La
falta en Chile de una estrategia de salud contra el coronavirus
pensada especialmente para la población indígena ha motivado a
algunos de estos pueblos a llevar a cabo sus propios métodos, como
los cordones sanitarios que realizan a caballo los mapuches o la
filosofía ancestral “tapu” que practican los rapanuis como forma
de confinamiento.
Los
pueblos originarios de Chile también echan en falta que las
autoridades no hayan divulgado información pertinente en sus
respectivos dialectos y que no existan estadísticas del impacto del
virus en sus comunidades.
“Muchos
pueblos indígenas han adoptado medidas propias de aislamiento, ya
que el Estado no ha implementado medidas especiales específicas,
como en general nunca han implementado programas de salud adaptados a
las condiciones de los pueblos indígenas”, dijo a Efe Alejandro
Parellada, consejero senior de la ONG International Work Group for
Indigenous Affairs (IWGIA).
Cordones
sanitarios a caballo en comunidades mapuches
La
comunidad mapuche -el pueblo originario más amplio de Chile- comenzó
a realizar barreras sanitarias cortando las vías de acceso subido al
lomo de sus caballos para impedir que gente de otros lugares entrara
a sus segundas o terceras residencias.
Estas
actuaciones se vienen dando desde hace más de dos meses en algunos
puntos del centro y cetro-sur del país donde hay comunidades
mapuches, como en el pueblo Lomquinay, en la región de la Araucanía,
o en las zonas cercanas a la localidad de Coñaripe y el lago
Calafquén, en la región de Los Ríos.
“Como
comunidad sabemos quiénes son residentes y quiénes no, nos
conocemos, y eso es lo que ha hecho que nosotros controlemos la
entrada. Es un lugar muy turístico y las personas de fuera quieren
venir a sus segundas residencias”, dijo a Efe el dirigente mapuche
Orlando Colipán, werkén del lof Pilinhue-Hueninca, en la zona de
Coñaripe.
Colipán
explicó que lo que tratan de hacer es proteger a sus comunidades del
coronavirus y afirmó que el resguardo y el cuidado de las entradas
al lugar que hacen ellos como comunidad es más efectivo que el del
Gobierno, que -según dijo- no controla las entradas por carretera.
En
otras zonas, los dirigentes mapuches decidieron aplicar tests de
COVID-19 a todos los contactos estrechos que mantuvo algún
contagiado, además de generar acciones de educación y prevención
para la comunidad mediante la celebración de Trawun (reuniones).
“A
tres meses de iniciada la pandemia nos encontramos con muchas
familias mapuches que no tienen claridad sobre los alcances de la
enfermedad”, denunció a Efe Andrés Cuyul, docente del
departamento de Salud Pública de la Universidad de la Frontera y
miembro del Centro de Estudios e Investigación Mapuche.
Rapa
Nui entró en “Tapu” para hacer su propia cuarentena
Otro
pueblo originario chileno que tomó sus propias medidas contra el
coronavirus fue el rapanui, que habita la turística Isla de Pascua
(Rapa Nui en su idioma local), ubicada en mitad del océano Pacífico,
y que decidió practicar el “tapu”, un método ancestral que se
basa en la convivencia y en el respeto a las normas de la naturaleza,
como forma de cuarentena.
La
iniciativa surgió del alcalde de la isla, Pedro Edmunds Paoa, a raíz
de la decisión del Gobierno de levantar la cuarentena voluntaria en
el lugar cuando aún había enfermos de coronavirus, cuyo primer caso
en Rapa Nui se detectó el 23 de marzo.
Desde
comienzos de abril y en virtud del “tapu”, los rapanuis
restringieran su horario de trabajo de 08.00 a 13.00, “privilegiando
los turnos éticos y el teletrabajo”, y cerraron los comercios a
las 15.00 horas.
El
“tapu” continuó hasta este domingo, aunque la isla está libre
de coronavirus en este momento, como una manera de evitar contagios
secundarios.
“Ocupé
el concepto ‘tapu’ para solicitar a toda mi comunidad proteger la
isla.
Es
un concepto de prohibición, de inhibición, de no permitir que en un
periodo de tiempo se ejecute algún tipo de actividad. La sociedad lo
comprendió y se autoguardó en sus hogares”, explicó Edmunds a
Efe.
Sin
registros de la incidencia del Covid-19 en indígenas
La
inexistencia de datos sobre el impacto del coronavirus en la
población indígena se da a pesar de que desde 2011 el Departamento
de Estadísticas e Información de Salud se rige por una norma
técnica (número 820) que exige estándares de información en donde
una de las variables a identificar en los pacientes corresponde a si
éste pertenece a un pueblo originario.
“La
notificación obligatoria del COVID-19 tiene que llevar la variable
étnica y tiene que tener acceso público a los datos. Hoy en día no
podemos saber a ciencia cierta cuáles de los enfermos son población
indígena”, denunció Cuyul.
Fuente:
A caballo y con prácticas ancestrales, los indígenas chilenos combaten el COVID-19, 1 junio 2020, EFEverde. Consultado 1 junio 2020.
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