El incendio en la zona de exclusión de Chernóbil visto desde la central nuclear, el pasado viernes, en una imagen de la policía ucrania. Foto: AP. |
Los
servicios de emergencia indican que el “fuego abierto” está
contenido gracias a la lluvia pero aún hay pequeños focos cerca de
la central.
por
María R. Sahuquillo
Después
de 10 días activo, las autoridades de Ucrania aseguran que el
incendio que ha arrasado los bosques dentro de la zona de exclusión
de Chernóbil está bajo control. Varios equipos de bomberos, con
unos 500 efectivos, trabajan todavía en la zona para tratar de
sofocar ahora los rescoldos que permanecen y que pueden volver a
prender muy cerca de uno de los depósitos de desechos radiactivos de
la central nuclear, que vivió en 1986 el mayor desastre nuclear de la historia. Las autoridades ucranias aseguran que de momento no hay
amenaza de radiación y que la lluvia que cae desde anoche y el
cambio de viento favorecen la extinción. Los activistas en la zona
alertan de que el peligro todavía es real.
“Ahora
cae nieve húmeda y esto podría ayudar a sofocar las llamas”, dice
por teléfono Yaroslav Yemelyanenko, miembro del consejo público de
la agencia estatal a cargo del área cerrada alrededor de la planta.
Yemelyanenko, que está ahora en la orilla del río Pripiat
repartiendo agua y material a los equipos de emergencia, aseguró
ayer que la situación era “crítica” y acusó a los gobernantes,
en un post en su página de Facebook, de encubrir la realidad
comparando la actualidad con el encubrimiento de la catástrofe
nuclear por parte de las autoridades soviéticas.
“No
hay amenaza para la central nuclear de Chernóbil, el almacenamiento
de combustible residual o para otras instalaciones críticas”, ha
afirmado el portavoz de Emergencias, Volodímir Demchuk, que ha
pedido calma. Durante el fin de semana, los operarios han ido cavando
cortafuegos alrededor del perímetro de la central, la zona más
complicada, para tratar de prevenir que lleguen las llamas. Las
autoridades afirman que los niveles de radiación en la región de
Kiev y en la ciudad (a unos 100 kilómetros de la central) no exceden
de los permitidos. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, ha asegurado
en una conferencia de prensa emitida online que los niveles son
normales pero que el peligro todavía no se ha terminado.
Este
martes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, había
convocado a una reunión especial a los responsables de los servicios
de emergencia. El jefe de este departamento, Mykola Chechetkin, le ha
informado de que ya no hay “fuego abierto” pero que todavía se
tardará unos días en apagar los rescoldos que arden en la zona,
según una nota citada por la agencia Interfax. De momento, han
movilizado a varios equipos, unos 90 camiones, helicópteros e
hidroaviones para trabajar en el área de 30 kilómetros alrededor
del antiguo reactor nuclear, donde está prohibido acercarse sin un
permiso especial.
El
incendio, que según las autoridades fue provocado por un hombre que
quemó rastrojos en la zona, está activo desde el pasado 4 de abril,
pero ayer lunes el cambio de viento empeoró la situación, acercando
las llamas a solo un par de kilómetros del almacén de residuos
nucleares. El fuego ha calcinado ya 3.000 hectáreas, según las
autoridades. Aunque Greenpeace asegura que la superficie afectada es
mucho mayor y alerta de que el riesgo es todavía patente. “Este
invierno ha sido mucho más seco de lo normal en la zona y eso ha
contribuido a que las llamas se extiendan más rápido”, señala la
ONG ecologista.
Rashid
Alímov, jefe de proyectos de energía en Greenpeace Rusia, que está
siguiendo de cerca el caso, señala que todavía la situación es
preocupante pero que es prematuro hablar de catástrofe. “El fuego
cerca de las infraestructuras así siempre representa un riesgo
elevado, pero parece que aún hay cierta distancia ente el bosque y
las instalaciones”, dice por teléfono. “Muchos territorios en
Ucrania, Bielorrusia y Rusia todavía están bastantemente
contaminados. Sobre todo los bosques, donde las partículas
radiactivas se conservan en el suelo y en los árboles, que cuando
arden diseminan esas partículas con el humo”, explica Alímov. “El
mayor peligro lo corren los que están batallando contra el fuego o
quienes están cerca”, añade.
Una
portavoz de la empresa estatal ucraniana Energoatom aseguró que
varias aldeas, el territorio de la ciudad militar cerrada de
Chernóbil II y el llamado bosque rojo se habían incendiado. En
general, toda la zona de exclusión está deshabitada. Aunque
alrededor de un centenar de personas, la mayoría muy mayores, se
negaron en su momento a irse o volvieron tras el accidente nuclear de
1986.
Las
visitas turísticas al perímetro y a la deshabitada y post
apocalíptica ciudad de Pripiat, donde vivían la mayoría de los
empleados de la central y que permanece casi como cuando tuvieron que
abandonarla, se han incrementado en los últimos tiempos; aunque se
producen de forma muy controlada y junto a oficiales ucranios. Tras
el éxito de la serie Chernobyl, creada por Craig Mazin y emitida en
HBO, las autoridades abrieron parte de la central -que no está
operativa desde hace mucho- también a las visitas turísticas.
Fuente:
María R. Sahuquillo, Ucrania asegura que ha controlado el incendio de Chernóbil aunque aún luchan contra rescoldos, 14 abril 2020, El País.
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