por
Paula Urien
Cuando
la naturaleza se impone de manera tajante, como en este caso, es poco
lo que se puede hacer para hacerle frente. Lo cierto es que la
producción agropecuaria es tan riesgosa como incierta porque depende
factores climáticos. Hoy toca la peor bajante del río Paraná en
los últimos 50 años que, según informa la Bolsa de Comercio de
Rosario (BCR), representa una pérdida económica de US$ 244 millones
para el complejo agroindustrial exportador. Es a causa de la sequía
en la zona, que no tiene buen pronóstico hasta ahora.
El
complejo agroindustrial exportador del Gran Rosario, que descansa
sobre el Paraná, concentra el 80 % de la capacidad diaria de
procesamiento de soja y girasol que tiene la Argentina. Además,
desde las diferentes terminales portuarias se despacharon en 2019 el
67 % de los granos, el 96% de las harinas y el 93 % de los aceites
vegetales que exportó el país en el período, se lee en el último
informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Solo
como ejemplo de la pérdida concreta para la economía argentina, el
aceite de soja va a dejar de percibir US$86 millones como efecto
castigo, porque los barcos que llegan a buscarlo a Rosario tardan más
por efecto de la bajante y también porque existe el temor de que se
queden varados en el río. Por cada día de demora de un buque para
cargar y despachar al exterior el costo adicional es de US$ 45.000.
Por
debajo del metro de profundidad ya se habían encendido los alertas
,también porque aguas arriba se encuentra la central hidroeléctrica
Yacyretá , pero ahora la bajante ya llegó a los 0,40 metros de
profundidad, nivel que no se registraba desde hace casi 50 años. E
ste nivel es muy inferior al mínimo de 2,47 metros que tiene que
registrarse a la altura de Rosario para que Hidrovía S.A. tenga la
obligación de garantizar los 34 pies de calado y se puedan cargar
los buques en todo su potencial. "Esto implica enormes problemas
logísticos, de transporte y de industrialización con un costo
asociado de US$ 244 millones en el primer cuatrimestre de 2020, al
resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en
las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la
agroindustria argentina", se lee en el informe elaborado por el
equipo técnico de BCR.
En
70 kilómetros, 29 terminales portuarias
La
región del Gran Rosario es el gran polo industrial-exportador de
granos y subproductos, gracias a su cercanía a la zona núcleo y a
su desembocadura en el Río de la Plata.
Allí,
según se lee en el informe de BCA, desde Timbúes hasta Arroyo Seco,
hay 70 kilómetros de costa sobre el Paraná, donde están asentadas
29 terminales portuarias que operan distintos tipos de cargas. De
estas, 19 despachan granos, aceites y subproductos y 12 tienen además
plantas de molienda de oleaginosas anexados a sus terminales
portuarias. El complejo cuenta también con d os centrales
termoeléctricas (San Martín y Vuelta de Obligado) localizadas en
Timbúes, dos terminales que operan fertilizantes (Profertil y TFA),
una terminal que despacha concentrados de cobre y oro (Minera
Alumbrera), cinco terminales portuarias que operan petróleo y sus
derivados (Petrobras, YPF, Esso, Oil Combustibles y en Arroyo Seco,
Shell), y una terminal multipropósito, Terminal Puerto Rosario
(TPR), que opera contenedores, cargas generales y aceites.
Una
consecuencia de la bajante es la necesidad de cargar menos los
buques, y completar esta carga en los puertos del sur, lo que
encarece los costos. "Los mayores costos de adquisición,
transporte y logísticos se estiman en 25 U$S por cada tonelada que
no se pueda cargar en el Gran Rosario", estima BCR. Por ejemplo,
"en un buque Handysize o Handymax cada pie de calado que baja el
río Paraná representa una pérdida de la capacidad de carga de
entre 1.500 y 1.800 toneladas.Sufren el costo del denominado "Falso
Flete", es decir el transporte al exterior sale lo mismo pero
llevan menos mercadería por la bajante . El falso flete asciende a
U$S 164.000 por cada buque (es el producto de igual costo de
transporte en un viaje más cargado versus ese mismo costo de viaje
con menos carga)" calculan los expertos.
En
consecuencia, las pérdidas estimadas por falso flete y mayores
costos de transporte/logísticos para completar la carga en otros
puertos para los 510 buques que operarán en el Gran Rosario entre
marzo y mayo del 2020 ascienden a US$ 91,2 millones.
Efecto
castigo
En
la actualidad se observa un castigo en el precio del aceite de soja
argentino, por los problemas logísticos que dificultan la navegación
y por el tiempo extra que conlleva toda la operación.
Con
base en una estimación del Departamento de Información y Estudios
Económicos de la BCR las exportaciones de aceite de soja en el
período marzo-mayo desde el Gran Rosario serían de 1,44 millones de
toneladas. El castigo que hoy hace el mercado sobre el aceite de soja
argentino asciende a 86,4 millones de dólares.
Otra
consecuencia es la dificultad para que lleguen las barcazas que
vienen de Paraguay con soja, que mezclada con el poroto de soja
argentino, da a la exportación mayor proteína y como consecuencia
un mejor precio. "La no recepción a tiempo, genera retrasos en
la industrialización del poroto en el Gran Rosario e incumplimientos
en el programa de embarques y contratos de compra con el exterior",
dice BCR. "Pero lo más importante es que se necesitan mayores
trenes de barcazas para bajar la misma mercadería al Gran Rosario
ante la bajante del Río. Esto genera un importante aumento en los
costos de transporte que deben afrontar las empresas del sector",
concluye el reporte
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Fuente:
Paula Urien, Río Paraná. Casi no tiene agua y provoca pérdidas millonarias, 27 abril 2020, La Nación. Consultado 29 abril 2020.
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