que ahora trabaja con los Bussi, etc.; nos habla de marcos institucionales civilizados que respeten la libertad de los propietarios, sin estorbos de ningún tipo. Solo de los propietarios, aunque provengan de robos de tierra. Pero si son propietarios son merecedores de instituciones civilizadas y si son desheredados son merecedores de explotación, exclusión o cárcel. Doble vara le llaman.

Y detrás del intento de aceptación social de sus ideas, oculta celosamente el papel de los Estados en favor del igualitarismo en las naciones que pone como ejemplares. (Canadá, Alemania, tienen Estados con mayor porcentaje de participación sobre el PBI, etc.)

14.— ABL. [Con la] “redistribución de ingresos se agudiza el desmoronamiento del esqueleto jurídico, puesto que la igualdad ante la ley se convierte en la igualdad mediante la ley, con lo que el eje central de la sociedad abierta queda gravemente dañado. Thomas Sowell sugiere que los economistas dejemos de hablar de distribuir y redistribuir ingresos, —puesto que los ingresos no se distribuyen, se ganan—, para lo cual es menester abolir todos los privilegios de los seudoempresarios que se apoderan de recursos, cosa que nada tiene que ver con la adecuada atención a las necesidades del prójimo.”

MM: el señor ABL y sus correligionarios parecen no entender que “la igualdad ante la ley conlleva a la igualdad mediante la ley”. Es lógico. Si somos iguales, influimos como individuos de la misma manera en la constitución del Estado. En este caso se impone la mayoría que, más temprano o más tarde, buscará elevar su calidad de vida. Se vive mejor en una sociedad que eleva la situación social de los que están más sumergidos, que en una sociedad que polariza en extremo la riqueza (Esto no es teoría. Ya lo vivimos en nuestro país) Las mayorías democráticas buscarán un mayor grado de igualdad “mediante la ley”. Eso es inteligente y respetuoso.

Por otro lado, señalar que “los ingresos no se distribuyen, se ganan” es una frase que da lugar a muchos interrogantes. ¿Los debemos ganar como individuos o los podemos ganar como grupo (Grupos, empresarios, sociedades anónimas, sindicatos, etc.)? ¿O los debemos ganar como clase social (Alta, media, baja)? ¿Fruto del esfuerzo y la capacidad personal o fruto del patrimonio privado rentístico? ¿Cómo obrero o como empresario? ¿En un empleo público o en uno privado? ¿Produciendo bienes y servicios en cantidad y calidad y asumiendo los riesgos o especulando en la bolsa y con las finanzas? ¿Compitiendo limpiamente en la licitación de una obra pública o corrompiendo a los funcionarios que finalmente adaptarán el pliego a mis necesidades?

Todo orden social tiene sus mecanismos de distribución de la riqueza. Serán más o menos explícitos. Las leyes y la Constitución jugarán un rol más o menos significativo. Ese orden social se conforma con elementos materiales y otros culturales.

Las exigencias de cambiar la distribución pueden provenir del estómago, de la inteligencia o de una imposición ética humanista. Desde lo individual, que haya que ganarse la vida o los ingresos para vivir, me parece bien; pero creer que esto se traduce en forma lineal en la realidad, es una farsa. Son muchos los ejemplos en los que trabajos más intensos, extensos y de mayor calidad; son remunerados con menos valor que los “otros”. Sí lo sabrán las mujeres. Por eso pretender que el Estado no intervenga en la distribución de los ingresos, es simplemente, marchar a una sociedad inviable. Ser propagandista es una cosa, tener sentido de realidad es otra. La realidad nos dice, entre otras cosas, que las sociedades cada vez se bancan menos las profundas injusticias.

15.— ABL: “Anthony de Jasay apunta que la metáfora, tomada del deporte, que dice que todos deberían partir de la misma línea de largada en la carrera por la vida, sin ventajas de herencia, es autodestructiva. Esto es así porque el que se esforzó por llegar primero y ganar la carrera percibirá que en la próxima largada habrá que nivelar nuevamente, con lo que el esfuerzo realizado resultó inútil.”

MM: El ejemplo es del todo tramposo. Confunde los frutos del esfuerzo individual con la herencia. El personaje de ficción “que se esforzó por llegar primero y ganar la carrera, percibirá que en la próxima largada habrá que nivelar nuevamente, con lo que el esfuerzo realizado resultó inútil.”

a.— Efectivamente cada día es un nuevo día y cada carrera es una nueva carrera. Quien ganó la carrera de ayer, la ganó y listo, es suya. Pero hoy tiene una nueva carrera y no la tiene ganada por los laureles de ayer.

b.— Ahora, ¿Por qué el esfuerzo resultó inútil? ¿Por qué no recibió la herencia? (SIC). Si él ganó la carrera, los frutos de ese esfuerzo le pertenecen.

c.— Solo se transformarán en herencia cuando él no esté. Aceptemos que resulta lógico que una de las motivaciones para ganar la carrera es saber que se tienen hijos y que estos heredarán patrimonio y valores inmateriales. Esa herencia no está en cuestión. Ahora, ¿sus hijos deberán correr contra los hijos de los perdedores con una ventaja en la línea de largada? A todas luces inaceptables. Incluso para los hijos privilegiados, dado que el mérito de semejante triunfo será puesto en severa tela de juicio.

d.— Como venimos sosteniendo en nuestra propuesta de Ingreso Básico Universal, no cuestionamos la herencia directa que hoy existe (más allá de los impuestos). Cuestionamos que la herencia que recibimos como conjunto social de las generaciones anteriores nos permita a todos reunir un piso básico de condiciones a partir de las cuales la posibilidad de competir en cualquier carrera no nos ponga 80 o 120 metros atrás de la línea de largada, dejándonos como perdedores antes de empezar y desmoralizándonos para participar en semejante competencia.

16.— ABL al ataque: “Del mismo modo, John Rawls, Ronald Dworkin y Lester Thurow, al insistir en principios de compensación a los menos dotados en cuanto a los talentos naturales, están, en definitiva, perjudicando a los que menos tienen. En primer lugar, los talentos adquiridos son consecuencia de los naturales en la formación de la personalidad, con lo que no resulta posible escindirlos. En segundo término, nadie sabe —ni siquiera el propio titular— cuál es su stock de talentos mientras no se presente la oportunidad de revelarlos, y esas oportunidades serán menores en la medida en que los gobiernos “compensen”, con lo que inexorablemente distorsionan los precios relativos. Por último, cada uno tendrá habilidades diferentes para usar la compensación otorgada por los aparatos estatales; en consecuencia, habría que compensar la compensación y así sucesivamente.”

MM: Sencillo; quiere perpetuar el orden paleo-liberal arcaico y retrógrado. O lo que queda de él. Mostrando su lado más cruel e inútil. Si “…nadie sabe…su stock de talento…” no es el talento lo que se está compensando. Lo que se intenta compensar son las enormes diferencias materiales (los stocks de patrimonios) a partir de las cuales, mientras unos pueden desarrollar en plenitud todos sus talentos, otros (los des-heredados) se ven constreñidos a repetir la vida pobre o la pobre vida de sus mayores. Al privarlos a ellos y privarnos nosotros de sus talentos —desconocidos hasta que se puedan expresar y desarrollar—, nos estamos privando —como sociedad— de una riqueza que solo ellos pueden crear. Estamos reduciendo drásticamente el número de los que están en condiciones de entrar por la puerta grande a la sociedad del siglo XXI, que es la sociedad del conocimiento y la creatividad. La libertad creadora (La llamó el filósofo argentino Alejandro Korn) negada por carencia de patrimonio a la mayor parte de los trabajadores y las clases medias.

17.— ABL: “Todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles desde el punto de vista anatómico, bioquímico y, sobre todo, psicológico. El igualitarismo tiende a que se desmorone la división del trabajo y, por ende, la cooperación social. Son indispensables las diferentes tareas.”

MM: Es decir, considera indispensable la perpetuación de la sociedad dividida en clases. Como las diferentes clases de tareas las podríamos dividir entre las superiores y las inferiores, quedarían reservadas para las clases altas las superiores y para las bajas las inferiores. Claro como el agua. Porque si antes ya te dijo que en la carrera no todos van a partir de la misma línea de largada, lo único que puede alterar que uno de los que largan últimos lleguen primero son condiciones de excepcionalidad. Sería la excepción que confirma la regla. Por otro lado, el igualitarismo tiende a la cooperación social. Ya no a la sumisión o la explotación. Es esto lo que les duele, aunque traten de decirlo en forma elíptica.

18.— ABL: “Por otra parte, el tedio sería insoportable en una sociedad igualitaria; la misma conversación con otro sería similar a hablar con el espejo.”

MM: Con sus ideas pre-revolución norteamericana y francesa, caricaturiza el igualitarismo (que antes critico porque se trataba de ingresos y patrimonio) haciéndonos a todos iguales. No somos iguales como personas. Somos iguales como expresiones de la personalidad humana, por eso somos iguales ante la ley (aunque tal aseveración en la práctica resulte un tanto disfuncional).

Muy por el contrario, al garantizarles a todos un piso material que le permita llevar una existencia digna, en libertad y sin sometimientos, las personas podrán crecer en el aspecto espiritual tanto como en el material. Sus desarrollos diversos darán lugar a una sociedad con mayor cantidad de expresiones individuales, en la ciencia, en la técnica, en el arte, en el deporte y harán de esa colectividad una sociedad mejor.

19.— ABL: “También es importante destacar que la guillotina horizontal exige un gobierno totalitario, ya que no bien alguien se sale de la marca impuesta, hay que recurrir a la fuerza para igualar.”

MM: Volviendo al ejemplo del deporte: si alguien corre demasiado rápido y gana todas las carreras, ¡guillotina horizontal o paredón vertical! ¿De dónde sacó semejante idiotez?

¿Dónde se defiende la igualdad se termina en un gobierno totalitario? La experiencia dice todo lo contrario, las sociedades más igualitarias no generan tensiones sociales de gran magnitud y sus gobiernos son bastante apacibles. Aprovechan las diferentes aptitudes y capacidades de los ciudadanos para enriquecer su existencia, sin limitar a nadie en sus posibilidades de tener éxito, al tiempo que observan que tal éxito no se haga a expensas del resto de la sociedad, ni configure un flagelo.

ABL avanza con un razonamiento tan tonto, que en una competencia de tontos, tendría grandes posibilidades de éxito.


Entradas relacionadas:

Es el saqueo, así de sencillo (19)

Prórroga de Jurisdicción y Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)

La Justicia Social

No hay comentarios:

Publicar un comentario