por
Rafael Cereceda y Nataliia Liubchenkova
Vuelven
a arder los bosques en torno a la central de Chernóbil, escenario de
la mayor catástrofe nuclear de la historia. Tras una pequeña pausa
gracias a las lluvias el pasado martes, los incendios se han
reavivado. El humo ha envuelto la capital ucraniana, a un centenar de
kilómetros de la central.
"El
fenómeno no representa una amenaza química o radiológica",
aseguró el Servicio Estatal de Situaciones de Emergencia.
Observadores
independientes confirmaron que el nivel de radiación en Kiev no
superaba la norma. El Instituto francés de Radioprotección y
Seguridad nuclear ISRN emitió una nota que detalla las emisiones
radiactivas medidas por sus detectores.
Aunque
el humo radiactivo ha llegado hasta Francia y el Levante español las
concentraciones no presentan peligro, según el ISRN.
Estas
emisiones tampoco son más peligrosas para los bomberos que trabajan
sobre el terreno que el propio suelo de la zona, que todavía está
cargado de radiactividad según la nota del ISRN.
Fuentes
consultadas por euronews aseguran que los bomberos no están
autorizados a trabajar más de 10 horas seguidas en las zonas más
contaminadas y tienen que destruir su ropa cuando terminan porque
está cargada de radiación.
Este
viernes, una vez más, el humo es visible desde el espacio en los
satélites de la agencia europea Copernicus y la NASA estadounidense.
Sería
un buen comienzo si dieran información veraz, dice un guía local
Entrevistado
por euronews Dmytro Shybalov guía turístico de la zona y voluntario
en la extinción de incendios explica que los bomberos al principio
de esta ola de incendios, que dura ya 15 días, no estaban preparados
para combatirlos a una escala semejante. Un día tuvieron que parar
el trabajo porque no tenían carburante para los vehículos.
"Había
fuego en los lugares con mayor concentración de radiaciónes.
También cerca de la central. Los lugares estratégicos como la
central tienen su propio servicio de bomberos y la vigilan, hay más
precauciones y protocolos para protegerlos del fuego, sin embargo el
resto del territorio es demasiado grande para las capacidades
disponibles de lucha contra el fuego, por lo que el fuego siguió
extendiéndose. Había una gran diferencia entre lo que decía el
Estado, que todo estaba bajo control, y lo que decía la gente en el
terreno, los forestales por ejemplo" comenta.
Según
Shybalov han ardido 10 antiguos pueblos dentro de la zona de
exclusión, además del llamado campamento de Niños, una de las
atracciones turísticas más conocidas y las antiguas instalaciones
soviéticas secretas de Chernóbil 2, en torno al Radar Duga.
Los
focos han llegado a estar a apenas dos kilómetros de la central
nuclear.
Shybalov
explica que es normal porque los bosques están muy secos, después
de un invierno prácticamente sin nieve. Además hay muchas partes
del bosque que se dejan sin limpiar debido a la radiación por lo que
están llenas de ramas y hojas que prenden rápidamente.
Cuenta
que los ciudadanos se han movilizado organizando colectas de dinero
en línea, porque las áreas quemadas son enormes. Los focos están
separados a veces entre 30 y 60 kilómetros y han ardido las zonas a
menos de 10 kilómetros de la central, que son las más cargadas de
radiación.
Se
queja de que las autoridades no han informado correctamente: "dar
información honesta sería un buen principio. Sólo empezaron a
reconocer que la situación era seria una semana después de que
empezaran los incendios. Antes, decían que todo estaba bajo control"
sentencia el guía turístico.
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Fuentes:
Rafael Cereceda, Nataliia Liubchenkova, Vuelven a arder los bosques en torno a la central nuclear de Chernóbil, 17 abril 2020, Euronews.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Chernobyl I", de Roberta Griffin.
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