domingo, 21 de junio de 2020

La (des)protección del patrimonio natural en Río Negro

Imagen 1: Huevo de dinosaurio (Leonardo Salgado)

por Yusara Mastrocola

Muchos elementos del patrimonio geológico, incluido el paleontológico, tienen una extensión finita, son únicos, extremadamente frágiles y completamente no renovables, debido a su bajo nivel de conservación y protección legal. A pesar de que Argentina cuenta con la Ley Nacional 25.743/03 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, muchos otros elementos del patrimonio natural quedaron sin consideración, como por ejemplo: los paisajes y sus formas, los procesos que intervienen en su modelado y las rocas que constituyen esos relieves, a excepción de aquellos que han permanecido dentro de las áreas protegidas.

Uno de los principios de la conservación es considerar que el patrimonio geológico, la geodiversidad y cualquier otro elemento o recurso geológico, es vulnerable y puede verse afectado por modificaciones que lo lleven a su destrucción parcial o total. La conservación engloba una serie de acciones enfocadas a garantizar a perpetuidad el adecuado mantenimiento de los ecosistemas locales, por lo tanto, la protección representa una técnica específica de conservación referida a asignar un estatus legal a un determinado lugar o recurso geológico que implica, además, el diseño de un sistema concreto de gestión basado en un régimen de uso al declararlo área protegida.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) un área protegida es un espacio geográfico definido, delimitado, reconocido y gestionado mediante medios legales para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos, y sus valores culturales asociados. En este sentido, las áreas protegidas deben contribuir a las estrategias de conservación a nivel regional, a mantener la diversidad de paisajes y hábitats, y de las especies y ecosistemas asociados; al mismo tiempo, deben ser de un tamaño suficiente para asegurar la integridad del territorio natural. En relación al patrimonio geológico, deberían incluir rasgos significativos del paisaje, la geomorfología y la geología, áreas naturales o paisajes de importancia con fines espirituales, educativos y científicos, entre otros objetivos.

En la actualidad y ante la crisis global ecológica, climática y sanitaria, uno de los grandes desafíos que se debe afrontar es la necesidad de proteger el patrimonio natural in situ. En Río Negro este patrimonio resulta expuesto a riesgos de deterioro o pérdida irreparable debido a los impactos negativos de actividades relacionadas principalmente con la megaminería de oro y uranio (Proyecto Calcatreu y Proyecto Amarillo Grande), y a la extracción no convencional de hidrocarburos (Estación Fernández Oro y Bloque Cerro Manrique). Estas empresas que intervienen en los sistemas naturales obtienen beneficios siderales del uso irracional de los recursos naturales generando a cambio daños irreversibles en los ecosistemas locales. Casi nunca invierten recursos ni tiempo para recomponer o remediar y la falta de control y fiscalización por parte del estado provincial y nacional agrava aún más esta situación.

A continuación se presentan, de forma diacrónica y sincrónica, dos casos testigos de la (des)protección del patrimonio natural en la provincia de Río Negro. En el año 2018 se presentaron en la Legislatura Provincial dos proyectos de ley para la creación dos unidades de conservación dentro del Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas [1]: Bajo de Santa Rosa y Trapalcó (Proyecto Ley Nº 508/18) y Geoparque Cerro Azul (Proyecto Ley Nº 212/18).

Atento al seguimiento de los proyectos y con fecha 13/03/2020 se observa en ambos expedientes la “caducidad” de los trámites y sin tratamiento en el parlamento legislativo, esto es, sin dictamen de las comisiones intervinientes: Planificación, Asuntos Económicos y Turismo; Asuntos Constitucionales y Legislación General; Presupuesto y Hacienda.

De manera que se pierde la oportunidad de dar un marco legal de protección a estas áreas naturales que permiten conocer, estudiar e interpretar la historia geológica de la Tierra, los procesos que la han modelado, sus paisajes actuales y del pasado, y el origen y evolución de la vida sobre el planeta.

1- Bajo de Santa Rosa y Trapalcó

En el centro de la provincia de Río Negro se localiza una serie de bajos o cuencas endorreicas con importantes yacimientos fosilíferos y afloramientos sedimentarios del Cretácico Superior que datan de una antigüedad de entre 70 y 65 millones de años. En el área del bajo de Santa Rosa y las salinas de Trapalcó se encuentran expuestas dos unidades litoestratigráficas (Formaciones Allen y Jagüel) con un importante contenido paleontológico: huevos y huesos de dinosaurios herbívoros y carnívoros, restos de reptiles marinos, troncos petrificados y otros elementos de esa antigüedad.

Son varios los motivos que dan cuenta de la relevancia científica de las localidades del Bajo Santa Rosa y las Salinas de Trapalcó. En primer lugar, los diversos hallazgos paleontológicos en la zona han aportado registros fósiles únicos en el mundo (11 holotipos), aumentando y diversificando el patrimonio paleontológico de la provincia de Río Negro. Al mismo tiempo, se han identificado geositios de interés en los que se pueden interpretar eventos geológicos de épocas pasadas y conocer aspectos de la diversidad biológica de ambientes marinos y continentales.

Los restos de huevos y nidos de dinosaurios en la localidad de Bajo de Santa Rosa, son conocidos por la comunidad científica desde hace casi 30 años. Sin embargo, su estudio sistemático comenzó hace 15 años aproximadamente. Esas investigaciones, a cargo de diferentes equipos científicos, y en el marco de proyectos de investigación financiados por organismos nacionales (Conicet, ANPCyT) e internacionales (National Geographic), han permitido aumentar significativamente el conocimiento sobre bioestratigrafía, paleoecología y, en particular, la biología reproductiva de los dinosaurios.

Los niveles con huevos fósiles del Bajo de Santa Rosa se encuentran entre los más importantes de América del Sur. No sólo existe en el área una gran cantidad de huevos fósiles -los cuales se encuentran distribuidos en al menos cinco niveles sucesivos- sino una amplia variedad de tipos (imagen 1).

Los materiales fósiles y el área natural Bajo de Santa Rosa y Trapalcó han sido objeto de tesis de Maestría y Doctorado, de numerosas publicaciones, presentaciones en congresos y reuniones científicas a nivel nacional e internacional abordando temáticas diversas de la paleontología, geología, biología, antropología, arqueología y turismo, entre otros. Parte de estos documentos se encuentran disponibles en la página de Facebook Bajo de Santa Rosa, Río Negro, Argentina.

Antecedentes y cronología

El 15 de septiembre de 2004 el Honorable Senado de la Nación, a propuesta de la Senadora Amanda Isidori, declara de interés científico -bajo el expediente Nº S-3471/03- el hallazgo de miles de restos fósiles de huevos de dinosaurios en el Bajo de Santa Rosa por una expedición de investigadores dirigidos por el paleontólogo Leonardo Salgado.

El 18 de septiembre de 2009 la provincia de Río Negro anunció oficialmente un convenio entre la Secretaría de Control y Gestión de Empresas Pública y la Empresa Minera Blue Sky Uranium Corporation de Grosso Group Management, para desarrollar emprendimientos mineros metalíferos -con especial interés- en el área del Bajo de Santa Rosa y alrededores de Valcheta. “Amarillo Grande”, tal es el nombre que la empresa le da a este proyecto minero en Río Negro, cuenta con tres localidades: Santa Bárbara, localizado al sur de Villa Regina; Anita, en el Bajo de Santa Rosa, e Ivana que comprende una extensa área de los alrededores de Valcheta.

La difusión de esta noticia alarmó a la comunidad científica con proyectos de investigación en el área de referencia, considerando que el Bajo de Santa Rosa es un yacimiento de relevancia mundial (medida en número de publicaciones científicas) y de irreparable pérdida patrimonial que traería como consecuencia el desarrollo de esta actividad. Ese convenio fue duramente criticado por las organizaciones ambientalistas regionales y parte de la comunidad, no sólo por los impactos ambientales y sociales que generaría en el ecosistema natural sino también por las consecuencias que traería este tipo de vínculo entre la empresa multinacional y el estado provincial al privilegiar la rentabilidad del sector minero por sobre la conservación y protección del patrimonio natural.

El 26 de abril de 2018 en la ciudad de Viedma los Dres. Leonardo Salgado y Yusara Mastrocola presentan el informe “El Bajo de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el negocio del uranio?” con el fin de exponer y denunciar el avance de la megaminería de uranio sobre el área del Bajo de Santa Rosa, Valcheta y sus alrededores. El informe presenta una primera parte donde se analiza la relevancia científica y la potencialidad educativa-turística de los bajos de Santa Rosa y Trapalcó, y del área de Valcheta; y una segunda parte, que aborda el contexto generado a partir de la presencia en esos lugares de la minera canadiense Blue Sky Uranium Corp. abordando algunos temas acerca de la naturaleza del uranio, técnicas empleadas y a emplear, y el negocio del uranio, entre otros.

El 27 de junio de 2018 el Honorable Senado de la Nación, a propuesta de la Senadora Magdalena Odarda, declara de interés científico -bajo el Expediente Nº S-1454/18- el informe “El Bajo de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el negocio del uranio?” destacando una aproximación del paisaje para la conservación del patrimonio geológico, la investigación y el desarrollo sostenible del sur rionegrino.

El 2 de julio de 2018 los Legisladores Jorge Ocampos y Daniela Agostino presentan en la Legislatura Provincial el Proyecto Ley Nº 508/18 para la creación del Área Natural Protegida Bajo de Santa Rosa y Trapalcó, con el objetivo de “conservar las unidades litoestratigráficas del Cretácico Superior, sus niveles sedimentarios continentales y marinos de las formaciones Allen y Jagüel que se exponen en los cerros y aledaños de toda el área, conteniendo el límite K/Pg (Cretácico/Paleógeno), huevos y huesos de dinosaurios, restos de reptiles marinos, restos de troncos petrificados y otros elementos de esa antigüedad”.

El 30 de noviembre de 2018 la Legislatura de Río Negro a propuesta de la Legisladora Graciela Holtz, declara de interés científico, cultural y turístico -bajo el Expediente Nº 868/18- el “El Bajo de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el negocio del uranio?” destacando la relevancia del mismo para la conservación del patrimonio geológico, la investigación y el desarrollo sostenible del sur rionegrino.

El 13 de marzo de 2020 se observa en la página oficial de la Legislatura de Río Negro que el Expediente Nº 508/2018 ha caducado sin tratamiento en las comisiones intervinientes. Llama la atención que, por un lado, el expediente permaneció inactivo durante 20 meses en la comisión Planificación, Asuntos Económicos y Turismo; y por el otro, que haya tenido ingreso y salida ese mismo día, es decir, el 13 de marzo de 2020, de las otras dos comisiones (Imagen 2). Para esas fechas se avizoraba los primeros casos de COVID-19 en Argentina y con ello, el inicio de la cuarentena que, finalmente y por decreto del presidente Alberto Fernández, marcó el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Imagen 2. Fuente: https://www.legisrn.gov.ar/LEGISCON/detallado_proywp.php

Es contradictoria la situación que presenta este Expediente pues denota una mezcla entre burla y broma: primero porque sobran fundamentos científicos y técnicos que avalan la creación de este área protegida; segundo porque hay diversos trabajos e informes de investigación que fueron reconocidos por su carácter científico, cultural y turístico por el Honorable Senado de la Nación y por la Legislatura de Río Negro, y tercero porque en ellos se menciona que es necesaria la conservación del patrimonio geológico, paleontológico y paisajístico y que, por lo tanto, urge darle una protección legal. Sin embargo, es la propia Legislatura rionegrina -con legisladores que renovaron mandato y otros recientemente incorporados- que sin tratamiento y dictamen, archiva el expediente por “caducidad”.

2- Geoparque Cerro Azul

Sobre un sector de bardas al norte de las ciudades de Cipolletti, Gral. Fernández Oro y Allen se ubica el área del Cerro Azul que comprende una superficie aproximada de 3500 ha. Desde la cima del cerro (460 msnm) se obtienen interesantes vistas panorámicas: el lago Pellegrini, las ciudades de Gral. Fernández Oro, Cipolletti y Neuquén Capital, un sector de bardas con las geoformas típicas del ambiente mesetiforme y el valle del río Negro, entre otros (imagen 3).

Imagen 3: Cerro Azul (Yusara Mastrocola)

A finales del período Cretácico -hace unos 70 millones de años-, las aguas del Océano Atlántico cubrieron todo el norte de la Patagonia hasta el sur de Mendoza. Ese brazo de mar, conocido como “Mar Rocanense”, permaneció en la región durante varios millones de años hasta comienzos del periodo Paleógeno, hace unos 60 millones de años.

En la región del Alto Valle de Río Negro, las evidencias de ese mar Cretácico/Paleógeno (K/Pg) se observan en las bardas al norte del río Negro y, en particular, en el Cerro Azul. Comprenden rocas y sedimentos que hoy corresponden a dos unidades geológicas diferenciables a través del tipo de rocas y sus fósiles. La primera de ellas, la Formación Jagüel (base del cerro) donde precisamente se localiza el límite K/Pg representada por un paleoambiente submareal. En esta formación -en su tramo Paleógeno-, se halló una tortuga marina de la especie Euclastes meridionalis. En la segunda unidad, la Formación Roca (tope del cerro), las evaporitas que se encuentran en lo más alto de la secuencia dan testimonio de una gran evaporación a la que estuvieron sometidas las aguas de ese “Mar Rocanense” durante los últimos estadios de la transgresión. La presencia de diversos fósiles marinos dan cuenta de las evidencias de ese mar: almejas, caracoles, gusanos, cangrejos, corales, dientes de tiburón, ostrácodos y nanofósiles calcáreos, entre otros.

El área del Cerro Azul presenta algunos conflictos derivados del uso espontáneo, desordenado e intensivo, especialmente durante los fines de semana. Una de las actividades que provoca mayores impactos en el territorio natural es la práctica del enduro y quads (cuatriciclos). Algunos indicadores de impactos son: multiplicidad de sendas, apertura de nuevos senderos, profundización de cárcavas, pérdida de suelo, daño a la vegetación nativa (bioma monte), perturbación a la fauna, daño irreparable de fósiles, transformación del paisaje, fogatas, basura.

En diversas reuniones con directivos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Río Negro se planteó la necesidad y urgencia de resguardar esos relictos de formaciones rocosas, sedimentos y fósiles del mar Rocanense (Cretácico Superior). Pero en forma casi simultánea con esas reuniones, surge un nuevo escenario y nuevos actores con otros intereses en el área del Cerro Azul: la licitación para la exploración y explotación no convencional de hidrocarburos, el protagonismo de la Secretaría de Energía de Río Negro y las empresas petroleras.

Antecedentes y cronología

En febrero de 2012 se presenta en la Municipalidad de Cipolletti -por iniciativa de un grupo de ciudadanos- el proyecto de crear un área protegida en la zona del Cerro Azul con características de Geoparque según los lineamientos generales de la Red Global de Geoaparques (UNESCO): geodiversidad, investigación, educación y geoturismo.

En noviembre de 2013 se realiza la 1º presentación formal del proyecto Geoparque Cerro Azul de los autores Yusara Mastrocola, Leonardo Salgado y Silvio Casadìo en el I Simposio Argentino de Patrimonio Geológico, Geoparques y Geoturismo y III Encuentro Latinoamericano de Geoparques en San Martín de los Andes, Neuquén; y, en los años siguientes, en otros congresos y reuniones científicas nacionales e internacionales.

En la página de Facebook Geoparque Cerro Azul, Río Negro se comparten novedades, publicaciones de trabajos de investigación y presentaciones en congresos y reuniones científicas; además, información e imágenes referidas a actividades recreativas y educativas realizadas: salidas de campo con estudiantes y docentes de la carrera Guía de Turismo (Facultad de Turismo - Universidad Nacional del Comahue), del Profesorado de Ciencias Biológicas (Universidad Nacional Río Negro) y de Ciencias de la Educación (Universidad Nacional del Comahue), turismo astronómico, observación de aves, safaris fotográficos, trekking, contemplación del paisaje, entre otras.

El 10 de abril de 2018 el Legislador Jorge Ocampo presenta en la Legislatura Provincial el Proyecto Ley Nº 212/18 para la creación del área protegida Geoparque Cerro Azul e incorporarlo al Sistema Provincial de Áreas Protegidas de Río Negro con el objetivo de conservar los niveles sedimentarios continentales y marinos de las formaciones Roca y Jagüel con fósiles del Cretácico-Paleógeno (60-65 millones de años) que se extienden sobre la margen norte del río Negro.

El 7 de mayo de 2018 la Senadora Nacional Magdalena Odarda presenta en el Honorable Senado de la Nación un Proyecto de Declaración de Interés: “Anteproyecto de Área Natural Protegida Geoparque Cerro Azul” (Expediente Nº S-1411/18.) [2], destacando que promueve el Patrimonio de la Tierra y apoya a las comunidades locales a través de una aproximación del paisaje para la conservación del patrimonio geológico, la investigación y el desarrollo sostenible.

Dado que el proyecto Geoparque Cerro Azul se encuentra en un territorio de 200.000 has pretendido por el Municipio de General Fernández Oro, se convocó a los Dres. Yusara Mastrocola, Leonardo Salgado y Miguel Abadovsky a exponer los fundamentos y alcances del geoparque en una audiencia pública desarrollada el 05 de febrero de 2019, en el marco de la elaboración de un proyecto de ordenanza respecto a la modificación del código municipal de ordenamiento territorial para General Fernández Oro. (Audiencia Pública: 05/02/2019 en el marco del Art. 35 de la Carta Orgánica Municipal GFO).

El 8 de agosto de 2019 se solicita al Lic. Pedro Pesatti -Presidente de la Legislatura de Río Negro- que incorpore al Expediente una nota recibida desde la Asociación Civil Argentina de Patrimonio Geológico, Geoparques y Geoturismo (APGeo) para ser considerado y dar urgente tratamiento legislativo (As.Of./Par. Particular Nº 1318/2019). La APGeo considera de suma importancia acompañar la creación de un geoparque de estas características dado por el valor geológico, paleontológico, científico-educativo y turístico-recreativo que presenta el proyecto al promover la conservación y protección del patrimonio de la Tierra, difusión y divulgación de las geociencias y los beneficios que traería a las comunidades locales a través del turismo y la recreación.

Tal como se observa en la imagen 4 y al igual que el proyecto del Bajo de Santa Rosa, el Expediente Nº 212/2018 ha caducado con fecha 13 de marzo de 2020 sin tratamiento en las comisiones intervinientes. Es lamentable que ninguno de los representantes del pueblo tuviera un gesto considerado de impulsarlo nuevamente.
Es un hecho deseable la creación de nuevas áreas protegidas en la provincia de Río Negro, no sólo para el resguardo del patrimonio natural sino también con objetivos educativos, de formación e investigación en las Ciencias.

Contrariamente a lo que sería deseable, la realidad nos da la pauta que la conservación y protección del patrimonio natural surge siempre como una respuesta defensiva frente al riesgo de su degradación o pérdida total. Sin embargo, los legisladores tal vez por analfabetismo ambiental, inoperancia o ante la falta de una real dimensión sobre los problemas ambientales que afectan a la provincia, perdieron una oportunidad histórica de ser los verdaderos protagonistas de un cambio de paradigma al promover la creación de dos áreas protegidas en Río Negro para el disfrute y buen vivir de las comunidades.

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