El
proceso conocido internacionalmente como "rewilding" por su
término en inglés implica tareas de conservación y de restauración
en espacios ruralizados con el fin de que recuperen su estado
silvestre original y como objetivo de máxima el retorno de grandes
predadores como el yaguareté, totalmente extinto, y el puma, una
especie actualmente perseguida y en peligro.
por
Alba Silva
El
resilvestramiento de espacios dañados por la acción humana comienza
a ganar espacio en los debates por el ambiente, pero en la Argentina
la Administración de Parques Nacionales (APN) hace más de 20 años
que trabaja con especies extintas en distintos territorios.
El
proceso conocido internacionalmente como "rewilding" por su
término en inglés implica tareas de conservación y de restauración
en espacios ruralizados con el fin de que recuperen su estado
silvestre original y como objetivo de máxima el retorno de grandes
predadores como el yaguareté, totalmente extinto, y el puma, una
especie actualmente perseguida y en peligro.
"Desde
sus inicios el área protegida se propuso el resilvestramiento del
paisaje, ya que los ambientes en los que se había creado el Parque
estaban totalmente ruralizados desde hacía un par de siglos. Esta
idea implicaba varios interrogantes e incertidumbres porque no se
sabía del todo bien cómo era previamente al período hispánico y,
además, en términos ecológicos, se trataba de un ambiente único
con muchas particularidades biogeográficas y un funcionamiento
ecosistémico singular", destacó Germán Jaacks, intendente del
Parque Nacional Quebrada del Condorito en diálogo con Télam.
Estrechamente
vinculado con la tarea de resilvestrar agregó que el "ecosistema
presentaba componentes modificados, tales como especies animales
extintas o un régimen de escurrimiento hídrico alterado por el
sobrepastoreo ganadero. Se inició entonces un proceso cauteloso de
acciones y aprendizajes para el manejo del área hacia la transición
deseada".
En
la tarea de recuperar el ambiente, guanacos y vizcachas pasaron a
ocupar el centro de la atención del equipo liderado por Jaacks,
decidido a "rearmar las redes tróficas: el puma come el
guanaco, el guanaco el pajonal y así sigue la cadena" para
"volver a como era antes" el paisaje natural con su flora y
su fauna en esa área protegida ubicada en las sierras de Córdoba y
en una superficie de poco más de 37 mil hectáreas.
"Resilvestrar
requiere tareas de conservación y/o de restauración. A veces, con
retirar las vacas que dañan mucho el suelo y producen erosión,
alcanza para que se resilvestre y pastos y pajonales vuelven solos.
Brindamos conservación para que los predadores puedan recuperar su
población por sí mismos", explicó Jaacks desde Villa Carlos
Paz, sede de la intendencia del Parque Quebrada del Condorito.
El
investigador contó que "existen evidencias que hasta finales
del siglo XVIII el yaguareté, el predador más grande, vivía en las
sierras de Córdoba pero como sabemos ahora está extinto. El otro es
el puma que en esta zona es especie vulnerable y protegida. Muy
perseguido por productores agropecuarios encuentra refugio en el
parque".
Jaacks
agregó que el felino "alrededor del parque no tiene dónde
estar. Los pumas cumplen un rol ecológico muy importante porque son
grandes consumidores de especies medianas como liebres, cuises y
presas pequeñas como ratones y aves. Brindamos conservación para
que pueda recuperar su población por sí solo y lo ayudamos
reintroduciendo presas".
El
investigador detalló que el puma "como predador tope ademas de
ser perseguido, en muchos lugares no le quedan presas porque no hay
animales silvestres de los cuales alimentarse. Nuestra forma de
revertir sus problemas es reintroduciendo su comida: la vizcacha y el
guanaco".
Tanto
la reintroducción de vizcachas como la de guanacos se inició a
través de experiencias piloto en 2005 y 2007, respectivamente, y si
bien los resultados en términos de establecimiento de individuos no
fueron satisfactorios, se logró cumplir con el objetivo particular
de adquirir conocimiento y experiencia para posteriores ajustes.
En
tanto, en el 2011 se inició la segunda etapa del proyecto de
introducción de guanaco con muy buenos resultados: "En el
primer intento la supervivencia con permanencia en el lugar deseado,
al año de liberados, fue de aproximadamente el 18 por ciento de los
individuos, mientras que en la segunda etapa fue de alrededor del 95
por ciento", explicó Jaacks al explicar que "esto fue un
gran éxito para una especie que necesita de abundancia y alta
densidad de individuos para prosperar, lo que es difícil de lograr
cuando se manejan pequeños números de individuos en una especie
gregaria".
Otro
tanto ocurrió con la vizcacha que durante el 2019 el área protegida
retomó una nueva etapa de reintroducción con resultados positivos
ya que, sostuvo el Intendente del Parque, "existe una tasa de
crecimiento poblacional que se muestra favorable, especialmente
durante los primeros meses que son los más complicados para un
proyecto de este tipo".
Fuente:
Alba Silva, Volver al origen: el proyecto de resilvestramiento avanza en el parque Quebrada del Condorito, 7 junio 2020, Télam. Consultado 11 junio 2020.
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