lunes, 14 de agosto de 2023

Principales razones para rechazar la energía nuclear | 10.° parte

No hay dudas, la razón más contundente para prescindir definitivamente de la energía nuclear, es la falta de destino para los desechos nucleares de alta radiactividad y perdurabilidad por milenios. Vimos el drama de la central nuclear norteamericana de San Onofre en California y la disposición en almacenes provisorios en seco, supuestamente temporarios, aunque no se sepa por cuánto tiempo deberán permanecer en ellos los desechos. Continuamos con el tema.

Por Juan Vernieri

El 2 de diciembre de 1942 es la fecha que se cita en general como punto de partida de la era atómica. Es el día de la primera reacción nuclear en cadena provocada, controlada por el ser humano y automantenida. Ese día alcanzó la criticidad la pila atómica de Enrico Fermi y ese día empezaron a producirse desechos nucleares de alta radiactividad en cantidades significativas.

A más de 80 años, la tecnología no ha proporcionado solución alguna para darle destino cierto, seguro y definitivo a esos desechos que se mantendrán radiando por miles y miles de años.

Todavía no existen, al día de hoy, almacenes definitivos de desechos nucleares en operación.

¿No es hora ya de pensar en dejar de producirlos? Hay que prescindir de la energía nuclear, de una vez por todas.

Hemos dicho que el problema son los desechos de alta radiactividad (y también algunos de media) y que los de baja y la mayoría de los de media, están bien gestionados y no provocan mayores dificultades.

La cantidad de los de alta radiactividad, medida en volumen, es ínfima, pero las toneladas de combustibles gastados se van acumulando y ya en el mundo hay más de 300.000 toneladas sin destino. Solo en Argentina hay más de 5 mil.

En su mayoría, científicos y técnicos consideran que la mejor opción para situar estos desechos de alta radiactividad, son los denominados Almacenes Geológicos Profundos (AGP), aunque nadie pueda demostrar que serán realmente efectivos a lo largo de los milenios y milenios que tendrán que contener los desechos.

Aunque parezca mentira, en el mundo existen solo dos AGP. Uno lo tiene Estados Unidos en Nuevo México, pero no puede albergar combustibles gastados de los grandes reactores de potencia, y el otro lo tiene Finlandia en Onkalo, cerca de la central nuclear de Olkiluoto, en el municipio de Eurajoki, en la costa oeste de Finlandia. (Puede verse en Google Earth)

Este AGP finlandés aún no está operativo. Es el primer almacén geológico profundo (AGP) para almacenar de forma “definitiva” el combustible nuclear irradiado y otros desechos de alta radiactividad.

Su construcción se inició en 2004, con un presupuesto de 3.000 millones de euros y, en la actualidad, ya ha completado los cinco primeros pisos con túneles cuya longitud total tienen 1.700 metros (finalmente serán 5.000 metros) con una altura de 6,3 metros. Se encuentra a 430 metros de profundidad y a 420 metros por debajo del nivel del mar, por lo que el nombre de Onkalo (“cueva”) es muy significativo.

Para este año se espera que los túneles estén ya habilitados para su uso y se estima que en 2025 empezarán a almacenar los primeros lotes de desechos radiactivos. Cada túnel completado será sellado con varias barreras, naturales y artificiales, redundantes. Es decir, si alguna falla, no afectará al resto y seguirán cumpliendo su función.

Las varillas de elementos combustibles se colocarán en contenedores de hierro fundido con grafito introducidos en otros contenedores cilíndricos de cobre puro rodeados por una atmósfera protectora de gas argón. A su vez, estarán rodeados por bentonita resistente al agua y con una barrera natural de granito estable, que no reacciona a las oscilaciones de la temperatura.

Se podrán almacenar hasta 3.250 contenedores que se supone que estarán seguros “durante un millón de años”.

El gran reto para estos contenedores es la corrosión causada por el oxígeno disuelto en el agua, si alguna vez alcanzara contacto con agua. Hoy suponemos que el cobre es inoxidable, pero eso medido en algunos años. Nadie sabe qué pasará en los milenios en que estará expuesto.

La ubicación de Onkalo se seleccionó por su estabilidad, ya que es una de las formaciones geológicas más antiguas de Europa, alejada de cualquier probabilidad de terremoto o desastre natural. Una cavidad construida en la base de granito que se adentra en la tierra.

Francia, Suiza, Suecia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Argentina y otros países están estudiando dónde podrían construir sus respectivos AGP.

Lo dramático es saber que este primer AGP, cuando esté terminado en el año 2100, podrá albergar solo 6.500 toneladas, nada frente a las ya más de 300.000 acumuladas en el mundo. Por supuesto que en él se depositarán solo los combustibles gastados de las centrales nucleares finlandesas, los ya acumulados más lo que se seguirán produciendo.

Recordemos que actualmente en el mundo se producen unas 12.000 toneladas anuales, es decir que hipotéticamente alcanzaría solo para la mitad de la producción anual de desechos globales.

En próxima nota informaremos sobre el AGP que Estados Unidos tiene en Nueva México para desechos de la fabricación de armas, no para combustibles gastados.

Y en notas sucesivas iremos desarrollando la situación en que se encuentran los intentos de los países más avanzados, en disponer un destino definitivo para sus desechos de alta radiactividad.


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