viernes, 19 de junio de 2020

La deforestación en la Amazonía brasileña crece un 54 % en los últimos diez meses

La deforestación en la Amazonía brasileña creció un 54 % en los últimos diez meses, en relación con el período inmediatamente anterior, con un total de 4.567 kilómetros cuadrados de selva devastados entre agosto del año pasado y mayo de 2020, según un estudio privado divulgado este martes.

Tan solo en mayo, la Amazonía perdió 649 kilómetros cuadrados de selva nativa, la segunda tasa más alta de deforestación para este mes en la última década.

De acuerdo con los datos del Sistema de Alerta de Deforestación del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), en el período acumulado entre agosto del año pasado hasta mayo de este año la destrucción de la selva siguió aumentando.

Aunque los 649 kilómetros de árboles devastados en mayo suponen una reducción del 19 % en relación con el mismo mes de 2019, fue la segunda tasa más alta de deforestación registrada en el mes en los últimos diez años.

Deforestación ilegal, riesgo para indígenas

Los datos indican que el avance de la deforestación ilegal continúa planteando riesgos para las tierras indígenas, principalmente por el peligro de contagio del COVID-19 en las aldeas.

El territorio indígena más afectado por la deforestación en mayo fue el Kayapó, en el amazónico estado de Pará, una comunidad donde se han registrado al menos 105 casos confirmados del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y tres víctimas, según datos del Instituto Socio Ambiental (ISA).

En funcionamiento desde 2008, el Sistema de Alerta de Deforestación es una herramienta de monitoreo desarrollada por Imazon que, con base en imágenes satelitales, detecta zonas desforestadas a partir de una hectárea, así existan condiciones de nubosidad.

Los estados brasileños de la Amazonía que fueron más afectados con la tala de árboles en mayo fueron Pará, que registró el 40 % de la deforestación, seguido de Amazonas (25 %), Mato Grosso (19 %), Rondonia (10 %), Acre (4 %) y Roraima (2 %).

Desde que el ultraderechista Jair Bolsonaro llegó a la Presidencia brasileña, el 1 de enero del 2019, la deforestación en la Amazonía del país se ha disparado.

En 2019 saltó un 85 %, hasta los 9.165 kilómetros cuadrados, su mayor nivel desde 2016, según datos oficiales. En los tres primeros meses de este año aumentó un 51,4 % y solo en abril creció un 64 % en la comparación anual.

La sociedad civil responsabiliza de ese incremento al discurso de Bolsonaro, un defensor de la explotación de los recursos naturales en busca del “progreso” de la Amazonía.

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