jueves, 16 de julio de 2020

El Green New Deal puede y debe ser global III

La crisis climática, cada vez acuciante, está acentuando unas desigualdades pre-existentes tanto en un plano doméstico como internacional. Las desigualdades de raza, de clase y de género juegan un papel clave en la recuperación tras una catástrofe natural, lo cual también se puede aplicar en una comparativa entre los llamados países del Primer Mundo y los más empobrecidos.

por William Minter y Imani Countess

Artículo publicado originalmente en The Global African Worker.

Viene de la segunda parte.

Acción climática de base

La mayoría de activistas por el clima comprenden, al menos en teoría, que los grupos más vulnerables son los que más sufrirán el cambio climático, vengan sus desventaja por motivos de nacionalidad, clase, raza, género o edad. Este impacto desproporcionado viene reflejado en el liderazgo y las bases de los movimientos climáticos de todo el mundo.

Las mujeres, en particular las jóvenes y racializadas, ya no solo ejercen labores de liderazgo entre bastidores, como en la época de los derechos civiles en Estados Unidos. Ahora, se han convertido en muchas de las portavoces más visibles del activismo climático. Las activistas africanas lideran la lucha climática en dicho continente, como demuestra la resistencia contra la contaminación en el Delta del Níger o contra la propuesta de una mina de carbón en Lamu, Kenia.

La huelga climática iniciada por la sueca Greta Thunberg ha ganado apoyo en todo el planeta. Mientras que esta joven es la figura más conocida, infinidad de otras, muchas de ellas indígenas, han liderado protestas durante mucho tiempo en varios países. Las comunidades nativo-americanas en los Estados Unidos se han enfrentado sin descanso contra oleoductos, continuando sus luchas centenarias por el acceso al agua y la tierra. La activista adolescente lakota Tokata Ojos de Hierro habló con Thunberg en la Reserva Cresta del Pino en Dakota del Sur, en octubre de 2019. “Los pueblos indígenas han liderado estas luchas durante siglos”, afirmaría Ojos de Hierro.

Minimizar los efectos de la crisis climática depende de dejar de extraer los combustibles fósiles, el carbón en especial. En China y los Estados Unidos, así como en la Europa occidental, la decadencia del carbón es fehaciente, como respuesta ante su ineficiencia y contaminación. Y sin embargo, estas economías también financian y exportan tecnología de este sector. En junio de 2019, un grupo de activistas keniatas ganaron en los juzgados contra la propuesta de una mina de carbón en Lamu, en la costa, con financiación china y estadounidense. Esto fue el resultado de iniciativas activistas locales que se reforzaron y ampliaron con el apoyo de otros grupos climáticos en el plano nacional e internacional.

Kenia también es uno de los países que lideran en la innovación de las renovables. La más popular es la solar fuera de red, que ilumina millones de hogares en las zonas rurales de África y del Sur asiático que de otra manera no tendrían acceso a la electricidad. 5 millones de estos mismos hogares pueden también alimentar electrodomésticos, no solo encender la luz. El crecimiento es rápido, pero el mercado potencial de personas sin acceso a la corriente eléctrica es de 800 millones en todo el mundo. Algunos de sus donantes internacionales incluyen la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), aunque otros agentes, como la Power Africa Initiative de Barack Obama, financian proyectos de combustibles fósiles.

Existe un gran potencial para una mayor innovación en las energías renovables. Por ejemplo, cocinar con electricidad de origen solar en vez de madera o carbón ayudaría a frenar la deforestación y a prevenir muertes causadas por contaminación o por accidentes con fuego en la cocina. Para acelerar dicha innovación, requerimos de más investigación transnacional colaborativa entre países tecnológicamente desarrollados e investigadores/as locales.

Continúa en la cuarta parte.

Traducción de Raúl Sánchez Saura.

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Fuente:
William Minter, Imani Countess, El Green New Deal puede y debe ser global III, 13 julio 2020, El Salto Diario. Consultado 16 julio 2020.

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