Central Nuclear Embalse. Foto: Nucleoeléctrica Argentina SA. |
por Cristian Basualdo
EMBALSE, 4 marzo 2021.- El gerente de la Central Nuclear Embalse (CNE), ingeniero Juan Cantarelli, realizó declaraciones en una entrevista a la radio FM Delta Embalse, a raíz de la difusión de un informe del laboratorio de la CRIIRAD, que encontró en los sedimentos de la costa del lago Embalse dos isótopos radiactivos artificiales: cesio-137 y cobalto-60.
En primer lugar, Cantarelli transmitió tranquilidad, “no hay que sentir ningún temor, no hay ningún riesgo para la salud en esto que ha trascendido”; también confirmó la calidad de los informes del laboratorio francés, que se hicieron con un equipamiento similar -y relevaron valores similares- a los de Nucleoeléctrica y a los de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN).
A continuación, el gerente de la CNE apeló a una conocida estrategia comunicacional de la industria nuclear, que consiste en usar referencias a la radiación natural para hacer digerible lo malo constrastándolo con las cosas cotidianas, “la radiactividad está en la naturaleza, no es solamente de origen artificial, está presente prácticamente en todo” dijo, y puso como ejemplo algunas frutas, la luz del sol, y los materiales de construcción “de muchas de nuestras casas”.
Nucleoeléctrica asume que las informaciones sobre radiactividad y enfermedades implican alta tecnología en la obtención y tratamiento de datos, algo que solo los técnicos nucleares son capaces de entender, por eso para el público general tiene reservado un discurso cuasi infantil. Le propongo al lector que pasemos por por alto las trivialidades y nos concentremos en los aspectos más importantes de la entrevista radial.
“Ese cesio no salió de la central”
Cantarelli explicó que el cesio tiene origen en la precipitación radiactiva, “son pruebas nucleares que se efectuaron en la década del sesenta en el siglo pasado”, y afirmó que “ese cesio no salió de la central” (1).
Nucleoeléctrica monitorea los efluentes líquidos y gaseosos del reactor de Embalse, y deja asentados los resultados en sus documentos, donde consta que -entre otros isótopos radiactivos- emite cesio-137 y cesio-134, dos productos de fisión del combustible nuclear.
Por otra parte, la empresa recolecta anualmente miles de muestras ambientales en el Valle de Calamuchita, y detecta en los sedimentos costeros y en el limo del fondo del lago Embalse, cesio-137 que no está acompañado de cesio-134, por lo que concluye que proviene de la precipitación radiactiva de los ensayos de armas nucleares. La explicación de Nucleoeléctrica coincide con la de la ARN.
“¿Cuánto se encontró de cobalto?”
En el caso del cobalto-60 no hay a quién echarle la culpa, por tratarse de un producto de activación de los materiales estructurales del reactor. Por eso el gerente de la CNE recurrió a un discurso basado en los límites internacionales, “estos valores no solo están por debajo de esos límites sino que además están por debajo -en el caso del cobalto- del límite de detección inferior de la instrumentación”.
Al chequear estas afirmaciones, vemos que la CRIIRAD encontró rastros de cobalto-60 con un margen grande de error 0,20 ± 0,14 bequerelios por kilogramo (Bq/kg). Sin analizar la instrumentación utilizada, vemos que Nucleoeléctrica detectó valores superiores a la CRIIRAD, el valor más elevado fue 30 Bq/kg a 1000 metros del comienzo del canal de descarga, a mediados de 2004.
El cobalto-60 también forma parte de las emisiones del reactor de Embalse, que están por debajo de los límites autorizados de descarga anual presentes en la documentación mandatoria. Además, la actividad en los sedimentos está por debajo del criterio de dispensa de 100 Bq/kg para material sólido con contenido radiactivo.
La industria nuclear prefiere expresarse en Sievert (Sv), la unidad de dosis efectiva, que no es resultado de una medición directa, se trata de una estimación que depende de unos cálculos que utilizan coeficientes de dosis, siempre discutibles en función de los conocimientos actuales. El Sievert es una unidad grande por lo que las dosis suelen expresarse en milisievert (mSv) o microsievert (μSv).
Nucleoeléctrica calcula la denominada “dosis efectiva a la persona representativa del público por emisiones de CNE” debida a la totalidad de los radionucleidos emitidos por la central (2). En el año 2013, hacia el final del primer ciclo de operación, se produjeron las mayores descargas radiactivas al ambiente, y dicha dosis fue 1,72 % del límite de 1 mSv/año. Es ilustrativo considerar la evolución de este límite en el tiempo, en 1977 era equivalente a 5 mSv/año, y en 1952 a 15 mSv/año. En toda época pasada, como ahora, el límite se consideraba seguro, hasta que las investigaciones demostraban que existían consecuencias a la salud y el límite se revisaba a la baja.
Un documento de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de 1979 contempló la posibilidad de irradiación en personas del público por sedimentos radiactivos en las orillas del lago Embalse. |
Los límites (de dosis, de descarga, de dispensa, etc.) son una herramienta de comunicación ideal, si algún problema está por debajo del límite, para las autoridades es perfecto porque el debate está cerrado. Podemos ver un ejemplo histórico en la visita que realizó a Embalse en 1980 el por entonces titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), vicealmirante Carlos Castro Madero. Consultado por Canal 12 acerca del accidente de Three Mile Island, Castro Madero dijo que “son niveles de radiactividad muy por debajo de los límites mínimos permisibles”.
La posibilidad de irradiación en personas del público por sedimentos radiactivos en las orillas del lago, está contemplada en un documento de la CNEA de 1979, que señaló que una posible vía de exposición “está constituída por la irradiación externa proveniente de los radionucleídos gamma emisores contenidos en los sedimentos de las orillas”. Para las evaluaciones no se disponía de datos específicos porque el reactor no había sido puesto en marcha, aunque estimó para el “grupo crítico un tiempo máximo de permanencia en actividades recreativas en las márgenes del lago del orden de las 100 horas al año” (3).
Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental Córdoba, recordó que la versión oficial por parte de la central es que los niveles de radiactividad son bajos, “hacen un cálculo de cuánta gente podría verse afectada cada cien mil personas, entonces consideran que la afectación en la salud es bajísima”. Pero por otro lado, Kopta dijo que “uno puede plantear que cualquier nivel de radiactividad por encima de la radiactividad de base es nocivo”.
Referencias:
1. Las potencias nucleares detonaron 2058 bombas nucleares, más de una cuarta parte en la superficie. Francia realizó 41 pruebas atmosféricas entre 1966 y 1974, en el atolón de Muroroa, en el Pacífico Sur.
2. De acuerdo a la definición de la Norma 10.1.1 de la Autoridad Regulatoria Nuclear, el grupo llamado personas representativas del público es el grupo de población representativo de los individuos más expuestos y homogéneo en cuanto a los parámeros que influyen en las dosis recibidas, durante la operación normal o en caso de accidentes, en una instalación nuclear.
3. Informe ambiental sobre el emplazamiento y el area de influencia de la Central Nuclear Embalse - Córdoba 1/6/1979, Capítulo 13 - Evaluación Sociosanitaria (Parámetros de Transferencia), pg. 6.
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