por
Yusara Mastrocola
Muchos
elementos del patrimonio geológico, incluido el paleontológico,
tienen una extensión finita, son únicos, extremadamente frágiles y
completamente no renovables, debido a su bajo nivel de conservación
y protección legal. A pesar de que Argentina cuenta con la Ley
Nacional 25.743/03 de Protección del Patrimonio Arqueológico y
Paleontológico, muchos otros elementos del patrimonio natural
quedaron sin consideración, como por ejemplo: los paisajes y sus
formas, los procesos que intervienen en su modelado y las rocas que
constituyen esos relieves, a excepción de aquellos que han
permanecido dentro de las áreas protegidas.
Uno
de los principios de la conservación es considerar que el patrimonio
geológico, la geodiversidad y cualquier otro elemento o recurso
geológico, es vulnerable y puede verse afectado por modificaciones
que lo lleven a su destrucción parcial o total. La conservación
engloba una serie de acciones enfocadas a garantizar a perpetuidad el
adecuado mantenimiento de los ecosistemas locales, por lo tanto, la
protección representa una técnica específica de conservación
referida a asignar un estatus legal a un determinado lugar o recurso
geológico que implica, además, el diseño de un sistema concreto de
gestión basado en un régimen de uso al declararlo área protegida.
Según
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
un área protegida es un espacio geográfico definido, delimitado,
reconocido y gestionado mediante medios legales para conseguir la
conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios
ecosistémicos, y sus valores culturales asociados. En este sentido,
las áreas protegidas deben contribuir a las estrategias de
conservación a nivel regional, a mantener la diversidad de paisajes
y hábitats, y de las especies y ecosistemas asociados; al mismo
tiempo, deben ser de un tamaño suficiente para asegurar la
integridad del territorio natural. En relación al patrimonio
geológico, deberían incluir rasgos significativos del paisaje, la
geomorfología y la geología, áreas naturales o paisajes de
importancia con fines espirituales, educativos y científicos, entre
otros objetivos.
En
la actualidad y ante la crisis global ecológica, climática y
sanitaria, uno de los grandes desafíos que se debe afrontar es la
necesidad de proteger el patrimonio natural in situ. En Río Negro
este patrimonio resulta expuesto a riesgos de deterioro o pérdida
irreparable debido a los impactos negativos de actividades
relacionadas principalmente con la megaminería de oro y uranio
(Proyecto Calcatreu y Proyecto Amarillo Grande), y a la extracción
no convencional de hidrocarburos (Estación Fernández Oro y Bloque
Cerro Manrique). Estas empresas que intervienen en los sistemas
naturales obtienen beneficios siderales del uso irracional de los
recursos naturales generando a cambio daños irreversibles en los
ecosistemas locales. Casi nunca invierten recursos ni tiempo para
recomponer o remediar y la falta de control y fiscalización por
parte del estado provincial y nacional agrava aún más esta
situación.
A
continuación se presentan, de forma diacrónica y sincrónica, dos
casos testigos de la (des)protección del patrimonio natural en la
provincia de Río Negro. En el año 2018 se presentaron en la
Legislatura Provincial dos proyectos de ley para la creación dos
unidades de conservación dentro del Sistema Provincial de Áreas
Naturales Protegidas [1]: Bajo de Santa Rosa y Trapalcó (Proyecto Ley
Nº 508/18) y Geoparque Cerro Azul (Proyecto Ley Nº 212/18).
Atento
al seguimiento de los proyectos y con fecha 13/03/2020 se observa en
ambos expedientes la “caducidad” de los trámites y sin
tratamiento en el parlamento legislativo, esto es, sin dictamen de
las comisiones intervinientes: Planificación, Asuntos Económicos y
Turismo; Asuntos Constitucionales y Legislación General; Presupuesto
y Hacienda.
De
manera que se pierde la oportunidad de dar un marco legal de
protección a estas áreas naturales que permiten conocer, estudiar e
interpretar la historia geológica de la Tierra, los procesos que la
han modelado, sus paisajes actuales y del pasado, y el origen y
evolución de la vida sobre el planeta.
1-
Bajo de Santa Rosa y Trapalcó
En
el centro de la provincia de Río Negro se localiza una serie de
bajos o cuencas endorreicas con importantes yacimientos fosilíferos
y afloramientos sedimentarios del Cretácico Superior que datan de
una antigüedad de entre 70 y 65 millones de años. En el área del
bajo de Santa Rosa y las salinas de Trapalcó se encuentran expuestas
dos unidades litoestratigráficas (Formaciones Allen y Jagüel) con
un importante contenido paleontológico: huevos y huesos de
dinosaurios herbívoros y carnívoros, restos de reptiles marinos,
troncos petrificados y otros elementos de esa antigüedad.
Son
varios los motivos que dan cuenta de la relevancia científica de las
localidades del Bajo Santa Rosa y las Salinas de Trapalcó. En primer
lugar, los diversos hallazgos paleontológicos en la zona han
aportado registros fósiles únicos en el mundo (11 holotipos),
aumentando y diversificando el patrimonio paleontológico de la
provincia de Río Negro. Al mismo tiempo, se han identificado
geositios de interés en los que se pueden interpretar eventos
geológicos de épocas pasadas y conocer aspectos de la diversidad
biológica de ambientes marinos y continentales.
Los
restos de huevos y nidos de dinosaurios en la localidad de Bajo de
Santa Rosa, son conocidos por la comunidad científica desde hace
casi 30 años. Sin embargo, su estudio sistemático comenzó hace 15
años aproximadamente. Esas investigaciones, a cargo de diferentes
equipos científicos, y en el marco de proyectos de investigación
financiados por organismos nacionales (Conicet, ANPCyT) e
internacionales (National Geographic), han permitido aumentar
significativamente el conocimiento sobre bioestratigrafía,
paleoecología y, en particular, la biología reproductiva de los
dinosaurios.
Los
niveles con huevos fósiles del Bajo de Santa Rosa se encuentran
entre los más importantes de América del Sur. No sólo existe en el
área una gran cantidad de huevos fósiles -los cuales se encuentran
distribuidos en al menos cinco niveles sucesivos- sino una amplia
variedad de tipos (imagen 1).
Los
materiales fósiles y el área natural Bajo de Santa Rosa y Trapalcó
han sido objeto de tesis de Maestría y Doctorado, de numerosas
publicaciones, presentaciones en congresos y reuniones científicas a
nivel nacional e internacional abordando temáticas diversas de la
paleontología, geología, biología, antropología, arqueología y
turismo, entre otros. Parte de estos documentos se encuentran
disponibles en la página de Facebook Bajo de Santa Rosa, Río Negro, Argentina.
Antecedentes
y cronología
El
15 de septiembre de 2004 el Honorable Senado de la Nación, a
propuesta de la Senadora Amanda Isidori, declara de interés
científico -bajo el expediente Nº S-3471/03- el hallazgo de miles
de restos fósiles de huevos de dinosaurios en el Bajo de Santa Rosa
por una expedición de investigadores dirigidos por el paleontólogo
Leonardo Salgado.
El
18 de septiembre de 2009 la provincia de Río Negro anunció
oficialmente un convenio entre la Secretaría de Control y Gestión
de Empresas Pública y la Empresa Minera Blue Sky Uranium Corporation
de Grosso Group Management, para desarrollar emprendimientos mineros
metalíferos -con especial interés- en el área del Bajo de Santa
Rosa y alrededores de Valcheta. “Amarillo Grande”, tal es el
nombre que la empresa le da a este proyecto minero en Río Negro,
cuenta con tres localidades: Santa Bárbara, localizado al sur de
Villa Regina; Anita, en el Bajo de Santa Rosa, e Ivana que comprende
una extensa área de los alrededores de Valcheta.
La
difusión de esta noticia alarmó a la comunidad científica con
proyectos de investigación en el área de referencia, considerando
que el Bajo de Santa Rosa es un yacimiento de relevancia mundial
(medida en número de publicaciones científicas) y de irreparable
pérdida patrimonial que traería como consecuencia el desarrollo de
esta actividad. Ese convenio fue duramente criticado por las
organizaciones ambientalistas regionales y parte de la comunidad, no
sólo por los impactos ambientales y sociales que generaría en el
ecosistema natural sino también por las consecuencias que traería
este tipo de vínculo entre la empresa multinacional y el estado
provincial al privilegiar la rentabilidad del sector minero por sobre
la conservación y protección del patrimonio natural.
El
26 de abril de 2018 en la ciudad de Viedma los Dres. Leonardo Salgado
y Yusara Mastrocola presentan el informe “El Bajo de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el negocio del uranio?”
con el fin de exponer y denunciar el avance de la megaminería de
uranio sobre el área del Bajo de Santa Rosa, Valcheta y sus
alrededores. El informe presenta una primera parte donde se analiza
la relevancia científica y la potencialidad educativa-turística de
los bajos de Santa Rosa y Trapalcó, y del área de Valcheta; y una
segunda parte, que aborda el contexto generado a partir de la
presencia en esos lugares de la minera canadiense Blue Sky Uranium
Corp. abordando algunos temas acerca de la naturaleza del uranio,
técnicas empleadas y a emplear, y el negocio del uranio, entre
otros.
El
27 de junio de 2018 el Honorable Senado de la Nación, a propuesta de
la Senadora Magdalena Odarda, declara de interés científico -bajo
el Expediente Nº S-1454/18- el informe “El Bajo de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el negocio del uranio?”
destacando una aproximación del paisaje para la conservación del
patrimonio geológico, la investigación y el desarrollo sostenible
del sur rionegrino.
El 2 de julio de 2018 los Legisladores Jorge Ocampos y Daniela Agostino
presentan en la Legislatura Provincial el Proyecto Ley Nº 508/18
para la creación del Área Natural Protegida Bajo de Santa Rosa y
Trapalcó, con el objetivo de “conservar las unidades
litoestratigráficas del Cretácico Superior, sus niveles
sedimentarios continentales y marinos de las formaciones Allen y
Jagüel que se exponen en los cerros y aledaños de toda el área,
conteniendo el límite K/Pg (Cretácico/Paleógeno), huevos y huesos
de dinosaurios, restos de reptiles marinos, restos de troncos
petrificados y otros elementos de esa antigüedad”.
El
30 de noviembre de 2018 la Legislatura de Río Negro a propuesta de
la Legisladora Graciela Holtz, declara de interés científico,
cultural y turístico -bajo el Expediente Nº 868/18- el “El Bajo
de Santa Rosa y Valcheta: naturaleza, fósiles y turismo o ¿el
negocio del uranio?” destacando la relevancia del mismo para la
conservación del patrimonio geológico, la investigación y el
desarrollo sostenible del sur rionegrino.
El
13 de marzo de 2020 se observa en la página oficial de la
Legislatura de Río Negro que el Expediente Nº 508/2018 ha caducado
sin tratamiento en las comisiones intervinientes. Llama la atención
que, por un lado, el expediente permaneció inactivo durante 20 meses
en la comisión Planificación, Asuntos Económicos y Turismo; y por
el otro, que haya tenido ingreso y salida ese mismo día, es decir,
el 13 de marzo de 2020, de las otras dos comisiones (Imagen 2). Para
esas fechas se avizoraba los primeros casos de COVID-19 en Argentina
y con ello, el inicio de la cuarentena que, finalmente y por decreto
del presidente Alberto Fernández, marcó el aislamiento social,
preventivo y obligatorio.
Imagen 2. Fuente: https://www.legisrn.gov.ar/LEGISCON/detallado_proywp.php |
Es
contradictoria la situación que presenta este Expediente pues denota
una mezcla entre burla y broma: primero porque sobran fundamentos
científicos y técnicos que avalan la creación de este área
protegida; segundo porque hay diversos trabajos e informes de
investigación que fueron reconocidos por su carácter científico,
cultural y turístico por el Honorable Senado de la Nación y por la
Legislatura de Río Negro, y tercero porque en ellos se menciona que
es necesaria la conservación del patrimonio geológico,
paleontológico y paisajístico y que, por lo tanto, urge darle una
protección legal. Sin embargo, es la propia Legislatura rionegrina
-con legisladores que renovaron mandato y otros recientemente
incorporados- que sin tratamiento y dictamen, archiva el expediente
por “caducidad”.
2-
Geoparque Cerro Azul
Sobre
un sector de bardas al norte de las ciudades de Cipolletti, Gral.
Fernández Oro y Allen se ubica el área del Cerro Azul que comprende
una superficie aproximada de 3500 ha. Desde la cima del cerro (460
msnm) se obtienen interesantes vistas panorámicas: el lago
Pellegrini, las ciudades de Gral. Fernández Oro, Cipolletti y
Neuquén Capital, un sector de bardas con las geoformas típicas del
ambiente mesetiforme y el valle del río Negro, entre otros (imagen
3).
Imagen 3: Cerro Azul (Yusara Mastrocola) |
A
finales del período Cretácico -hace unos 70 millones de años-, las
aguas del Océano Atlántico cubrieron todo el norte de la Patagonia
hasta el sur de Mendoza. Ese brazo de mar, conocido como “Mar
Rocanense”, permaneció en la región durante varios millones de
años hasta comienzos del periodo Paleógeno, hace unos 60 millones
de años.
En
la región del Alto Valle de Río Negro, las evidencias de ese mar
Cretácico/Paleógeno (K/Pg) se observan en las bardas al norte del
río Negro y, en particular, en el Cerro Azul. Comprenden rocas y
sedimentos que hoy corresponden a dos unidades geológicas
diferenciables a través del tipo de rocas y sus fósiles. La primera
de ellas, la Formación Jagüel (base del cerro) donde precisamente
se localiza el límite K/Pg representada por un paleoambiente
submareal. En esta formación -en su tramo Paleógeno-, se halló una
tortuga marina de la especie Euclastes meridionalis. En la segunda
unidad, la Formación Roca (tope del cerro), las evaporitas que se
encuentran en lo más alto de la secuencia dan testimonio de una gran
evaporación a la que estuvieron sometidas las aguas de ese “Mar
Rocanense” durante los últimos estadios de la transgresión. La
presencia de diversos fósiles marinos dan cuenta de las evidencias
de ese mar: almejas, caracoles, gusanos, cangrejos, corales, dientes
de tiburón, ostrácodos y nanofósiles calcáreos, entre otros.
El
área del Cerro Azul presenta algunos conflictos derivados del uso
espontáneo, desordenado e intensivo, especialmente durante los fines
de semana. Una de las actividades que provoca mayores impactos en el
territorio natural es la práctica del enduro y quads (cuatriciclos).
Algunos indicadores de impactos son: multiplicidad de sendas,
apertura de nuevos senderos, profundización de cárcavas, pérdida
de suelo, daño a la vegetación nativa (bioma monte), perturbación
a la fauna, daño irreparable de fósiles, transformación del
paisaje, fogatas, basura.
En
diversas reuniones con directivos de la Secretaría de Ambiente y
Desarrollo Sustentable de la Provincia de Río Negro se planteó la
necesidad y urgencia de resguardar esos relictos de formaciones
rocosas, sedimentos y fósiles del mar Rocanense (Cretácico
Superior). Pero en forma casi simultánea con esas reuniones, surge
un nuevo escenario y nuevos actores con otros intereses en el área
del Cerro Azul: la licitación para la exploración y explotación no
convencional de hidrocarburos, el protagonismo de la Secretaría de
Energía de Río Negro y las empresas petroleras.
Antecedentes
y cronología
En
febrero de 2012 se presenta en la Municipalidad de Cipolletti -por
iniciativa de un grupo de ciudadanos- el proyecto de crear un área
protegida en la zona del Cerro Azul con características de Geoparque
según los lineamientos generales de la Red Global de Geoaparques
(UNESCO): geodiversidad, investigación, educación y geoturismo.
En
noviembre de 2013 se realiza la 1º presentación formal del proyecto
Geoparque Cerro Azul de los autores Yusara Mastrocola, Leonardo
Salgado y Silvio Casadìo en el I Simposio Argentino de Patrimonio
Geológico, Geoparques y Geoturismo y III Encuentro Latinoamericano
de Geoparques en San Martín de los Andes, Neuquén; y, en los años
siguientes, en otros congresos y reuniones científicas nacionales e
internacionales.
En
la página de Facebook Geoparque Cerro Azul, Río Negro se comparten
novedades, publicaciones de trabajos de investigación y
presentaciones en congresos y reuniones científicas; además,
información e imágenes referidas a actividades recreativas y
educativas realizadas: salidas de campo con estudiantes y docentes de
la carrera Guía de Turismo (Facultad de Turismo - Universidad
Nacional del Comahue), del Profesorado de Ciencias Biológicas
(Universidad Nacional Río Negro) y de Ciencias de la Educación
(Universidad Nacional del Comahue), turismo astronómico, observación
de aves, safaris fotográficos, trekking, contemplación del paisaje,
entre otras.
El
10 de abril de 2018 el Legislador Jorge Ocampo presenta en la
Legislatura Provincial el Proyecto Ley Nº 212/18 para la creación
del área protegida Geoparque Cerro Azul e incorporarlo al Sistema
Provincial de Áreas Protegidas de Río Negro con el objetivo de
conservar los niveles sedimentarios continentales y marinos de las
formaciones Roca y Jagüel con fósiles del Cretácico-Paleógeno
(60-65 millones de años) que se extienden sobre la margen norte del
río Negro.
El 7 de mayo de 2018 la Senadora Nacional Magdalena Odarda presenta en
el Honorable Senado de la Nación un Proyecto de Declaración de
Interés: “Anteproyecto de Área Natural Protegida Geoparque Cerro
Azul” (Expediente Nº S-1411/18.) [2], destacando que promueve el
Patrimonio de la Tierra y apoya a las comunidades locales a través
de una aproximación del paisaje para la conservación del patrimonio
geológico, la investigación y el desarrollo sostenible.
Dado
que el proyecto Geoparque Cerro Azul se encuentra en un territorio de
200.000 has pretendido por el Municipio de General Fernández Oro, se
convocó a los Dres. Yusara Mastrocola, Leonardo Salgado y Miguel
Abadovsky a exponer los fundamentos y alcances del geoparque en una
audiencia pública desarrollada el 05 de febrero de 2019, en el marco
de la elaboración de un proyecto de ordenanza respecto a la
modificación del código municipal de ordenamiento territorial para
General Fernández Oro. (Audiencia Pública: 05/02/2019 en el marco
del Art. 35 de la Carta Orgánica Municipal GFO).
El
8 de agosto de 2019 se solicita al Lic. Pedro Pesatti -Presidente de
la Legislatura de Río Negro- que incorpore al Expediente una nota
recibida desde la Asociación Civil Argentina de Patrimonio
Geológico, Geoparques y Geoturismo (APGeo) para ser considerado y
dar urgente tratamiento legislativo (As.Of./Par. Particular Nº
1318/2019). La APGeo considera de suma importancia acompañar la
creación de un geoparque de estas características dado por el valor
geológico, paleontológico, científico-educativo y
turístico-recreativo que presenta el proyecto al promover la
conservación y protección del patrimonio de la Tierra, difusión y
divulgación de las geociencias y los beneficios que traería a las
comunidades locales a través del turismo y la recreación.
Tal
como se observa en la imagen 4 y al igual que el proyecto del Bajo de
Santa Rosa, el Expediente Nº 212/2018 ha caducado con fecha 13 de
marzo de 2020 sin tratamiento en las comisiones intervinientes. Es
lamentable que ninguno de los representantes del pueblo tuviera un
gesto considerado de impulsarlo nuevamente.
Es
un hecho deseable la creación de nuevas áreas protegidas en la
provincia de Río Negro, no sólo para el resguardo del patrimonio
natural sino también con objetivos educativos, de formación e
investigación en las Ciencias.
Contrariamente
a lo que sería deseable, la realidad nos da la pauta que la
conservación y protección del patrimonio natural surge siempre como
una respuesta defensiva frente al riesgo de su degradación o pérdida
total. Sin embargo, los legisladores tal vez por analfabetismo
ambiental, inoperancia o ante la falta de una real dimensión sobre
los problemas ambientales que afectan a la provincia, perdieron una
oportunidad histórica de ser los verdaderos protagonistas de un
cambio de paradigma al promover la creación de dos áreas protegidas
en Río Negro para el disfrute y buen vivir de las comunidades.
- Ley Provincial Nº 2669/93
- http://www.senado.gov.ar/parlamentario/comisiones/verExp/1411.18/S/PD
No hay comentarios:
Publicar un comentario